Una voz femenina contesta el teléfono. Es una operadora de la línea de emergencias del 911. Se escucha como a través de un radio cuando pregunta si la llamada necesita la asistencia de policías, bomberos o paramédicos.
—No sé si es una invasión de hogar —contesta una voz gruesa de hombre—, pero parece que mis vecinos están muertos.
Así son los primeros tres segundos de American Crime : una pantalla en negro, letras blancas en el centro y el diálogo previo: el escalofriante temor de la duda.
A partir de esa llamada, la serie –producida por la cadena estadounidense ABC y estrenada en ese país en marzo de este año– relata las réplicas que proceden a un sismo: un asesinato en Modesto, California.
Es así: Matt Skokie, un veterano de guerra, aparece muerto en su casa; su esposa Gwen fue víctima de un ataque. Por estos crímenes, cuatro sospechosos son puestos en custodia por la policía.
El primero es Tony Gutiérrez, un adolescente que termina involucrado sin darse cuenta; su padre, Alonzo Gutiérrez, es un hombre dedicado y trabajar que siempre ha estado pendiente de Tony. Por su parte, Héctor Tontz es un joven que ha llevado una vida en los márgenes de la sociedad y ha tenido que tomar malas decisiones para sobrevivir. Carter Nix y Aubrey Taylor son dos almas perdidas y destructivas a casa sus adicciones –del uno al otro y a las drogas–.
El perfil de cada uno de los sospechosos del crimen está claramente definido, sí, pero –como suele ser el caso– sus situaciones son mucho más complicadas de lo que parece a simple vista. Bien visto, sucede lo mismo con las víctimas.
Russ y Barb Skokie –divorciados y distanciados– se unen para enterrar a su hijo Matt y comienzan la búsqueda de justicia por su asesinato. Durante este largo camino que recorrerán los dolientes padres descubrirán que su hijo pudo haber estado lejos de ser inocente de su propio asesinato.
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Triunfal
La crítica celebró por todo lo alto la primera temporada de la serie.
De hecho, contó con 10 nominaciones a los premios Emmy, en cuenta los galardones a mejor miniserie, guion y otros a su elenco, encabezado por Felicity Huffman y Timothy Hutton.
La narrativa de la serie se detiene en varios aspectos trascendentales en la dicotomía de la sociedad estadounidense –y, en general, del mundo occidental, en cuenta nosotros–.
Las políticas y divisiones de género, clase socioeconómica y, sobre todo, de raza, son fundamentales en una historia que sigue de cerca un crimen en el que el color de piel es protagonista. ¿Es la justicia la misma cuando se es blanco o negro?
Como lo pone Alessandra Stanley, crítica de televisión de The New York Times : “el crimen no concierne la raza. Pero todo alrededor de este –la ira de los acusados, el dolor de las víctimas, los investigadores, la defensa y los acusantes– está marcada con prejuicios del tipo racial”.
Por su parte, Brian Lowry, de la revista Variety , apunta que “narrar la historia desde perspectivas múltiples –de manera similar a lo que hizo la película Crash – que se intersectan en torno a un asesinato, significó un reto para el director y guionista John Ridley (de 12 años de esclavitud ), quien reta las percepciones y nociones preconcebidas, a medida que el caso en desarrollo cambia la vida de sus personajes, pero mantiene sus prejuicios y convicciones”.
El futuro
La serie significó un éxito tan grande para ABC que ya se confirmó la producción de una segunda temporada e incluso se conocen detalles sobre su trama: un estudiante de secundaria, en la ciudad de Indianapolis, acusa a varios compañeros suyos de abusar sexualmente de él.
Mientras tanto, la primera temporada se estrena el viernes 4 de setiembre para América Latina, en AXN, como un retato de la crimininalidad y el poder omnipresente de los prejuicios en nuestras sociedades.
Véalo. Viernes 4. AXN. 8:00 P. M.