Exorcista, demoniólogo y maestro de las artes ocultas: esta es la tarjeta de presentación de John Constantine, el hombre que cada viernes deberá luchar contra fuerzas malignas ajenas... y muchos, muchos demonios propios.
Constantine llega al canal Space con una gran expectativa por parte de los más puristas seguidores de Hellblazer , el cómic de terror al que Alan Moore – catalogado como el mejor escritor de historietas del mundo– dio vida en 1988.
“Los creadores de la serie, Daniel Cerone y David S. Goyer, adoptaron la popular estrategia de reivindicación al volver a lo original, lo que en este caso implica evitar los errores de la película del 2005 Constantine , con Keanu Reeves como protagonista. Con su melena rubia, el actor galés Matt Ryan se parece más al personaje de los cómics, el cual estaba explícitamente basado en el cantante de pop Sting (después de todo, eran mediados de los 80)”, destaca The New York Times .
Sin embargo, persiste alguna incertidumbre sobre cuánto quieren (o pueden) apegarse los productores a la historieta porque eso implicaría, por ejemplo, que el nuevo John Constantine sea bisexual y un fumador empedernido, igual que su contraparte de papel.
Si no pueden esperar a ver la premier este viernes, a las 9 p. m., acá les ofrecemos un pequeño spoiler , cortesía del New York Times : “Basados en el primer episodio, el Constantine de la cadena NBC será mucho más sano que el original. A pesar de que se la pasa jugando con un anticuado encendedor, nunca enciende ni lo utiliza para encender algo. Esto es lo que sucede cuando intentas trasplantar un antihéroe a la televisión”.
¿Más de lo mismo?
John Constantine está muy lejos de ser el héroe idolatrado de su ciudad, como sí lo son Flash y Batman, por ejemplo. Sin embargo, mantiene algo en común con sus colegas de DC Comics: un tormentoso sentimiento de culpa.
El protagonista vive opacado por el recuerdo de la niña de nueve años que no pudo salvar. Por eso, tras ese trágico incidente, él mismo tomó la decisión de internarse en un centro de atención de enfermedades psiquiátricas, dispuesto a dejar atrás las artes oscuras.
No obstante, su destino le sigue los pasos y lo lleva a enfrentarse de nuevo con su deseo de ayudar a los poseídos, pero también con su propia arrogancia. Un enigmático mensaje lo pone de nuevo en el juego para intentar salvar el alma de Liv, una joven a la que no conocía pero con quien guarda un vínculo imborrable.
Aunque la serie se enmarca en la nueva afición por las series de terror, para algunos podría parecer una idea reciclada de lo que ya el sétimo arte nos ofreció, y quizá para otros podría tratarse de un atrevido intento de poner las historias ya contadas en el formato de una serie televisiva.
“Con cierta frecuencia, para minimizar sus monólogos sobre el inframundo, Constantine es confrontado por demonios que no han cambiado mucho en 40 años, desde Linda Blair (de El exorcista ): los mismos ojos nublados, las mismas articulaciones flexibles, el mismo cabello enmarañado”, advierte The Washington Post .