Johnny Lozada Despierta América con su humor

El exintegrante del legendario grupo juvenil Menudo asume con un gran compromiso su nuevo rol como conductor del programa en el que, asegura, ha podido expresarse tal cual es frente a las cámaras

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Su trampolín fue formar parte de la agrupación juvenil Menudo desde 1980 hasta 1984. Allí, siempre intentó demostrar que tenía talento y quería abrirse un camino dentro de la industria del espectáculo.

La habilidad que tiene Johnny Lozada en el canto y el baile, le abrieron las puertas para incursionar en la actuación, en países como Venezuela y México; este último lo acogió durante varios años.

Sin embargo, existía algo que siempre le había generado curiosidad: la conducción. Su paso por programas como Sal y pimienta , de la cadena Univisión, convirtieron a este cantante en el nuevo presentador estrella de dicha televisora.

Hoy, a sus 44 años, Lozada forma parte del programa matutino Despierta América , que se transmite en Costa Rica de lunes a viernes a las 8:30 a. m., por canal 9. Allí, se ha propuesto entretener al televidente, de todas las formas posibles.

Ha resultado común verlo vestirse de mujer, por el estreno de la novela Por ella soy Eva , o cuando sus compañeros lo mojaron en vivo para darle la bienvenida al show . Para él, lo importante es que el público inicie su día con energía.

Reconoce que, a lo largo de lo más de 30 años de carrera, ha sabido “jugar bien las cartas”, cuando de aprovechar las oportunidades de la vida se trata.

Atrás quedaron los días en las que fanáticas se volvían locas por el cantante adolescente. Hoy lo hacen por el presentador con el que se despiertan todas las mañanas.

Siempre quiso formar de un programa matutino. Ahora que ya lo logró, ¿qué nos puede decir del momento que está viviendo?

Estoy muy contento y agradecido con esta oportunidad que se me está brindando, al estar en el equipo de Despierta América . Desde que llegué al programa, todo el equipo me ha abierto los brazos y eso me gusta mucho, además de que tengo la oportunidad de levantar a los televidentes y alegrar sus mañanas.

Desde su ingreso al programa, algunos televidentes han manifestado que la energía es mayor y diferente. ¿Qué opina usted?

Esos cumplidos tengo que compartirlos con mi compañero Raúl González, Chiquinquirá Delgado y Karla Martínez, porque ellos merecen todo el crédito del éxito que goza el programa. Creo que la respuesta del público es el resultado del trabajo que hacemos cada uno de nosotros. Yo, que estuve tantos años en grupos musicales, sé lo que es trabajar en equipo y entre nosotros no existe una lucha de egos; al contrario, tratamos de ayudarnos entre todos.

¿Qué llega a aportarle Johnny Lozada al programa?

Yo lo que hago es mostrarme tal cual soy frente a las cámaras, y disfrutar del momento. Lo que quiero es reírme y tratar de que el público también lo haga. Yo busco aprender todos los días de mis compañeros y ese es mi principal reto (es interrumpido por una mujer que quería tomarse una foto con él). Hacía allá es donde voy.

La versatilidad del programa le permite desde cantar, bailar y actuar. ¿Siente que en Despierta América puede desarrollar cada una de sus facetas?

Sí, y te tengo que ser honesto. Cuando me dieron la oportunidad de ir como invitado, para mí fue un honor, porque siempre quise estar en el programa. A mí me encanta bailar, cantar y hacer reír a la gente y aquí puedo hacerlo. Ha sido divertido estar en el programa, porque puedo hacer cosas que a la gente le gusta porque la entretiene.

¿Cómo cuáles?

Darles vida a mis ocurrencias. Por ejemplo, me vestí una vez de mujer para hablar de una novela. Hay veces en las que en la tarde veo el programa, y me pregunto cómo pude ser capaz de hacer eso (ríe). Son cosas espontáneas, porque somos muy unidos, y eso hace que uno se sienta en la sala de la casa.

El público fue muy activo en las redes sociales solicitando su ingreso a Despierta América . ¿Esto era algo que se esperaba?

Eso significa muchísimo para mí. Gracias al público, estoy donde estoy, porque me han apoyado en las distintas facetas de mi carrera, lo que me ha permitido estar muy activo. El público es el que me da la energía para levantarme todos los días a las 4 a. m. La gente sabe que el Johnny que ven todas las mañanas, es el mismo que se encuentran en la calle, así que el público sabe que soy honesto en todo lo que hago en mi trabajo.

¿Cree que este es un reconocimiento a su capacidad de demostrar que fue más que un cantante juvenil en la década de los 80?

La verdad es que no lo sé. Yo soy una persona que más que ser un artista, soy un ser humano. Dios me dio la bendición de estar frente a las cámaras, pero yo no soy de esas personas que piensan en los reconocimientos, sino en lo importante que es el cariño del público.

”Creo que todo se trata de haber estado en el lugar correcto y en el momento indicado. Ha sido una mezcla de muchas cosas, porque hace 10 años, que yo quería estar en ese programa, no estaba preparado para asumir la responsabilidad de estar cuatro horas al aire”.

¿Qué retos le ha implicado el estar durante cuatro horas diarias y en vivo frente a las cámaras?

Han sido muchos en realidad, porque tengo a mi lado muchísimas personas capacitadas y que saben lo que hacen. Acabo de llegar –ingresó al programa el 21 de agosto– y estoy aprendiendo de todos mis compañeros; por ejemplo, a ser mejor cada día, a ser versátil y a abusarme, cada vez que puedo, de Chiquinquirá Delgado (bromea).

¿Siente que está en el lugar correcto para crecer?

Sí, claro que sí. Siempre le pedí a Dios que me diera la oportunidad de estar en un trabajo en el que yo pudiera divertirme y aquí lo hago. Desde pequeño siempre quise ser beisbolista, porque yo quería jugar, pero me metieron en Menudo y lo tuve que dejar. Finalmente, aquí conseguí el espacio para divertirme y trabajar.

Dice que la persona que está frente a las cámaras es la misma cuando estas se apagan. ¿Cómo se define a sí mismo?

Soy un payaso, no lo voy a negar. No me importa disfrazarme, hacer cosas que la gente no se espera. Sin embargo, respeto tanto esta profesión, porque nos permite comunicar informaciones muy valiosas para el público. Este programa me permite ser yo y resulta que no soy tan malo en esto.

En el programa Sal y pimienta le tocó hablar sobre algunos colegas del medio. ¿Cómo manejaba este compromiso?

La realidad es que fue una etapa muy divertida y de sentimientos superencontrados, porque me tocaba hablar de amigos de toda la vida. Analizaba mucho cómo podía hacer que algunas situaciones no parecieran tan impactantes como se creía, porque uno siempre trata de proteger a las amistades.

¿Era un mayor compromiso el haber sido en algún momento entrevistado y luego pasar a ser quien entrevistaba?

Claro que sí, porque yo sé lo que es que lo persigan a uno para obtener algunas información, pero también me tocó entrevistar a colegas, así que sabía lo difícil que era estar en su posición. Eso me hizo entender muchas veces sus reacciones y respetarlos mucho más. Yo traté siempre, en el programa, de ser lo más objetivo posible.

¿Considera que está viviendo una etapa de gran satisfacción a nivel personal?

No me lo había cuestionado hasta ahora, pero yo creo que sí. En estos momentos quizá no estoy tan centrado (bromea). Pero ahora siento que tengo mucho más claro hacia dónde quiero ir y de qué forma puedo llegar allí. Por ahí voy y lo seguiré intentando.

¿Cuál es ese camino?

Recuerdo que una vez alguien me dijo que una persona como yo siempre andaba por el mundo tirando flechas sin lograr dar en el blanco. Hoy me doy cuenta de que en algún momento de mi vida debí haber apuntado bien, porque estoy lleno de bendiciones.

Una de ellas es su familia.

Sí, por supuesto. Mis cuatro hijos: Felipe, Natalia, Thalia y Jean Gabriel, son parte esencial en mi vida y mi camino.

¿Qué está dispuesto a hacer para despertar a América?

Creo que ya la gente se dio cuenta de que soy capaz de hacer todo para despertar a toda América de una forma muy original.