‘Hay gente a la que le caigo mal... Eso no me quita el sueño’

Sin complejos Amelia Rueda se siente confiada de la línea de su programa. A los 60 años, la comunicadora no piensa en el retiro

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La voz de la periodista Amelia Rueda ha resonado en las radios costarricenses por 15 años.

Su estilo particular y sus fuertes opiniones con respecto a temas de la realidad nacional, despierta pasiones bipolares. Lo cierto es que entre confrontaciones con funcionarios públicos, gritos, canciones y llamadas, su programa radiofónico se ha colado entre los espacios de opinión más escuchados a nivel nacional, incluso por aquellos que la odian o le temen.

En el aniversario de Nuestra voz, y en su cumpleaños número 60, Rueda habló de su carácter y su forma de presentar la información.

La escucha una variedad amplia de gente, ¿sobre qué bases ha intentado construir su credibilidad?

En base a buscar la verdad y hacer todos los esfuerzos necesarios para que sobre cualquier hecho se conozca la verdad, con un profundo respeto al ser humano y a la dignidad del ser humano.

¿Qué le ofrece Nuestra voz diferente a los costarricenses?

“Hay muchas diferencias. La participación del público que es real. Toda la gente entra y habla siempre y cuando lo haga con respeto: cuando hace una afirmación tiene que tener una prueba. Si hay algo irrespetuoso nosotros no lo pasamos, lo cortamos.

”También nos metemos de frente a los temas más peliagudos y tratamos de entrarle de muchas maneras. A veces las personas, fundamentalmente involucradas no nos responden, pero le abrimos el micrófono a los costarricenses para que puedan opinar”.

¿Cómo se cercioran que lo que les dicen en Twitter o por teléfono es cierto?

Las personas que nos llaman nos tienen que dar el número de teléfono y los llamamos de vuelta porque ese teléfono se hace responsable de una injuria o una calumnia que puede ser que se de al aire y nosotros no lo podamos manejar.

“Cuando la gente por Twitter dice algo, de inmediato busco detalles o los pido a través de mensajes.

Uso muchos las redes sociales para reporteo. Tomo la denuncia, la investigo y luego la paso. Generalmente cuando denuncio algo ya tengo documentos en la mano”.

¿Qué significa para usted ser aceptada por la comunidad de Twittter y ser una de sus representantes fuertes en el país?

Yo no me considero una periodista de la vieja guardia. He hecho un esfuerzo muy grande por tratar de reinventarme para estar acorde con los cambios en la comunicación. Cuando Antonio Jiménez y Alejandra Fernández comenzaron conmigo este proyecto, yo vi desde el principio que iba a tener un gran futuro en la medida en que lográramos conectar a la gente y convertirlos en periodistas ciudadanos”.

¿Qué coberturas o hechos la han marcado como profesional en los últimos 15 años?

Los terremotos, el de Cinchona fue muy especial... Las tragedias, los actos de corrupción, las campañas que hemos hecho. A mí me ha marcado mucho la campaña que hicimos para que los niños de Olimpiadas Especiales pudieran participar cuando estaban ganando medallas y no tenían con que viajar fuera del país.... El contacto con la parte humana me marca mucho.

¿Planea retirarse pronto o todavía hay Nuestra voz para rato?

No sé cuando me voy a retirar. No sé de qué depende ni sé cuándo. No es que tengo planes ya armados, voy tratando de caminar con los tiempos. Sé que se están dando ahora cambios vertiginosos en la comunicación y me estoy preparando para sacarle el mayor provecho posible al periodismo virtual.

¿Alguna vez se le ha pasado la mano con algún entrevistado?

Creo que a veces son muy descarados y cuando son descarados sí me molesta. Me molesta en el sentido positivo. Yo tengo investigaciones e informes de algo que no está bien y un político insiste, insiste e insiste en que está bien, y, además, tengo a la gente en redes sociales diciéndome que, por favor, le diga qué le pasa o que lo quiten...

”Soy una persona que dice las cosas muy claramente... No creo que se me haya pasado la mano. Yo me cuido mucho...”.

Ha dicho que tiene un carácter fuerte. ¿Qué la hace perder la paciencia?

No, la paciencia nada. Tengo un carácter fuerte y hablo muy directamente.

¿Qué piensa de que algunas personas la tachen de “malcriada”?

Yo siempre me he mantenido en mis cabales. Sé que hay gente a la que le caigo mal, sé que hay gente a la que no le gusta lo que hago, pero eso no me quita el sueño.

¿Cómo busca el balance en su programa?

Yo siempre he dicho que Nuestra voz pretende ser el resumen de todas las voces, pero que la mía también cuenta. En el periodismo de opinión, cuando usted opina sobre un tema, no puede sustraerse de dar un punto de vista.

”(...) ¿Cuál es el balance? El balance, al final, es el del público: qué le llego y cómo manejan la información que le di; cómo maneja las afirmaciones que hice o la opinión que di. (...) Siempre trato de que haya un fairness, que estén todas las partes posibles, pero cuando un periodista hace una denuncia, mientras más seria es, más difícil es que al aire entre la persona acusada.

”Llamo a todas las partes involucradas; el hecho que no contesten no es culpa nuestra”.

¿Quiénes son sus mayores críticos?

Mis mayores críticos son las personas que critico.

¿Cuáles críticas escucha si no le quita el sueño lo que digan?

Escucho todas las críticas. Lo que pasa es que sigo haciendo mi trabajo de acuerdo a mis valores y principios, y no creo que eso sea malacrianza.

”Pedirle cuentas a un funcionario reiteradamente tampoco lo considero malacrianza. Si alguien dice que soy una malcriada, no voy a dejar de hacer lo que hago, porque dicen que soy malcriada”.

¿Y las críticas más allá de esa etiqueta?

Yo oigo todas las críticas y a todas les hago caso. Como pocos periodistas, yo tengo miles de personas en Facebook y en Twitter que me critican, que me dicen que por qué no lo hago diferente y también puede ver que si siento que alguien se ofendió le pido excusas. Leo todos los comentarios porque creo que parte de mi éxito profesional es escuchar lo que la gente dice.

¿El público es entonces su fiscalizador?

Totalmente. Lo que yo hago y lo que digo lo escucha no solo los que siguen el programa, que es cualquier cantidad, sino también más de 50.000 en Facebook y más de 20 mil en Twitter.

“Estoy totalmente abierta a la crítica, la valoro y cuando por alguna causa siento que he ofendido a alguien le pido disculpas públicamente”.

¿Cuáles son algunos de esos comentarios que usted ha escuchado?

Me han hecho llegar muchos. Me han dicho: doña Amelia usted habló de tal cosas, pero no tiene razón y debería escuchar la otra parte. Me pongo a pensar y busco a la otra versión.

¿Siente que les inspira miedo a algunas figuras nacionales?

Eso es lo que dicen. No entiendo por qué miedo, porque no puede hacerle nada a nadie. Nunca voy a decir nada de una persona que no sea estrictamente necesario, sea la verdad y lo haya sellado un juzgado. Yo no soy un juez que condena.

¿Quién la intimida a usted?

Cuando hay que pelear por algo que es justo soy una persona plantada. Nunca he pensado en destruir a nadie, porque eso no es lo que quiero. No es que me gusta intimidar a nadie ni que me intimiden. Puede ser que alguien lo haga, no pienso en quién o en qué...