Da la impresión que Netflix tiene el toque del Rey Midas. En una década que apunta al declive de la tele análoga, la empresa cerrará julio con más de 65 millones de suscripciones mundiales.
En televisión es sencillo saber cuándo una serie no logra las expectativas: un episodio piloto se transmite antes de aprobar más capítulos; en el peor de los casos, puede cancelarse abruptamente cuando merman los ratings .
Netflix tiene fe ciega en lo que produce y entrega temporadas completas sin certeza de cómo va a consumirse. No ha sido un modelo negativo, este año acumulan 13 nominaciones en los premios Emmy , varios para House of Cards y Orange is the New Black.
Sin embargo, no todo lo que Netflix toca es oro: existen programas suyos que no lograron enamorar al público.
Lo mediocre. Los estadounidenses no leen subtítulos. Netflix lo descubrió a la brava, cuando añadió su “primera producción original” en el 2012: Lilyhammer , una serie sobre un gángster italiano que es reubicado por el FBI en una pequeña ciudad Noruega.
¿El problema? Está en noruego.
El personaje principal habla inglés, pero casi todo lo demás tiene que subtitularse. En Noruega ha logrado cautivar audiencia, pero allá las temporadas se estrenan en tele análoga.
Por otro lado, Hemlock Grove (2013) quiso apelar al terror. La historia de vampiros y hombres lobo fue destruida por la crítica, situación que no ha evitado que este año se entregue una tercera temporada (será la última, aseguran).
Marco Polo (2014) tampoco resonó con la prensa. El drama histórico sobre el viajero italiano tenía el potencial de competir con el furor de Game of Thrones ; sin embargo, con guiones flojos y actuaciones mediocres, fue acribillada antes de lograr una audiencia fiel. Aún así, tendrá segunda temporada.
Lo malo. Bad Samaritans es una comedia que debutó en Netflix en el 2013.
La historia trata sobre un puñado de delincuentes menores que forma un grupo de amigos tras conocerse en servicio comunitario.
La única forma de ver las malas actuaciones y los chistes planos es a través del sitio de la cadena canadiense CTV. Aunque la cadena no produjo los cinco episodios de su única temporada –Fox Digital Studios lo hizo–, apostó por su distribución para luego desaparecerla de su catálogo, sin explicación.
Otro caso es Between , una serie de terror y drama que estrenó en mayo pasado. La premisa sigue a un grupo de adolescentes que quedan huérfanos cuando un virus desconocido mata a todos los adultos mayores de 21 años.
La participación de la celebridad juvenil Jennette McCurdy ( iCarly de Nickelodeon) no logró salvar a los seis episodios de la pésima crítica y, además, de la indiferencia de la audiencia.