En una década cambian muchas cosas. En el 2005, las series se estrenaban en la tele, y teníamos que esperar pacientemente a que alguien pirateara el DVD original para verlos en Internet (ilegalmente).
En ese entonces, el streaming no era una alternativa, ni legal ni ilegal, para ver series. Ningún archivo de video prometía calidad de imagen HD.
Hace 9 años, Milo Ventimiglia y Chad Michael Murray eran los galanes adolescentes de mi generación. Ventimiglia se sacudía los estigmas de su papel como un novio guapo y problemático en Gilmore Girls interpretando un súper héroe guapo, problemático y poderoso en Héroes ; Chad Michael Murray actuaba como el deportista estelar de un pueblo pequeño en One Tree Hill y tropezaba en sus saltos al cine, encasillado también como un interés romántico en películas de adolescentes.
Después de varios años de tropezar por papeles similares, Ventimiglia y Murray aterrizaron en Chosen en el 2013, una serie de acción y violencia producida para Internet con temporadas pequeñas y episodios cortos.
Ahora, en el 2015, le tocá su debut televisivo en TNT. Efectivamente, diez años ha sido suficiente para el cambio.
Chosen es novela negra, ficción pulp llevada a la pantalla digital. En Internet la premisa le ha permitido darse el lujo de producirse bajo un presupuesto ajustado. No necesita más.
En el primer episodio, Ventimiglia es un (mal) padre de familia que ejerce como abogado criminal. No le sorprende ser atacado por un tiroteo, pero sabe que tiene que devolver la pistola que ha sido dejada en su puerta dentro de una caja de madera sin remitente.
Su personaje, Ian Mitchell, entrega honradamente el arma a la policía; cuando la ley le falla, inicia la historia.
Chosen es un juego en el que ninguno de sus participantes se involucra voluntariamente. La violencia disciplina el aprendizaje de las reglas.
¿Las reglas de quién? De un verdugo que se sugiere, pero sin afán de revelar nunca su identidad.
A la historia no le hace falta determinar estas pequeñeces, en línea la incertidumbre motiva el click de seguir adelante. Como los personajes, también nosotros debemos apretar el gatillo presionados por la adrenalina de resolver un sangriento acertijo.
En Internet esta clase de historias funcionan de maravilla. El consumo de series por atracón se ha vuelto una practica acostumbrada desde que nos familiarizamos con el modelo Netflix.
Crackle, plataforma que alberga en Internet a Chosen , propicia estos atracones generando series cortas, con episodios sin conclusión clara, continuados en el siguiente.
No hace mucho, la serie 24 prometía similares expectativas en sus temporadas. Sin embargo, también nos pedía paciencia para esperar la siguiente hora narrativa una vez a la semana.
Cada episodio de Chosen dura si acaso 23 minutos. En Internet, sus temporadas de seis episodios se devoran rápido en una tarde ociosa.
En el 2005, Internet nos pedía paciencia para descargar televisión análoga. En el 2015, la televisión nos suplica paciencia para retransmitir lo que produce, exitosamente, Internet.