‘Narcos: México’ regresa para despedirse: ¿adónde acaba el camino de la droga?

Con la participación de Bad Bunny, una de las series de habla hispana más populares de Netflix, verá su fin desde los ojos de una incisiva periodista y su deseo de destapar un detestable negocio

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No es casualidad que la imagen de un solitario Pablo Escobar se viralizara en el 2015, cuando la serie Narcos atracó en Netflix y marcó la conversación. Fue un retrato distinto del legendario traficante colombiano; no estaba rodeado de riquezas ni de amigos; estaba abandonado en una piscina o sentado en el comedor viendo el piso.

La imagen del afligido capo revelaba de una forma muy sutil el núcleo emocional y las intenciones con las que la serie quiso hacerse campo en el brusco mundo de las producciones sobre narcotraficantes.

Narcos nunca ha sido una historia sobre la droga, sino sobre lo que arrastra a quienes perpetran la violencia bajo esa excusa, y cómo en esa nómina de traficantes coexisten los seres más viles y también quienes son víctimas de un ‘triángulo de las bermúdas’ que los arrastra.

Este viernes 5 de noviembre las historias que rodean este universo llegan a su fin desde la producción que Netflix estampó hace seis años. Pensar en su final es algo complejo pues, como dijo el exshowrunner de la serie, Eric Newman, “desafortunadamente la guerra contra las drogas continuará durante mucho tiempo, sin señales de detenerse, por lo que no hay escasez de material”. Entonces, ¿cómo darle fin narrativo a una historia que pinta prevalecer por siempre?

La historia

Si bien, contar la historia de Pablo Escobar suena como un disparo al piso en términos de rentabilidad (no hay manera de fallar), la producción de Netflix se sacudió de convenciones y propuso la historia del legendario capo no solo con astucia narrativa, sino también con una limpieza técnica maravillosa, con una fotografía imponente y un diseño de vestuario y producción que no pasa por alto.

Las dos primeras temporadas de la serie, como bien es sabido, se centraron en Pablo Escobar y sus actividades en Colombia. Tras los aplausos en todos los apartados, se renovó la producción para contar una nueva saga titulada Narcos: México, con Diego Luna asumiendo el papel central como el narcotraficante Félix Gallardo.

Ahora, con el estreno de la tercera temporada de esta saga derivada, la serie se enfoca en los inicios de la guerra contra la droga en México, especialmente con la lucha de los cárteles por posicionarse.

En un principio, en la serie se desarrolló la historia del cártel de Guadalajara. En cambio, en los nuevos episodios, el guión se enfoca en el cártel de Tijuana. Entre los actores que interpretan a los matones de esta agrupación destaca la presencia del cantante Bad Bunny, quien interpreta al joven Everardo Arturo Páez, alias “Kitty Páez”, quien fue miembro del cártel de Tijuana y que formó parte del grupo del legendario Ramón Arellano.

Justamente, el reclutamiento de los conocidos “narcojuniors”, es otra de las ramas a explorar en esta temporada final, pues las luchas entre las fuerzas violentas y la búsqueda de la justicia en territorio mexicano son el telón de fondo para estos capítulos de cierre.

“Me encantó la serie Narcos original, así que cuando anunciaron Narcos: México, estaba vendido; me siento honrado de ser parte del programa”.

— Bad Bunny, cantante

Además, para los episodios finales y por primera vez en la historia de esta saga, la acción es narrada por una mujer. Quien está a cargo de encarnar a este personaje es la actriz Luisa Rubino, quien toma el relevo de los previos investigadores pero desde la tribuna del periodismo, interpretando a la reportera Andrea Núñez, cuya obsesión por exponer la corrupción la puede llevar a la muerte.

Sobre el papel de Núñez, la actriz ha hablado con Screen Rant sobre su bienvenida a la serie y las dificultades que implica interpretar a un personaje que nunca deja de estar en constante peligro.

“Este personaje representa a una profesión muy arriesgada. Incluso hoy en día, muchos periodistas mueren lamentablemente por perseguir la justicia. El motor de Andrea es la verdad, por lo que hará lo que sea necesario para tener la verdad y que la gente sepa lo que realmente está sucediendo allí. Porque había muchas mentiras y muchas cosas sucediendo, cosas para hacer que la gente no pensara en el verdadero problema que significa la era de narcos”, ha dicho la mexicana.

¿Y ahora?

Antes de trasladar la acción a México, la serie se centró en el ascenso y caída de Pablo Escobar. Su cierre fue astuto: aparecía la madre de Pablo hablando con una voz en off sobre todas las cualidades de su hijo, mientras en escena veíamos el baño de sangre que dejó su paso.

Esa escala de grises, así como la intención por no endiosar a quienes perpretan el mal, fue una máxima con la que la serie demostró ser diferente. Nunca quiso cultivar la figura de un dios; más bien quiso separarse de todas aquellas telenovelas que quisieron hacer de su biografía algo frívolo y aspiracional.

En ese marco, cuesta pensar qué mecha le queda a Netflix con este tipo de historias, pues esta semana la empresa de streaming anunció un nuevo plan.

Ahora será Sofía Vergara quien encarnará a la narcotraficante colombiana Griselda Blanco en una miniserie de Netflix, producida también por los creadores de Narcos. Vergara protagonizará los seis episodios que narrarán la vida de Blanco, conocida por apodos como ‘la madrina de la cocaína’ o ‘la viuda negra’, quien de paso fue responsable de uno de los carteles de la droga más importantes del mundo, hasta su muerte en el 2012.

“Griselda Blanco fue un personaje cuyas tácticas despiadadas pero ingeniosas le permitieron dirigir un imperio de mil millones de dólares, algunos años antes que muchos de los capos más notorios”, dijo la actriz en un comunicado.

La máquina no para porque estos mundos no dejan indiferentes a nadie. Si Netflix logra mantener su calidad, podría empuñarse una de sus sagas más redondas en plena guerra del streaming. De ser así, ganamos todos, pero la tarea no es sencilla.