¡Bienvenida sea la reina de la pista!

La actriz mexicana María Antonieta de las Nieves le confesó a Viva que cumplió el sueño de regresar a una pista de baile, algo que siempre había deseado retomar desde que era una niña

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Tiene 61 años, de los cuales 40 ha pasado dándole vida a la Chilindrina. Es por ello que resulta más que comprensible entender por qué dice que ha estado más de la mitad de su vida siendo una niña.

Para la actriz mexicana María Antonieta de las Nieves, el interpretar este personaje ha significado tener que dejar de lado, muchas veces, quien es realmente, para darle paso a la pequeña intrépida niña que se robó el cariño de millones de televidentes que sintonizaban el programa El Chavo del 8 .

Después de mucho pensarlo, decidió que era el momento de dejar de lado a la Chilindrina, para darle paso a la oportunidad de cumplir uno de sus más grandes sueños desde que tenía ocho años: convertirse en una bailarina.

Hoy forma parte del grupo de famosos que integran la tercera temporada del programa Mira quién baila , que se transmite todos los domingos por Univisión.

En ese espacio, espera lucirse como María Antonieta de las Nieves; es decir, por una vez en la vida, brillar por ella misma y no dejar que sea su personaje quien se lleve el mérito y los aplausos.

Según la actriz, el volver a estar frente a las cámaras y bajo las luces del escenario, representan la oportunidad de regresar a la vida que tanto extrañaba y que, en algún momento, pensó perdida.

¿Por qué aceptar ser parte del programa Mira quién baila ?

Por un reto más, por cumplir un sueño que tenía desde que era una niña. Cuando cumplí tres años comencé a estudiar danza hasta que tuve 12, pero mi vida tomó otro camino. Cuando me llaman para esto, no podía dejar la pasar la oportunidad de asumir este reto y no hacer nada sobre ello. Estoy feliz, porque es como si estuviera empezando una carrera y nadie me va a parar. Así de feliz estoy.

¿Cómo ha sido el reencontrarse con la pista de baile?

Ha sido maravilloso. Haz de cuenta que es como si la Chilindrina estuviera bailando, porque a los ocho años dejé de bailar, y hoy, a los ocho años de la Chilindrina, lo vuelvo a retomar. Me hubiese gustado más que fuera la Chilindrina quien bailara, porque con ella no temo hacer el ridículo, en cambio como María Antonieta de las Nieves sí me da verguenza. Esto es un sueño hecho realidad.

Ha dicho que el formar parte de este show le ha hecho vivir cosas maravillosas, ¿cuáles han sido esas vivencias?

Es increíble. Todos los chicos con los que estoy trabajando tienen poco más de 30 años y ha sido maravilloso porque nos llevamos tan bien como si tuviéramos la misma edad. Cada uno de ellos me cuida, me atiende, me consiente. Me han hecho sentir como la reina del lugar y los veo como mi familia. Todos nos echamos porras y nos apoyamos; es una hermandad tremenda. He sido muy feliz.

El hecho de estar cumpliendo este sueño, ¿le permitirá hacer cosas que nunca se ha atrevido a hacer como María Antonieta?

Pues fíjate que sí. Estoy consciente de que Dios me permitirá estar el tiempo que él quiera y lo disfrutaré al máximo. Voy a darlo todo en la pista y si llego a la final cumpliré mi sueño adorado y allí María Antonieta de las Nieves se retirará de los escenarios para que la Chilindrina siga haciendo de las suyas, como hasta ahora.

Usted dice que es el momento de que María Antonieta de las Nieves obtenga un premio, porque todos han sido para la Chilindrina...

(Ríe) Es cierto. Ya les demostré que sí quiere ganar, porque son de 10 a 12 horas de ensayo y ya no tengo edad para eso ni para que me estén alzando. Estoy toda moreteada y adolorida, pero ya he rebajado cinco kilos, pero estoy bien. Además, estoy ayudando a una asociación que colabora con niños que tienen padres que no los atiende. Siempre he luchado para que a los niños los traten bien.

Desde hace más de 40 años es una eterna niña. ¿Cómo se logra mantener esa magia?

Creo que siendo la Chilindrina. Me paso más tiempo vestida como ella, que como María Antonieta. No me gusta jugar con las dos cosas, así que cuando soy esa niña, me siento con la obligación de ser una pequeña con nobles sentimientos y que es un modelo por seguir.

¿Esto le permite revivir momento de su niñez?

Debo confesarte que más bien me hace vivir la niñez que no tuve, porque desde los seis años debuté en televisión y no tuve tiempo de ser niña. La Chilindrina me ha dado ese privilegio de tener amigas, de jugar con muñecas o celebrar algún cumpleaños. No he sido una persona con una vida normal y, para mí, ser la Chilindrina me ha permitido vivir lo que no pude en mi infancia. Reconozco que cuando era niña fui feliz, pero no pude vivir momentos importantes.

¿Se arrepiente de algo?

He sido una mujer que siempre ha tenido los pies en la tierra. Creo que aún en los momentos de dificultades, estos me han traído comprensión y aprendizaje. No me arrepiento de nada ni siquiera de las cosas malas o tristes, porque Dios me ha hecho entenderlas.

Desde que fue presentada como concursante del programa, el público la apoyó desde el primer momento. ¿Qué significa para usted ese cariño que logra trascender generaciones?

Para mí es lo máximo que me puede pasar, que todavía sigan creyendo que soy esa niña de ocho años. Por suerte, mi físico no ha cambiado tanto, como para decir que ya no me parezco a la Chilindrina. Solo estoy un poquito más gordita, pero es porque la Chilindrina está más saludable (bromea). Me sentí muy a gusto de ver la reacción del público y de su cariño.

Para usted el estar en Mira quién baila podría significar el regreso a las telenovelas. ¿Las extraña?

El año pasado hice la telenovela Amar de nuevo , y me sentí muy bien, pero, a la vez, fue muy difícil porque mi esposo (Gabriel Fernández) estuvo muy enfermo. Todas las noches me la pasaba con él en el hospital y en el día grababa la novela. Si me preguntas en este momento si quiero estar en alguna, te diría que no, porque estoy muy cansada, y eso me agota mucho. Soy una persona que se entrega en todo, así que me esperen el año que viene que regreso con todo.

Meses antes de entrar al programa, dijo estar viviendo una pesadilla, ¿a qué se refería?

Este trabajo tiene muchos altibajos. A veces, te sientes dolida por cosas que pasan y son mentira. Uno se hace un rollo de lo que no es. Mi esposo estuvo muy grave y, a los pocos meses que él salió del hospital, a mí me dio fibromialgia, una enfermedad muy dolorosa y difícil curar. Nunca me había sentido tan mal en toda mi vida, aun así, fui a hacer una gira a Perú. Me fui a Acapulco a descansar dos semanas y me llamaron para estar en este programa.

¿Usted espera que la producción de este show logre un reencuentro con Roberto Gómez Bolaños?

Sinceramente, me encantaría, pero ya no espero nada. Lo he intentado tantas veces, que ya no tengo muchas esperanzas. Sin embargo, Dios me ha dado tantas cosas buenas que, a lo mejor, la producción logra ese anhelado reencuentro.

¿Por qué se sintió vetada por parte de Televisa?

Porque no me dan trabajo (ríe). Estuve un año en la banca y no me ofrecían nada. Ya veo que sí se puede y no es así. El hecho de que me haya hablado Univisión es como volver a mi casa, porque es Televisa. Esto es como decir: ‘estaba equivocada’. Y eso me alegra.