Las voces de los muertos vuelven a la vida en nuevo programa de investigación criminal Testigo final , que ofrece una mirada única a algunos de los asesinatos más impactantes de la nación.
En la serie, el narrador es un observador omnipresente que sabe quien es responsable de su crimen, pero que le permite al espectador armar el caso y descubrir al culpable con base en pistas que ofrecen los investigadores, así como los familiares y amigos involucrados en cada historia.
A lo largo de 12 episodios se recrean historias que estremecieron a Estados Unidos en los últimos lustros, como el de Krystal Faye, una estudiante de secundaria de Carolina del Norte quien, con apenas 17 años, tenía toda la vida por delante y, a corto plazo, la inmensa ilusión de graduarse.
Sin embargo, tras un ensayo antes del baile de graduación, la jovencita desaparece sin dejar rastro, hasta que la policía realiza un macabro hallazgo.
¿Quién podía realizar algo tan macabro en un pueblo tan tranquilo? ¿Quién se habría ensañado con una joven en la flor de su vida, justo a las puertas de uno de los momentos más importantes de su vida?
Lo interesante de este show es que la misma Krystal (una voz en off que recrea en primera persona toda la vivencia) es la que va llevando al espectador por las pistas correctas hasta descubrir la verdad, que por cierto en este caso fue sencillamente sorpresiva e impensable.
Entretanto en Houston, y con apenas 19 años de edad, Ashley Wilson está feliz tras descubrir que va a ser madre, esto no sin antes pasar por un duro proceso de aceptación ante el temprano y sorpresivo embarazo.
Pero ella jamás sabrá lo que es convertirse en madre, pues nunca conocerá a su hijo: ambos son cruelmente asesinados por alguien que, por ningún motivo, quería que esa criatura viniera al mundo.
Todas las sospechas señalan al padre, pero como ya se sabe, las cosas no siempre son lo que parecen.
¿Qué le puede haber pasado a Mijael Dojaquez, un popular instructor de yoga de un pueblo de Houston, Arizona?.
Sin enemigos conocidos, el joven era, por el contrario, toda una luminaria de paz y buena vibra en la comunidad, que se estremece cuando se descubre el cuerpo del instructor, básicamente masacrado en la entrada de su casa.
¿Quién podría haberse ensañado así con él? ¿Fue acaso un robo que, definitivamente, salió mal? Cuando la verdad salga a flote, la ya adolorida comunidad pasará del asombro y estupor al dolor, al comprobar el grado de injusticia cometida contra uno de sus ciudadanos más alegres y sanos.