¿ Qué significa ser un hombre? ¿No llorar, no vestirse de rosado, ser aficionado a los deportes? ¿Qué es la masculinidad y cómo se obtiene? ¿Dónde venden las pastillas para ser todo un varón?
El documental My own man , producido por Netflix y disponible en la plataforma de televisión por streaming desde el 4 de marzo, aborda estas preguntas desde la experiencia vivencial de David Sampliner, director del largometraje.
Todo comienza cuando Sampliner se entera de que será padre de un niño. Esta noticia lo enfrenta con un temor que ha arrastrado a lo largo de su vida: su poca afinidad con los conceptos más arcaicos y convencionales de la masculinidad, cualidad que siente que debe transmitir a su hijo y con la que él, sin embargo, no tiene nada que ver.
En su búsqueda por encajar en los ideales de masculinidad preconcebidos, Sampliner encuentra algo más que gusto por el deporte o la cerveza: todas las dudas y temores que rodean su futura paternidad conducen a la fracturada relación con su propio padre.
La vida imita al arte y el trabajo –artístico– de David Sampliner es un retrato de la vida –y sus incógnitas– contemporánea: en una sociedad y una época en las que los roles de sus protagonistas están sujetos a constantes y violentos cambios, ¿cuál es el papel de un padre en la relación con sus hijos? ¿Cuáles son sus límites y cuándo es necesaria su intervención? Pero, sobre todo, ¿cómo se aprende a ser padre cuando los nuestros enfrentaron un mundo tan diferente?
En My own man , David Sampliner intentará averiguarlo; en la línea están las relaciones con su padre y su hijo.