Combate: el fenómeno sin rival

La reducida oferta de programas infantiles y el poco atractivo de las noticias frente a los programas de entretenimiento, han hecho que dos equipos de una sola propuesta se disputen la atención de los televidente ticos.

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El elenco de Combate ha requerido solo de nueve meses y de una dosis moderada de rivalidad entre equipos para conseguir lo que a otros les ha tomado años: ascender al Olimpo de la prensa rosa tica e interesar a gran parte del mundo en que ellos –otrora personas promedio– hacen, dicen y deshacen.

Lo cierto es que a buena parte de de la gente le encanta hablar de ellos. Punto. Mientras la mitad de las personas los destrozan en redes sociales, la otra mitad se desgalillaron e hicieron temblar el Gimnasio Nacional cuando los 12 combatientes tomaron el escenario de Teletón, superando el recibimiento que se dio a cualquier artista internacional durante el evento.

Con grados diferentes de modestia, los protagonistas de esta competencia aseguran ya no poder llevar vidas ni rutinas normales. Al salir a la calle pueden tropezarse con un grupo seguidores que convierten su salida al supermercado en una sesión de fotos y autógrafos, en la que ellos participan con agrado y coquetería.

De mitos y cifras. Aunque a muchos les gustaría pensar que las historias de camisas desgarradas o los regalos de ropa interior que cuentan los combatientes son pura exageración, las cifras de rating parecen respaldar el éxito arrollador del programa.

Sin importar la competencia, Combate es, en términos generales, el programa más visto del horario estelar de la televisión nacional, de acuerdo con datos proporcionados por las empresas que miden los niveles de audiencia para los principales canales del país.

De lunes a viernes, el interés de los hogares ticos por conocer si el equipo naranja vencerá al azul en la linga o en los neumáticos supera a la preocupación por la noticias de cualquier canal, entre 8 y 18 puntos de rating, dependiendo del método de medición utilizado.

La sonada entrevista que Ignacio Santos realizó al expresidente José María Figueres, ha sido uno de las pocas victorias que Teletica ha logrado sobre Combate desde que la mina de oro de Repretel inició su dominio de la pantalla chica.

Los datos de Ibope para esa noche indican que el 25,61%, una cuarta parte de los hogares costarricenses, sintonizaron la entrevista, convirtiéndola en la ganadora de la noche. No obstante, los equipos naranja y azul resistieron la embestida conservando la atención de un 23% de los hogares.

Por medio de juegos, coreografías y los ligeros dramas de cualquier reality show, el programa también ha logrado amasar una cantidad impresionante de seguidores en las redes sociales.

Su perfil de Facebook cuenta con más de 274.000 “me gusta”. La cifra supera a la de todos los medios de comunicación del país y quintuplica la cantidad de seguidores de la presidenta Laura Chinchilla.

El poder de la gente. ¿Qué ingredientes hacen que la familia –o una parte de ella– se siente a mirar dos horas a un escuadrón de adultos jugando?

Gastón Carrera, mente detrás de la propuesta y del desaparecido A todo dar, afirma que la identificación de la gente con los combatientes ha sido una pieza clave detrás de fenómeno de popularidad.

“(Ellos) son muy parecidos al común de las personas, con distintas personalidades. Tienen distintas fisonomías, pero tienen que ser muy reales. No puede ser gente que no existe, sino personas con los mismos problemas, las mismas ambiciones, los mismos deseos y sueños”, comentó el productor.

La apariencia de los concursantes es otra de las razones por las que la competencia tiene tan buen desempeño entre ciertos públicos.

En el set, los 12 combatientes desfilan en apretados y pequeñísimos trajes que se ven obligados a reajustar en las pausas, solo para volver a mostrar sus atributos bailando frente a la cámara, un par de minutos después.

“Uno trata de mantenerse siempre, más que todo a los hombres nos gusta vernos guapos. Yo trabajo también en un grupo de baile con Coto y Daniel, obviamente uno depende mucho de eso”, comenta Berny Madrigal, uno de los miembros de Combate.

Los 12 jóvenes alimentan los anhelos de sus seguidores con una repartición constante de besos, guiños y mensajes que se repite en cada entrega del reality.

La sensación de control que el público adquiere con las votaciones es otro factor importante para entender la vinculación con el público.

“Engancha mucho a la gente, pues crea cierta ilusión en la que el público cree que tiene cierto poder de decidir sobre si se quedan o se van los participantes... Esto es algo que no dan las series tradicionales”, explica Marisol Fournier, psicóloga social y profesora de la Universidad de Costa Rica.

Fournier destaca que, pese a su éxito comercial, el programa falla en transmitir valores como la solidaridad o el apoyo desinteresado. Carrera objeta lo anterior y afirma que el aporte de Combate es unir a la familia durante dos horas.

La conexión con la gente se intensifica cuando intervienen los colores de la camiseta.

“Mi primita es naranja y la otra es azul y yo te puedo decir que llego a la casa y es caos entre las dos. Yo les digo: mis amores es un juego. Los grandes como tenemos nuestro equipo de futbol preferido, ahora los chicos tienen sus equipos naranja y azul”, afirmó la presentadora María Teresa Rodríguez.

La presentadora y su compañero, Kiko Robles, aseguran que los comentarios negativos los tienen sin cuidado.

“Los que ven el programa muchas gracias, los que no lo ven también y los que lo critican es porque lo ven. Es chota de los ticos y de algunos envidiosos... Casi siempre los que hablan son fanáticos de las redes sociales que andan buscando protagonismo ”, agregó Robles.

La popularidad y la admiración hacia el elenco son obvias, pero nadie habla nunca de dinero. En las entrevistas, las preguntas sobre salarios y precios de presentaciones privadas de los chicos (que van de ¢50.000 en adelante por hora) son esquivadas con risas nerviosas o gestos serios.

“Hay muchísimo trabajo y la gente confía mucho y, hasta cierto punto, se garantiza el éxito del evento”, dijo Bryan Ganoza, del equipo azul.

Ante los gritos, buena paga y la fama, algunos de los protagonistas pueden perder la perspectiva.

“Hay chicos más jóvenes que nunca han vivido esto y, de pronto, empiezan a ver plata, trabajo, chicas... Tal vez afuera se le subirán los humos, pero acá en el grupos los agarramos y los hacemos bajados para que no se equivoquen”, aseguró Madrigal.

Programas especiales como La casa de Guanto también ha permitido a la producción valorar la viabilidad de nuevos reality shows.

“ Es un tema que nos inquieta, por supuesto que nos llama la atención. Yo ya lo tengo en la cabeza el proyecto, me falta aterrizarlo en papel en función de números, pero por ahí anda”, comentó Carrera.

El productor también adelantó que viajaría a Ecuador y Perú con el propósito de negociar una especie de mini olimpiada de Combate y favorecer el intercambio de jugadores, tal y como ocurrió con la peruana Alejandra Baigorria, quien se integró por una semana al equipo naranja.

Si bien es imposible saber cuánto tiempo durará la fiebre por el programa, el elenco se mantiene muy optimista. “Los bultos, las loncheras y los lápices de Combate; espérenlo nada más, que esto apenas está empezando”, afirmó María Teresa Rodríguez, presentadora del programa.