Jim Carrey logró interpretar a ‘El Grinch’ gracias a la CIA

Actor casi renuncia a la película porque no soportaba cómo lucía; así logró lidiar con la furia

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El Grinch es una de las películas navideñas más distinguidas y famosas. Gran parte del éxito del filme se debió a Jim Carrey, el legendario actor y comediante canadiense que se encargó de darle vida al icónico duende verde que odiaba la Navidad.

Sin embargo, existe un secreto detrás de la producción de este largometraje, el cual involucró al mismo Carrey y que, por poco, lo hace renunciar a esta en su primer día de grabaciones.

El día que ‘El Grinch’ casi desaparece

El aspecto y la identidad del “Grinch” eran los ámbitos más destacados del personaje: un enorme y peludo duende de color verde, de ojos amarillos y con líneas de expresión muy marcadas, sumándole a ello su personalidad desentendida de la felicidad de los demás, teniéndose a él mismo como su única preocupación.

Un personaje con tanto peso necesitaba ser interpretado por un actor cuya expresividad exagerada pudiese verse como algo íntegro y orgánico, por lo que, finalmente, Universal Pictures e Imagine Entertainment se decantaron por darle el papel a Carrey, quien tenía una carrera en ascenso para finales del siglo XX (20).

Sin embargo, lo que no esperaba el actor canadiense era tener que someterse durante casi 100 días de grabaciones a utilizar un disfraz que demandaba varios kilos de maquillaje y pelo teñido de verde.

Era setiembre de 1999. El primer día de rodaje de la película había llegado a su fin. Carrey, ya consciente de lo que tenía que enfrentar gracias a todo el maquillaje que le aplicaban durante más de ocho horas diarias y un disfraz que lo hacía sentir atado, no soportó más esta situación y decidió renunciar.

El productor Brian Grazer, luego de enterarse de esta inesperada noticia, desestimó los reclamos del actor y organizó una reunión con un amigo suyo que era exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) para que lo ayudara con este embrollo, tal como contó en el programa The Graham Norton show de la BBC en el 2014.

El traje de la tortura

Para poder interpretar al “Grinch” adecuadamente, Jim Carrey tenía que ser de los primeros en llegar al set de rodaje en Hollywood para así someterse a un largo proceso de aplicación de capas de maquillaje y aditamentos de látex. Todo esto mientras tenía puesto un traje spandex cubierto con pelo de yak teñido de color verde.

“No podía ver. No podía respirar, ni podía rascarme. Las restricciones físicas eran increíbles. Era como tener un refrigerador atado a la espalda”, mencionó el actor en el show. La tarde de ese día, mientras consideró renunciar a la película, Carrey le dio una patada a la pared de su camerino dejando un enorme agujero. Se notaba que estaba desesperado.

Brian Grazer, consciente de la ardua labor de Carrey, llamó al exagente de la CIA para que entrenara al actor como un agente de inteligencia para así soportar todo tipo de torturas. “Teníamos a un actor cautivo por su disfraz y torturado por su maquillaje. Tal vez un especialista de la CIA podía enseñarle a sobrevivir al maquillaje verde del ‘Grinch’ de la misma manera que enseñó a los espías a sobrevivir a los interrogatorios hostiles”, dijo el productor en el programa.

El entrenamiento

El fin de semana siguiente de su debut en los rodajes, Carrey fue llamado a una de las reuniones más extrañas que tuvo en su carrera. Un especialista de la CIA estaba presente en los estudios de Universal Pictures en Hollywood para enseñarle técnicas empleadas por agentes secretos para soportar torturas.

“Me dijo: ‘Come todo lo que veas y, si te desesperas y no puedes manejarlo, enciende la televisión, cambia tu rutina, haz que alguien que conozcas venga y te pegue en la cabeza, golpéate en la pierna o fuma. Fuma tanto como puedas’. Así que yo era un ‘Grinch’ que comía, se golpeaba y fumaba de una boquilla enorme para que el pelo falso de yak no se quemara”, recordó Carrey en el programa. Al final, literalmente podrías golpearme en la cara con un bate de béisbol y habría dicho: ‘Buenos días, qué gusto verte’”.

Fue así como el comediante pudo lidiar con las dificultades de interpretar al “Grinch” durante casi 100 días. Este entrenamiento no fue una solución mágica e inmediata, puesto a que en realidad fue paulatino y logró que Carrey se volviera más paciente con el maquillaje y el disfraz del icónico personaje verde creado por el Dr. Seuss.

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