El vecindario de Wisteria Lane se convirtió durante ocho temporadas en el lugar donde se confabulaban la amistad, el misterio y la lealtad entre las mujeres.
Bree, Gabrielle, Lynette y Susan, fueron las principales protagonistas de Esposas desesperadas , en la que diferentes situaciones pusieron a prueba su determinación e incondicionalidad como mujeres.
En el capítulo final, transmitido ayer por Sony Entertainment Television, estas mujeres –ya no tan desesperadas– pudieron resolver algunos de los temas que más inquietaban cada una de sus vidas.
El personaje de Karen McCluskey tuvo la “responsabilidad” de ponerle el punto final y sello feliz a esta historia. Ese fue su gran legado, aún después de que esta gran actriz falleciera el pasado 2 de junio por padecer cáncer de pulmón.
Desenlace. Para este último episodio, Karen fallece en su casa, escuchando a Johnny Mathis. Sin embargo, antes de su muerte decide asumir la culpa como autora del crimen del padrastro de Gabrielle y, por el cual, Bree iba a terminar durante años en la cárcel.
A partir de allí, la “telaraña” de este suburbio estadounidense comenzó a desenredarse. Tras superar el miedo que tenía de comprometerse, Bree decide iniciar una relación con Trip, su abogado.
Por su parte, Renee sufre ataques de histeria por su boda con Ben y debe armarse todavía más de paciencia luego de que Julie, la hija de Susan, rompe fuentes encima de su soñado vestido de novia.
Además, Lynette y Tom retoman su relación con muchísima más pasión, esto luego de estar separados por un tiempo.
Susan, quien perdió a su esposo Mike, emprende vuelo junto a Julie y MJ hacia otro vecindario. Quizás, este nuevo hogar le servirá para reconstruir su vida.
La historia no podría estar completa sin Gabrielle quien, junto a su esposo e hijas, reconoce que extrañará la amistad que las une a cada una de ellas y el poder compartir cada uno de sus secretos.
El final de Esposas desesperadas deja un sabor agridulce entre sus seguidores. La noche de ayer dejó un sentimiento de alegría por haber compartido las historias de estas admirables mujeres y una sensación de nostalgia por un adiós que resultó inminente.