Mario Espitia: ‘Nacimos para dar y recibir amor’

El malo El actor barranquillero Mario Espitia encarna a Teto, el amigo y traidor en la novela Rafael Orozco, el ídolo de canal 6

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Como dos polos opuestos, así son el actor colombiano Mario Espitia y Ernesto, Teto Tello, su personaje en la novela Rafael Orozco, el ídolo . El joven artista, de profundos ojos de color azul y semblante sencillo asegura que en su vida personal puede ser cualquier cosa menos un traidor.

El personaje de Espitia en la novela que se transmite de lunes a viernes a las 8 p. m. por canal 6, fue quien prácticamente engañó al cantante colombiano y lo llevó a la muerte.

Sobre su vida, su trabajo en El ídolo y su pasión por la comuniacación, Espitia habló desde su casa en Colombia con Viva .

¿Por qué se animó a ser parte de contar la historia del cantante Rafael Orozco?

Fue muy importante porque él dejó un gran legado musical en nuestro país. Fue la persona que decidió implementar más instrumentos al vallenato; por ejemplo, el bajo y las congas. Salió del esquema y se arriesgó y su propuesta fue absolutamente increíble.

Usted vivió en Barranquilla, de donde era Rafael, ¿tuvo la oportunidad de conocerlo?

Él vivía a unas cuantas casas de la mía, se le veía andar por la calle y en su casa siempre había movimiento cuando estaba descansando con su familia de los conciertos. Cuando lo mataron yo tenía unos 10 años y viví muy de cerca la tragedia. Ahora, de cara a la novela tuve la oportunidad de conocer bien a sus hijas.

Teto es un personaje ficticio, pero también está levemente inspirado en el hombre que asesinó a Orozco, ¿cómo se preparó para crear este personaje?

Ernesto es un personaje muy particular porque yo le quise dar realidad a los rencores y resentimientos. Es una persona que es mala por circunstancias y no siempre fue oscura: antes era noble, aceptaba que perdía y por eso tratamos de argumentar esa maldad que sacaba a través de las circunstancias de la vida. Teto llora y sufre y la gente se terminó enamorando de ese personaje.

¿Por qué cree que al público le gustó tanto si era alguien malo?

Porque le di mucha humanidad. Teto era una persona que cometía errores y él siempre argumentaba por qué era así. Al principio me extrañó por qué la gente terminó amándolo, pero quiere decir que logramos el objetivo de darle realidad a la historia de un personaje que era malo.

¿Cree que además a la gente la enamoró por ser un galán?

Me preguntan que si me considero galán, yo digo que soy “gañán”, es como por molestar porque esas preguntas me dan pena. Creo que los ojos claros gustaron mucho y después en otro papel que hice totalmente de bueno la cara de niño bien ayudó mucho.

¿Por qué incluir a Teto si en la historia real no existía?

Era necesario ese personaje en la historia porque sino hubiera sido color rosa todo el tiempo. Este tipo le metía picante porque no solo se debía contar la historia de la banda y el vallenato, teníamos que hacer una historia paralela porque en la vida real nunca falta una persona que quiera joderlo a uno.

¿Qué enseñanzas a nivel personal y profesional le dejó Teto?

Esa respuesta tiene dos caminos. Como actor me enseñó a arriesgarme y a proponer cosas, a disfrutar un antagonista en lo máximo porque el villano tiene toda la libertad del mundo para interpretarlo. Como persona me enseñó a respetar porque este personaje a veces no lo hacía, me enseñó a saber perder sin rencor, a buscar enamorarme de la persona correcta y a tratar de hacer las cosas bien.

Teto era el mejor amigo de Orozco y lo traicionó, ¿qué opina usted de la amistad y la traición?

Yo pienso que la lealtad debe ser un cimiento del ser humano, es una virtud que todos deberíamos tener. A mí me enseñaron a serlo y he logrado mantenerme porque Dios lo premia y porque es fácil serlo; es una guarida de confianza que debe haber entre dos personas, hay que tenerlo en cuenta como prioridad en la vida. La traición como antítesis de la amistad no debería ser parte de las relaciones interpersonales. Nacimos para dar y recibir amor, para nada más.

También es periodista y actor; de esas carreras, ¿cuál lo apasiona más?

Mis trabajos los veo desde dos extremos. Hablo mucho cuando tengo una cámara al frente, así que disfruto al máximo ser yo mismo ante un lente y también ser una persona totalmente distinta. La interpretación es fantástica, pero comunicar es una forma de crear opinión.