En el corazón del sur de Estados Unidos abundan los terrenos inmensos, los paisajes panorámicos, los buenos modales y las familias adineradas de clase media y alta.
Pero no todo es lo que parece y los más despreciables crímenes suceden aún en el seno de familias llenas de historia y tradición, cuyos miembros –se supone– son ejemplares ciudadanos de bien.
Southern Fried Homicides (título en inglés que podría traducirse como Crímenes cocidos en el sur ) transporta a los espectadores al húmedo clima del Sur en donde una melodiosa voz les explica a los espectadores cómo intentó aquel hijito de papi encubrir los crímenes contra su propia familia... y así por el estilo.
Uno de los episodios de estreno remite a aquel viejo adagio del sur: las familias en esa región son como el dulce de azúcar, mayoritariamente dulces, pero con algunas cuantas nueces.
Después del rimbombante matrimonio de la rica sureña Susie Newsom, algo empieza a fallar y, tras una espiral de enredos, ella comienza a tener una aventura nada menos que con su primo hermano.
El resto de la familia no está de acuerdo con la escandalosa e incestuosa relación de los primos hermanos, pero nadie se imagina el desenlace: todo termina con nueve familiares muertos, en una matanza que se extiende desde Kentucky hasta Carolina del Norte.
Otro infame asesinato que en su momento sacudió las entrañas de la comunidad fue el de Derek y Nancy Haysom, en 1985. Ellos fueron asesinados en su mansión, prácticamente degollados por su hija, Elizabeth Haysom, y el novio de esta, en una aparente venganza por la desaprobación de la pareja en cuanto a la relación y, de paso, para acceder a la millonaria herencia de los padres.