Tía Florita guarda con mucho cariño todos los premios, homenajes y reconocimientos que ha obtenido durante sus casi 38 años en la televisión, como experta gastronómica.
Sin embargo, son tres los que asegura, disfrutó más a la hora de recibirlos, y que se hicieron realidad en el año 2010.
Primero, ganó en París , Francia, dos premios Gourmand Cook-book Awards. Uno por la venta de medio millón de libros vendidos en un país considerado pequeño.
El otro representó un reconocimiento a su trayectoria.
La popular chef recuerda aún el momento en que debió subir al estrado del Teatro Paul Bocuse, luego de escuchar su nombre como parte de la lista de homenajeados.
Como segunda situación inolvidable, Tía Florita evocó la noche del 2 de setiembre de aquel año, cuando su amiga de muchos años, Olga Cozza, le entregó un reconocimiento. “Mi mayor emoción fue aquí en Costa Rica, cuando recibí de manos de ella el homenaje de la revista Sabores , al calor de mi gente”, contó.
Inesperado. En la entrevista con la experta culinaria, comentó que los dos galardones que ganó en Francia la tomaron por sorpresa.
“Eso tuvo que ver con el Espíritu Santo que me da regalos increíbles y ese regalo me asustó” expresó.
Sobrado recordó que la historia de esas distinciones, se inició meses antes, cuando en el 2009 una española llamada Laura Gosalbo, estuvo en varios países de América Latina para encontrar a los 30 chefs de todo el mundo con más tiempo de tener un programa en la TV.
Poco después, Gosalbo publicó el libro Celebrity Chefs , con el fin de plasmar sus hallazgos, entre los cuales apareció Tía Florita.
“Eso me permitió ganarme un premio en Fráncfort, Alemania. Fui allá a recibirlo, y cuando le llevé mi colección de libros a Laura Gosalbo, no sabía que a su lado estaba nada menos que el presidente de la Gourmand Cookbook Awards”, rememoró con mucha emoción.
El encuentro circunstancial valió para que el representante de los premios se apropiara también del compendio de libros de la tica. En la despedida, el hombre le dijo a Tía Florita que aquello era todo un tesoro y que por eso se lo llevaba a París... luego, vinieron los premios.