¿Qué es ser bueno? ¿Qué es tener suerte? ¿Qué es ser feliz? Estas preguntas bien podrían ser la mecha que enciende una hoguera de dudas existenciales en el ser humano promedio: usted, yo, la mayoría.
Derek, sin embargo, está lejos de ser parte de un montón. Derek es único. Derek es, en sus palabras, “la persona más afortunada del mundo”.
En realidad, Derek Noakes es un cuidador que labora en un hogar de ancianos, donde ha pasado los tres años más recientes de su vida. Es un hombre de gustos sencillos: disfruta ver programas de televisión de reality y de concursos; se interesa en la vida de las celebridades; disfruta pasar horas frente a una pantalla viendo videos en YouTube. Su mayor interés, por encima de los anteriores, es hablar sobre animales.
Su comportamiento es infantil e ingenuo, lo que le ha generado rechazo y burlas en el mundo exterior, allí donde su comportamiento libre de inhibiciones y de vergüenza no es aceptado por la masa.
No que esto a él le importe. Derek es fiel a su filosofía de vida: más vale ser bondadoso que astuto o atractivo. Sus palabras las defiende con sus hechos. En la ingenuidad y la inocencia de ver el mundo a través de ojos infantiles, Derek encuentra la felicidad que emana de las pequeñas cosas.
“Soy la persona más afortunada del mundo”, dice y no miente.
Inocencia y bondad. “Originalmente, Derek era un recurso satírico que usaba en mis espectáculos unipersonales”, cuenta Ricky Gervais, uno de los comediantes británicos más relevantes de las últimas décadas.
Creador de varias series de televisión importantes (en cuenta la versión británica de The Office , que sirvió de inspiración a la posterior versión estadounidense que protagonizó Steve Carrell), Gervaris es el autor, director y protagonista de Derek , una serie más producida por Netflix.
En ella, Gervais explora la cosmovisión de un hombre que, aunque hecho a un lado por los convencionalismos de la sociedad, mantiene su pureza de espíritu y su fe en la bondad de las personas ante todo.
“Derek tiene una mirada diferente a la del resto, y puede decir cosas graciosas porque lo hace desde la inocencia y la sinceridad”, agrega Gervais. “Es como cualquiera de nosotros a los ocho años. Es como cualquiera antes de descubrir la mentira, la competencia constante y el egoísmo, que es cuando comenzamos a callarnos ante algo que nos emociona por temor a quedar como unos tontos. Él tiene todo en orden”.
La cosmovisión de Derek contagia a los demás personajes de la serie, tanto internos como empleados del hogar de ancianos. Todos ellos son seres marginales, perdedores incluso. Personas que han sido maltratadas por el mundo y que, pese a esto, mantienen incólume su búsqueda de la bondad.
La lucha de Derek y sus amigos contra el mundo exterior es una en la que el objetivo es hacer el bien.
“Si hay un tema central en la serie es la bondad”, asegura Gervais. “Los personajes son deficientes en todo, excepto en hacer lo correcto”, finaliza el cómico.