La cineasta colombo-costarricense Soley Bernal tocó muchas puertas y afrontó decenas de negativas hasta que Teletica decidió anidar su sueño de ver realizado su proyecto audiovisual: La cualquiera .
Esta miniserie por fin llegará esta noche a la pantalla chica, en el horario estelar de las 9 p. m.
Su trama versa sobre cuatro historias de trata de personas, basadas en la vida real y ocurridas en Costa Rica. Los protagonistas son Adriana Víquez (Aylin), Irene Rossi (Giovanna), Krystel Winiker (Sara) y William Chang, en el papel de Yhong Zhang. Los dos primeros personajes son chicas obligadas a entrar al mundo de la prostitución; la tercera es engañada para que quede embarazada y así robarle a su bebé, y el último es un joven padre vendido a un barco pesquero, en el que trabaja sin paga.
Pese a tener un guion con un alto componente social, una ambiciosa puesta en escena y un planeamiento diseñado para ser un producto de primer mundo, era complicado conseguirle financiamiento.
A lo largo de los años, la producción local ha tenido que conformarse con ser muy limitada, no por falta de talento, sino por un asunto de rentabilidad del mercado.
Por eso, Bernal, quien en el 2010 trabajaba para Teletica Formatos, afirma que le entregó el guion a la directora de esta división de Televisora de Costa Rica, Paula Picado, sin muchas esperanzas. Para su sorpresa, la jerarca aceptó ejecutar su iniciativa con una condición muy particular: no se subcontrataría a una productora externa.
La cualquiera es la primera miniserie de drama propia de Teletica. Al ser una especie de experimento para el canal, halló varias dificultades y no logró concretarse en el tiempo planificado, pues su estreno estaba programado para el 2012.
Primero, estuvo el tema del presupuesto. Según Picado, a la miniserie se le asignó un presupuesto de cerca de ¢50 millones, pero en la marcha se duplicó y el costo de producción ascendió a los ¢100 millones.
“Para el mercado local es mucho dinero, pero para los estándares de otros países en realidad es poco”, explicó Bernal, acostumbrada a las cifras que se manejan en los producciones de su natal Colombia.
Por ejemplo, cada uno de los 63 episodios de Escobar, el patrón del mal costó $150.000, que es un costo muy superior al de otras series colombianas debido a que tuvo una pretensión más cinematográfica, lo cual implicó mayor inversión en arte, vestuario y utilización de cámaras. La cualquiera , aseguró Bernal, tiene una preocupación similar al gigante colombiano.
Aunque la suma pueda parecer exorbitante, Bernal –quien ahora labora en publicidad– asegura que no se ve tan grande si se comprara con lo que cuesta producir un espacio publicitario. Según dijo, este año, en el país, ella participó en un anuncio de 30 segundos para una marca, cuyo nombre no puede revelar, que costó unos ¢75 millones.
De acuerdo con el plan inicial, La cualquiera se extendería 13 episodios, que es el estándar de una temporada estadounidense, pero, finalmente, quedó con solo cuatro capítulos. Es decir, comenzará hoy y terminará este viernes.
“El costo de producir 13 capítulos no es el mismo que producir cuatro o cinco, entonces fue un ajuste que hicimos por un tema de dinero”, explicó Bernal.
La miniserie fue filmada en formato cinematográfico con el fin de que, en el ámbito visual, fuera similar a las series de las cadenas de cable. En total, participaron 80 actores y 250 extras, cantidad necesaria para aportar realismo a las escenas, afirma la directora.
¿Sería posible producir series de este nivel en Costa Rica que puedan sostenerse a lo largo del tiempo? Para Bernal, la respuesta es sí, siempre y cuando se les busque mercado fuera de las fronteras.
“Tenemos que hacer productos con calidad de exportación porque el mercado nuestro no es suficiente para que seamos económicamente rentables”, dijo. “La oportunidad sería generar productos para el mercado interno con el modelo que están usando la mayoría de las cadenas. Creo que ahorita ninguna cadena se da el lujo de hacer productos para sus mercados locales”.
Otras dificultades. Al tratarse de una producción propia de canal 7, La cualquiera tuvo que abrirse espacio en la agenda de los editores de Teletica Formatos, lo cual generó algunos contratiempos, reconoce Picado.
Aunque ella considera tener el personal necesario para asumir nuevos proyectos, en caso de que esta miniserie genere buenos réditos, Bernal cree que sería importante ampliar recursos.
“Nosotros fuimos un conejillo de indias; entonces, cualquier aprendizaje no era una pérdida. La logística que se ocupa para una futura producción tiene que ser diferente”, afirma la cineasta.
Otro de los retos que debía enfrentar era el de hallar rostros frescos para los personajes, así como personal con la capacidad de manejar efectos especiales de maquillaje. El equipo de producción está compuesto por estudiantes y recién graduados de las carrera de cine, todos de Costa Rica.
“Creo que la miniserie es un primer paso. Lo primero era probar que podíamos hacerlo, ahora ya sabemos que se puede hacer. Costa Rica tiene el talento y capacidad para hacer productos de exportación”, asegura con orgullo Bernal, quien ahora sueña con que este no sea un esfuerzo aislado.