Como en toda familia, hay dificultades y retos, pero también existe la satisfacción de conquistar las metas y sobresalir en todos los ámbitos familiares y personales. Así se puede definir a la familia Johnson, siete personalidades diferentes que se unen para ser uno solo.
Dre es el padre amoroso y trabajador. Tiene cuatro bellos hijos y una hermosa esposa que es su confidente y amiga, lo apoya en todo y disfruta de ver el crecimiento de su marido en el trabajo. Sin embargo, precisamente el éxito laboral de Dre será el encargado de volver todo al revés.
Los Johnson viven en los suburbios y allí desarrollan su vida de forma tranquila y normal, pero el ascenso de Dre en el trabajo los llevará a cambiar de casa y ahí es donde empiezan las situaciones que pondrán de cabeza a los integrantes de esta familia, porque deben mudarse a un “barrio de blancos”, donde sienten que no encajan.
Aunque el matrimonio va bien, la prosperidad de Rainbow (la mamá) en su trabajo interfiere en algunas de las decisiones que como pareja deben de tomar.
Cambios. Los hijos también verán sus vidas desde otra perspectiva. Azoey, por ejemplo, le tocará empezar desde cero en la escuela. La preadolescente en su antiguo barrio era muy popular y ahora debe darse a conocer.
El rebelde Adre Jr., o Andy, como el prefiere que lo llamen, le hace la vida de cuadritos a sus padres cuando decide practicar el hockey antes que el baloncesto (un deporte tradicional en la cultura negra) cuando llega a la nueva escuela. A partir de ahí, los dolores de cabeza llega para los jefes de la casa.
Por su parte los dulces gemelos Diane y Jack son iguales pero diferentes; ella es una sabelotodo y él es el pequeño más dulce del hogar. Ambos tendrán sus pequeñas grandes travesuras.
Para cerrar el círculo familiar está el abuelo, quien se encarga de inculcarles a los nietos la identidad cultural negra, lo que se convierte en una meta difícil de lograr en el entorno en el que viven. 1