Estamos obsesionados con la seguridad y con las conspiraciones. Nos obsesiona, también, la paranoia: la posibilidad de que alguien nos esté siguiendo, acechando entre sombras, a la espera de un instante de descuido para atacar; no meramente un ataque físico, empero, sino también uno digital.
Tanto nos obsesiona nuestra seguridad que no dejamos de pensar en la posibilidad de que alguien la traspase.
Para Elliot Alderson, no hay defensa que valga. El genio tecnológico que protagoniza Mr. Robot , uno de los mayores éxitos televisivos del año pasado, puede hackear lo que sea y cuando sea; poco importa que se trate de una computadora, un teléfono inteligente o su propia terapeuta.
“Hackearla fue fácil”, se pavonea Alderson, apenas en el primer episodio de la serie.
A Alderson no le toma mucho tiempo averiguar la contraseña del correo electrónico de la mujer: Dylan_2791, su artista favorito y su año de nacimiento escrito al revés.
Apenas con ese par de datos, Alderson tiene acceso a, en esencia, la vida entera de su terapeuta, una persona cualquiera a quien apenas conoce. Pero lo mismo podría hacer con cualquier otro ser humano, cualquier otra empresa, cualquier otro gobierno.
Fue así, rompiendo poco a poco los límites de sus acciones, que el joven consiguió meterse en problemas muy grandes, algo que deja claro desde el monólogo con el que inicia la serie:
“Lo que estoy a punto de contarte es ultrasecreto. Una conspiración más grande que todos nosotros. Hay un grupo de gente poderosa ahí afuera que controla el mundo en secreto. Estoy hablando de los hombres de los que nadie sabe, los hombres que son invisibles. Los hombres que juegan a ser Dios sin permiso. Y ahora creo que me están siguiendo”.
A partir de estas palabras se desarrolla una trama intensa, dramática, acelerada. La información es poder y en Mr. Robot lo es más que nunca en la televisión contemporánea: su talento para infiltrarse en sistemas digitales seguros y fortificados hacen que sea contactado por Mr. Robot, un misterioso anarquista, líder de un equipo llamado fsociety.
La misión de este grupo de hackers es cancelar todas las deudas del mundo al intentar destruir una de las corporaciones más grandes del mundo, E. Corp.
Es así, en su papel de Robin Hood moderno, que Alderson se ve inmiscuido en una peligrosa cacería contra gentes muy poderosas. ¿Será él la presa o el cazador?
La serie ha sido aplaudida casi de forma unánime. La revista Wired , por ejemplo, lo catalogó como “el mejor show de hackers ”, aunque, para ser justos, también hacen la salvedad de que la mayoría de series de esta temática han sido un desastre.
Por otra parte, en el RottenTomatoes, la serie promedia una calificación agregada de 98%, una cifra bastante impresionante.
La mayoría de aplausos que ha generado la serie se concentran en la actuación de Rami Malek, quien da vida a Alderson y a quien medios tan dispares como Rolling Stone , The Guardian y Variety señalan como el principal responsable de que la serie supere cualquier expectativa posible.
Es su personaje, precisamente, quien cuestiona directamente nuestra obsesión con la paranoia, la seguridad y, sobre todo, la vulnerabilidad a la que estamos expuestos. ¿Hay alguien ahí afuera vigilándonos? ¿Estamos preparados para descubrirlo?
Véalo. Lunes a viernes. Space. 10:00 P. M.