Bernardo Trujillo lo tiene muy claro: su trabajo finaliza cuando logra que una historia sea también relatada por el espacio físico en el que se desarrolla, moviendo cada una de las fibras y las emociones del público.
Al menos, a nivel personal, este mexicano, reconocido como uno de los mejores diseñadores de producción en el mundo, siente que su labor le permite crear mundos y sensaciones junto a los escritores con los que trabaja. Eso se evidenció con los sets creados en películas como Frida , Babel y La máscara del Zorro .
Su más reciente trabajo, que desarrolló en Fear The Walking Dead , le dio la oportunidad de fabricar, desde cero, la embarcación Abigail, donde se desarrolla gran parte de la trama.
Con el barco se buscó retratar la intensa travesía que se viviría en el fin de los tiempos con los zombis, aunado a la pavorosa desintegración de la sociedad a través de los ojos de una familia tan disfuncional como unida.
La serie, que se transmite los domingos, a las 7 p. m., por el canal AMC, regresó el pasado 10 de abril con su segunda temporada. Precisamente, el 22 de mayo se transmitirá el último capítulo de la primera entrega de esta nueva edición.
Sobre la oportunidad de crear el “mundo perfecto” para Fear The Walking Dead y los retos que implicó trabajar casi contrarreloj, conversó Trujillo con Viva .
¿Cómo fue el diseño de producción de la serie Fear The Walking Dead ?
Para serte honesto, fue un proceso muy acelerado y que tuvo muy poco tiempo de preparación (ríe). Una vez que me llamaron y me contrataron, construimos un set bastante complejo, un yate que puviera flotar y todo. Fue un trabajo muy estresante, pero, a lavez, muy divertido. Podría resumírtelo así: ‘ Fear The Walking Dead ha sido el mayor reto de mi carrera, hasta el momento’. Fue una labor ardua entre diseñadores, constructores y carpinteros, todo con el propósito de complicar lo menos posible la filmación.
¿Cuál fue el mayor reto de crear este set?
Creo que el tiempo, pero, a la vez, la complejidad de diseñar un barco que flotara y que se conectara con otros espacios en tierra. Esas transiciones, de pasar un espacio al otro, resultaron muy interesantes y creativas.
Ahora que menciona la creatividad, ¿fue más difícil partir desde cero con una producción como esta?
Siempre partimos de un guion o de una guía de lo que quieren los escritores la historia. Yo respeto mucho las primeras sensaciones que me llegan cuando leo un guion y eso fue lo que hice aquí. Para mí, esas imágenes que llegan a la cabeza son las mejores, porque te mueven como público, son más poderosas.
¿Cuáles fueron esas primeras sensaciones que tuvo con esta serie en particular?
Demasiadas (ríe). Lo primero que intenté fue no entrar en pánico, por la complejidad del proyecto. Traté de enfocarme, principalmente, en responder la pregunta de qué era lo que queríamos transmitir. Al final de cuentas, ese es nuestro trabajo, crear atmósferas inolvidables y que se entienda bien lo que pasa en la historia.
Una vez que ya vio el set, ¿se sintió satisfecho o quiso agregarle o quitarle algo?
Generalmente, soy sumamente autocrítico y quizás me queda la espinita de cosas que no pude ejecutar. Sin embargo, es contradictorio, porque soy desapegado y una vez que entrego un trabajo, me enfoco lo que sigue.
La paleta de colores juega un papel esencial en la serie. ¿Qué quiso transmitir?
Nuestro punto de partida fue crear espacios que transmitieran la sensación de que el televidente estaba allí, espiando a los personajes desde cualquier rincón del yate. Queríamos que fuera lo más orgánico posible, pero que generara esa ambivalencia entre la calma y la ansiedad que existe siempre en la vida.