Las señales parecen ser inequívocas. El cable, se supone, tiene los días contados porque el futuro tiene dueños: los servicios de streaming , con Netflix como evidente punta de lanza, tienen la mesa servida.
Esta misma revista, en su resumen anual, otorgó tres páginas a la tele en línea y solo dos al medio tradicional. Otro dato: la persona encargada de escribir sobre lo mejor del año en la televisión tradicional tiene 13 meses de vivir sin cable; todo este artículo se lo debo a la piratería.
Soy partidario de esas señales. Creo que el mundo muy pronto le pertenecerá a Netflix. Pero, mientras eso no ocurra, la vieja tele seguirá dando la pelea. Durante el 2015 fueron bastantes las series –nuevas y no– que llamaron la atención.
La crítica internacional está de acuerdo, sobre todo, en tres shows : The Americans , The Jinx y Fargo ; esta última es capaz de llenar, aunque sea un poco, el vacío que todavía permanece tras el final de Breaking Bad . Algunas heridas nunca sanan.
Si se trata de comedia negra, se tiene que hablar de Documentary now! Aunque fue producida por la cadena IFC y sea difícil de conseguir en rumbos latinoamericanos, la primera temporada se puede ver en YouTube. Cada episodio es un documental falso pero fenomenal.
Otro gran experimento televisivo fue Mr. Robot , una serie dramática sobre espionaje digital que, pese a contar con bajos niveles de audiencia en Estados Unidos, aglutinó en torno a ella una fanaticada básicamente ferviente. Es decir, es la serie perfecta para Netflix que no está en Netflix.
Por el contrario, sorprendió el bajonazo de True detective , una serie que coleccionó halagos en su primera temporada pero cuyo segundo ciclo estuvo muy lejos de la mística inicial.
De forma similar, Fear the walking dead , el spin off de la ya fundamental serie de zombis no logró encantar al nivel de su serie madre.
Las despedidas. Con la vida –incluso la buena, la que estas series nos dieron durante los últimos 365 días– siempre viene la muerte. No pasa un año sin que le llegue el punto final –súbito o premeditado– a varias historias cercanas al corazón del público.
No hubo final más importante durante el 2015 que el de Mad Men . Luego de siete temporadas y 92 episodios, la historia de Don Draper y los grandes nombres de la publicidad neoyorquina llegó a su ansiado fin. Con varios millones de personas congregadas frente a la pantalla, el final de Mad Men fue, al tiempo, el episodio más visto de la serie.
La comedia también sufrió una pérdida importante: el final de Parks & Recreations no fue inesperado –incluso se podría discutir si la sétima temporada fue del todo necesaria–, pero no por ello menos nostálgico. No todo está perdido: el cierre de la serie significa que Chris Pratt pasará más tiempo adiestrando dinosaurios y piloteando una nave espacial en la pantalla grande, y eso es bueno para todos.
Por suerte, decir adiós no tiene por qué ser siempre un motivo de tristeza. Adiós para siempre, Two and half men .
El espacio de este artículo y mi conocimiento se quedan cortos para nombrar todo lo que destacó en la televisión este año, pero queda claro que, aunque debilitado, el corazón del cable todavía late y puede dar un poco más.