La cruenta historia del tráfico de mujeres se explora en ‘Las elegidas’

Las elegidas: cruda historia de un círculo criminal que arrastra a jóvenes mexicanas a la prostitución. David Pablos, director del filme estrenado en Netflix, conversa sobre la película

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Sofía, de 14 años, es la novia de Ulises. Se besan. Hacen el amor. Por él, a pesar de él, sin que él lo quiera, la joven de Tijuana es capturada por la familia del joven, que se dedica al tráfico de mujeres. Las elegidas es una película cruenta, es una película necesaria.

El filme del mexicano David Pablos, estrenado en el Festival de Cannes, se estrenó en Netflix la semana pasada. Inspirada en un libro de Jorge Volpi, narra los sufrimientos que miles de mujeres padecen en México. “Lo que más me sorprendió no fue solo ver lo grave del problema, sino hasta dónde llega”, dice Pablos a La Nación . “Uno siempre piensa que eso sucede en lugares recónditos, y no es así: es visible en todos lados. Entre lo que más me impactó fue descubrir cómo es un negocio familiar, en el cual padres, hijos, hermanas, son parte de la maquinaria que todos operan”.

La segunda película de Pablos, coproducida por Diego Luna y Gael García Bernal, es cruda, pero no explícita; es sutil y seca. La cámara presta atención a la corporalidad y a los puntos de contacto entre los personajes. En la espalda de un personaje, por ejemplo, se expresa con callada furia el abuso físico. “Para mí es muy contundente, una manera de mostrar violencia aunque no se vea de manera gráfica. Eso me impacta, es muy expresivo”, asegura el realizador.

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Tal tratamiento contrasta con otras vías que han tomado cineastas mexicanos para mostrar la violencia de su país, más explícitas. “Sentí que no era necesario mostrarlo. He comprobado que cuando público crea esa imagen, esa escena, es aún más fuerte, más aterrador y genera un vínculo más fuerte con el personaje. No era necesario mostrar violaciones, golpes... el mundo donde se mueve esta historia es suficientemente terrible, sórdido, violento”, detalló el director.

Las elegidas tuvo un estreno modesto en México una semana antes de su llegada a Netflix, y ya ha generado debates en torno a su tema. ¿Qué papel puede jugar la ficción ante un problema así? “Es dar visibilidad y, más que visibilidad, creo que lo importante del cine es que da una cara, un rostro, un nombre, personaliza un conflicto que, de otra manera, se vuelve abstracto”, confía Pablos.

Tal crudeza significa una inmersión de los jóvenes actores, Nancy Talamantes y Óscar Torres, así como las actrices que interpretan a las chicas prostituidas, en una realidad densa y difícil. “Creo que la mejor manera de hacer esto fue no violentar en absoluto a mis actores, sino todo lo opuesto, ser muy cuidadoso, muy cariñoso, protegerlos. Ese era el objetivo principal, era proteger a mis actores, crear un ambiente de confianza, de compañerismo, donde todos se sientan cómodos, todos disfruten y dejar en claro que lo que estamos haciendo es un acto creativo. No tiene que ser para nada sufrido. El resultado es duro, pero el proceso no”, expresa Pablos.

No eran actores profesionales, por lo cual la producción facilitó talleres de actuación. “Se trató de darles herramientas de trabajo. El cine es una lupa y agranda absolutamente todo. No se puede mentir porque la cámara puede leer el pensamiento. El actor tiene que estar perfectamente concentrado, en sintonía. El taller consistía en importancia de concentración y en darles herramientas actorales”, comentó.

Véalo en: www.netflix.com