Página Negra: Courtney Love y Kurt Cobain con la hija de nadie

Sus enemigos la acusan de matar al marido; reniegan de sus éxitos musicales; la prensa gana millones de seguidores con sus ocurrencias y ella se dedica a sus pinturas y veleidades.

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Él, fue hecho para ella, y ella, hecha de él. Llegaron desde una calle sucia y oscura. Nadie los protegió de sus pesadillas.

Se conocieron un par de días previos al de San Valentín, allá por 1990; fueron presentados un año después, en un estacionamiento. Volvieron a verse meses más tarde y salieron en serio.

Estaba sentado en la cima del mundo; lo tenía todo, menos a ella. Las mujeres como Courtney, siempre obtienen lo que quieren. El 24 de febrero de 1992 se casó con Kurt.

Todo ocurrió muy rápido. A los seis meses de la boda nació Frances Bean. Después de dos años juntos –el 5 de abril de 1994 a las 11:30 de la mañana– Kurt Cobain de 27 años se atrincheró en el invernadero de su casa, en Seattle, trancó la puerta con una silla, redactó con tinta roja una nota, ingirió 1,52 miligramos de heroína, puso el cañón de una escopeta en su cabeza y ¡Buuuum!

“¿Por qué demonios te fuiste, por qué no te quedaste?”, gritó Courtney Love en un homenaje póstumo al ídolo grunge que –pese a dejarla viuda y con una huérfana– le heredó una fortuna y la encumbró más allá de los rótulos de Hollywood.

El rencor la carcome y confesó a la revista Vanity Fair : “Sigo enfadada. Si él volviera ahora mismo tendría que matarlo por lo que nos hizo. Lo mataría, lo mataría y luego… lo mataría”.

Circula en las redes sociales una teoría conspirativa según la cual ambos hicieron un pacto suicida; primero Kurt se pegaría un tiro y le seguiría Courtney, solo que cuando Love lo vio en el piso con el hueco en la cabeza, pensó que el amor no daba para tanto y la verdad, a ella, no le dolía nada, ni padecía traumas y además: ¡Tenía un chorro de plata para gastarse!

“Kurt intentó matarse tres veces en los últimos cinco años de su vida. Yo era el servicio de emergencias portátil, siempre con el Narcan –un medicamento para los heroinómanos– a cuestas por si acaso”, reclamó Love.

Los fanáticos de Kurt la odiaron y la compararon con Yoko Ono y le endosaron haberle disparado o inducido –con sus embrujos– a tapizar con sus sesos el techo de la casa.

Como propietaria de las cenizas de su marido tuvo la ingeniosa idea de guardar una parte dentro de un oso de peluche, otra en una urna y lo que sobró lo llevó a un monasterio budista, para bendecirlos y mezclarlos con arcilla para que los monjes modelaran esculturas en su memoria.

De todos modos, en vida Kurt fue una persona sencilla, sin ínfulas de grandeza y reacio a la fama y a toda esa manada de adoradores de él y su banda Nirvana.

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¿Qué haríamos sin Courtney Love y sus ocurrencias? Desde sus memorables peleas con los otros miembros de Nirvana; las detenciones por borracha, mal hablada y drogadicta; la vez que localizó ella solita un avión perdido en el mar… en fin, hasta su extraño pasado de nudista cargada de libras en el Jumbos’s Clown Room, un antro de la peor especie en Los Ángeles.

Antes, pero más aún, tras el extraño suicido de su marido era una una criatura un poco salida del saco, con un pasado oscuro y cimbreante, sobre todo por la escasez de ropas y de escrúpulos con que se ganó algunos dólares para pagar sus caprichos.

Si las fotos que circulan en la Internet no han sido retocadas digitalmente, la imagen de Love nada tiene que ver con la pretensiosa fundadora del grupo Hole, protagonista de escándalos y –sujétese de la silla–: ¡Pintora!

Hace unos años montó una exhibición en Nueva York, con 45 obras en las que aparecen mujeres como ella, rubias demacradas y curvilíneas, a veces llorando, en otras llenas de sangre y rodeadas de libros, extractos de poemas o de canciones. Cada cuadrito valía unos $12 mil.

La capacidad de inventarse seguro le viene de su presunto abuelo, el actor Marlon Brando. En los baños de Hollywood pulula el rumor de que su abuela, la novelista Paula Fox, tuvo sus encontronazos con Marlon y procrearon a su madre, Linda Carrol. Esta se casó con el editor Hank Harrison y trajeron al planeta a Courtney, el 9 de julio de 1964, en California.

Cuando cumplió cinco años los padres se divorciaron y Linda se quedó con la niña, porque acusó a Hank de darle LSD a Courtney. Las dos se fueron a vivir a una comuna hippie en Marcola, Oregon y fue adoptada por Frank Rodríguez, el nuevo marido de su madre, con quien tuvo dos hijos más y uno adoptivo.

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Courtney realizó estudios irregulares, pues a los nueve años le diagnosticaron un leve autismo. En la adolescencia viajó por Japón, Taiwán, Inglaterra y casi todo Estados Unidos.

Probó en el cine con el director Milos Forman en El escándalo Larry Flynt y ganó varios premios. Con 23 años fundó el grupo de rock Hole y le fue bien; sus discos más sonados fueron Pretty On The Inside , Live Trough This y Celebrity Skin .

Se casó con el travesti James Moreland y salió con su colega Eric Erlandson antes de iniciar su tormentosa relación con Cobain, en que ambos extremaron el consumo de drogas y una dependencia enfermiza.

La pareja llenó de titulares a la prensa sensacionalista y su disipada vida los llevó a perder –por corto tiempo– la custodia de Frances.

Courtney y Kurt vivieron un amor “apasionado y loco”; eran como almas gemelas, que se conocieron a una edad en que solo importa el sexo, hablar y pelear; pero eran los mejores amigos y –como reconoció Love–: nunca tuve otro más como él.