Entrevista exclusiva con Pedro Pascal y Gwendoline Christie, de ‘Game of Thrones’

Pedro Pascal y Gwendoline Christie son evidencia irrefutable de la suprema atención al detalle que caracteriza el mundo de Game of Thrones.

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El estreno de la cuarta temporada de la que hoy es la serie de series significó un nuevo éxito para HBO: desde el último capítulo de Los Soprano no se registraban tantos televidentes pegados al canal al mismo tiempo: 6.6 millones sintonizaron puntuales, tremendo levantín en comparación con los 4.4 que se apuntaron para el debut de la tercera temporada.

Mientras tanto, el show mantiene el título del programa de tele más pirateado en la web, “reconocimiento” que al menos Jeff Bewkes (CEO de Time Warner, compañía madre de HBO) aprecia, pues a su criterio “es mejor que un Emmy”.

Sí, aunque usted no lo crea, la piratería, cuando el material es de calidad, se traduce en más suscripciones pagas y, por supuesto, más clientes para los dvds y blurays una vez que salen al mercado.

En su cuarto año de vida Game of Thrones es ya un fenómeno monumental del cual pocos han logrado escapar. Incluso quienes no ven el programa pueden al menos identificarlo: “Ah, la serie de los dragones y las tetas”, escuché decir el otro día. Una observación algo superficial, pero muestra clara de que la obra de David Benioff y D.B. Weiss no ha pasado desapercibida ni por los más apáticos.

Así, cuando HBO anunció a dos días de estrenar la cuarta temporada, que renovaba la serie para una quinta y sexta, la cantidad de sorprendidos fue de cero. Ahora más bien la pregunta que todo el mundo se hace es hasta dónde llegará esta épica aventura y si le dará tiempo a George R. R. Martin de escribir antes de que la serie lo “alcance”.

Es ahí donde radica el punto clave del éxito de Game of Thrones . No importa cuántas veces lo pregunte usted y a quién dirija la interrogante, cualquiera que haya trabajado cerca de la producción le dirá siempre que todo se debe al excepcional talento de Martin para contar una buena historia de fantasía. A partir de sus libros (la serie A song of Ice and Fire , que se inició en 1996 y va por su quinto libro de siete) Benioff y Weiss han logrado crear un mundo apasionante que tiene al borde de la pantalla chica a la enorme mayoría de quienes le han dado una oportunidad al relato. Incluso aquellos con poca afinidad por lo épico y fantasioso (hola) han encontrado irresistible la trama intrigante de Martin.

Pero… ¿De qué sirve una buena historia si no se la cuenta bien? Visto y probado está el talento del aludido escritor con las letras, mas adaptar sus palabras a la tele no es tarea sencilla, especialmente cuando hablamos de escenarios tan impresionantes como los que describe su pluma, todos ellos habitados por los más variados personajes y las más espectaculares criaturas. Es aquí donde entra el genio de Benioff y Weiss y por supuesto, el presupuesto y respaldo de HBO.

Cada detalle de cada capítulo ha sido meticulosamente estudiado y atendido por la dupla de productores y guionistas, incapaces de descuidar elementos tan “colaterales” como la química entre los actores y el ya conocido ambiente “familiar” del set. El reto es mayúsculo, especialmente tomando en cuenta que solo en la tercera temporada más de 250 actores pasaron por la serie… pero nadie se queja. Por el contrario, una y otra vez leemos tanto a los secundarios como a los principales, dando las más alegres declaraciones en torno a la excepcional atmósfera de trabajo que rodea la producción.

Teleguía conversó con Pedro Pascal (Oberyn Martell) y Gwendoline Christie (Brienne of Tarth) para precisamente ahondar en el siempre apasionante mundo detrás de las cámaras. ¿Cómo consiguieron papeles tan relevantes dentro de la serie de moda ambos actores? ¿Cuál es la fórmula del éxito de la serie y qué representa en su carrera formar parte de semejante elenco?

La víbora roja: trigueño seductor del sur

Pedro Pascal encarna a Oberyn Martell, el príncipe de Dorne, la región más sureña de Poniente (Westeros), tierra caliente de gente temperamental, con costumbres muy distintas a las de los otros reinos forman el continente. Su llegada a la capital (Desembarco del Rey o King’s Landing) se da precisamente en el primer capítulo de la cuarta temporada y es quizás el punto más alto del episodio.

Pascal, chileno de nacimiento, se adueña del personaje con una facilidad escalofriante, alcanzando el respeto y la admiración incluso de los fans de hueso colorado (esos que no dejan de hablar de los libros), quienes inicialmente se quejaron de que Pascal era “demasiado blanco” para interpretar a Martell. Algunos cometen el error de atribuir el acento de Oberyn al origen latino del actor, pero lo cierto es que domina perfecto el inglés y su forma de hablar en la serie es parte del encanto “exótico” del personaje.

Fue precisamente en inglés que nos atendió Pascal, pues lo maneja mejor que el español. Muy a pesar de eso sí nos aceptó en confianza que pensó en su padre cuando quiso encontrar el color y tono de la voz de su personaje, para el cual audicionó con un iPhone… y pocas expectativas. “Envié el video y me llamaron… Cuando me eligieron no me lo podía creer. Me habían hecho leer algunas páginas del guion y estaba tremendamente decepcionado porque ya era fan de la serie y me arruiné de antemano algunos eventos de la historia que no conocía… así que me enfadaba muchísimo la idea de no conseguir el papel”.

Pero lo consiguió y lo hizo suyo de inmediato. Pascal nos contó también que una de las primeras escenas que le tocó grabar fue precisamente una de las más desafiantes, pues requería un tú a tú con uno de los actores ya consagrados del show (háganle números a cuál…) y Pascal tenía que demostrar de una vez de qué estaba hecho el príncipe del sur.

Entre risas comentó que al lado de eso las escenas de alto engranaje sexual resultaron mucho más sencillas y amenas: “nos llevamos muy bien en el set y tratamos de hacerlo lo más llevadero posible, lo que más importa es respetar tanto como podamos el material de origen y el guion que tenemos”.

¿A qué se debe el embrujo masivo de la serie? Pascal alude al talento de Martin como punto de partida: “Honestamente todo se lo debemos a la maestría con la que George cuenta su historia. Los libros son increíbles, han redefinido la fantasía y han retado todas nuestras ideas previas de cómo se puede contar una historia de esta naturaleza. Luego llegaron David y Daniel y no comprometieron nada a la hora de hacer su adaptación… los seres humanos somos capaces de todo y esta versatilidad es un elemento del que ellos no escapan, no evitan ahondar en los límites de nuestro comportamiento y por eso tanta gente puede identificarse con los personajes de Game of Thrones … además… ¡¡hay dragones!!”.

La doncella de Tarth: el honor como escudo… y espada

George Martin describió a Brienne como una mujer anormalmente grande y fuerte, muy por encima de la mayoría de los hombres de Poniente en tamaño. Tales características llevaron a los más arrechos seguidores de la serie ha sugerir a Gwendoline Christie para el papel incluso antes de que iniciaran las audiciones (Brienne debutó en la segunda temporada).

Gwendoline, por su parte, tomó todo el interés del mundo en el papel luego de leer los libros de Martin, pues se sintió particularmente identificada con el personaje, siendo que ella también había sufrido de todo tipo de maltrato y abuso por su aspecto físico. Su deseo de quedarse con el puesto fue tal que llegó a la audición con el atuendo de Brienne y toda la cosa… y ganó el rol sin debate alguno.

Su papel es venerado por la enorme mayoría de los seguidores de Game of Thrones pues representa no solo a una mujer independiente y corajuda, sino también a una de las criaturas más nobles y honorables de la historia… atributo particularmente destacable en un mundo cargado de intriga y traición.

“El amor que la gente tiene por Brienne viene del libro, el personaje fue escrito de una forma hermosa y luego adaptado increíblemente. Las criaturas de George son maravillosas y esta mujer también lo es... por mi parte trato solo de concentrarme en honrar al personaje y estar a la altura de lo que merece y de lo que los fans espera de él… por papeles como este es que sueñas con dedicarte a la actuación”, nos dice.

Gwendoline también coincide con usted, conmigo, con todos: Game of Thrones debe todo su éxito al imaginario de Martin y a su lectura de la psiquis humana: “creo que la gente ama Game of Thrones porque muestra un mundo de experiencias humanas versátil, completo, integral, que incluye las experiencias oscuras y extremas que también nos identifican… todo esto en un marco de los más hermosos mundos de fantasía… el hecho de que en un contexto como este podamos apreciar en los personajes raíces tan reales (por grotescas y brutales que parezcan) permite al espectador identificarse a otro nivel y sentir un inusual entusiasmo por historias de corte fantástico”.

Vaya que tiene razón… al encanto de Game of Thrones se rinden, cada día, más y más millones de incrédulos: nos sobran los motivos. Pero, por si hicieran falta, Pascal nos recuerda uno más… ¡Hay dragones!