Aylín Mujica:Malvada belleza

La actriz, quien actualmente interpreta a Fernanda del Castillo en la novela Corazón valiente , de Telemundo, habla acerca de su personaje y de cómo la vida la llevó a descubrirse como mujer

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Aylín Mujica nació en La Habana, Cuba, pero su profesión la ha llevado a sentir que ella pertenece al mundo. Honra sus raíces por medio de su arte, como ella misma lo afirma, y esto la convierte en una mujer íntegra que se valora a sí misma.

Con 37 años, esta actriz, modelo, presentadora y bailarina de ballet , considera que los caminos escogidos en la vida la llevan a sentirse plena. Hoy, al conocerse mucho más como mujer, cree que tiene todo lo que deseaba y más.

En el pasado quedan los rumores de una supuesta agresión por parte de su esposo, Gabriel Valenzuela. Sus palabras ahora se centran en resaltar la felicidad que se siente al ser mamá de Mauro (18 años), Alejandro (11) y Violeta (2), en el personaje que hace en Corazón valiente , de Telemundo.

Fernanda del Castillo es el nombre de la villana que actualmente interpreta en esa telenovela. Darle vida a una mujer que es asesina en serie le exige mucho en el ámbito actoral, pero esto hace que cada día confirme que nació para ser actriz.

Sobre este papel y de cómo espera la confirmación del concierto de Lady Gaga en Costa Rica para recibir las entradas como regalo de cumpleaños, habló, desde Miami, Aylín Mujica con Viva .

En Corazón valiente interpreta a Fernanda del Castillo, una mujer calculadora que se convierte en una asesina en serie. ¿Qué nos puede contar de este personaje?

Más que mala, es una mujer muy resentida. Ella era el patito feo del colegio, que recibió muchas humillaciones en el pasado y le hicieron mucho daño. Al tirarla por las escaleras, su padre hizo que no pudiera ser madre, así que ella regresa convertida en una hermosa mujer para cobrar venganza.

Para usted, ¿es comprensible la actitud de Fernanda del Castillo?

Es difícil. Uno entiende que una mujer que ha sufrido tanto y sin motivo alguno tenga tanta rabia por dentro, lo que no se justifica es la manera en la que ella cobra venganza. Nadie en este mundo tiene el derecho de quitarle la vida a otra persona, por más dolor que sienta.

¿Qué retos conlleva interpretar este papel?

Se me eriza la piel con solo pensarlo. Es una cosa loca, porque yo digo que este es el mejor personaje de toda mi carrera, por las escenas tan difíciles que me han tocado grabar. Es un personaje que me ha dado mucho brillo en mi carrera, porque he visto comentarios muy positivos en las redes sociales y en la prensa. Representar a una asesina en serie no es fácil y más si tienes días de grabación que duran hasta 15 horas y matas personas. Entonces, ¿cómo le dices a tu cuerpo que eso es mentira? No es que se queda Fernanda en mi piel, sino el último aliento de lo que ella hace.

¿De qué forma se separa de Fernanda del Castillo?

Lo logro separar porque soy una mujer muy aterrizada, que cuando sale de los estudios de Telemundo vuelve a retomar su papel de mamá y de ama de casa al ir al supermercado, por ejemplo. Eso me permite mantener los pies en la tierra y entender que Fernanda no tiene nada que ver con Aylín Mujica, aunque su interpretación sea muy fuerte.

¿Su público también hace esta diferencia?

(Ríe) Es gracioso, porque cuando algún fanático me ve en la calle me dice que ya deje de ser mala y que ya no ande matando gente. Todo el tiempo la gente bromea y sí entienden, porque conocen la otra parte de Aylín Mujica.

¿El ser villana trae beneficios?

Sí y me encanta. Me estoy ahorrando el dinero de un psicoanalista para desahogarme. Cuando me toca hacer escenas fuertes hago una liberación de las cosas que no están permitidas en la vida. Es maravilloso, la verdad.

Entre la buena y la mala, ¿con cuál se queda?

Con la mala, eso es definitivo. El ser villana te permite explorar una serie de matices y emociones. Me encantan porque me exigen mucho al buscar una razón para tanta maldad. Las villanas que levantaban las cejas y eran malas por ego ya pasaron de moda. Humanizar a las villanas me encanta, en cambio las buenas son muy lineales.

¿Cómo maneja el rol de madre con la grabación de esta novela?

Es muy difícil porque es un proyecto que demanda siete u ocho meses de ti y 15 horas diarias. Tengo un equipo que es como mi familia y que me ayuda. Cuando termino, a la hora que sea, me voy directo a mi casa a dormir a mi hija, que no se duerme hasta que yo llego. Soy mamá al cien por ciento cuando estoy fuera del estudio.

¿Permite que sus hijos vean su trabajo en Corazón valiente ?

Claro que sí, hasta mi hija lo ve y me imita. Los llevo hasta el estudio para que entiendan y comprendan por qué me ausento a veces tantas horas. Mi hijo Mauro ya sabe lo que es esta profesión porque está de lleno con la actuación. Voy a ser con ellos, al igual que como fueron mis padres conmigo.

¿Cómo fueron sus papás?

Mis padres me respetaron, a pesar de que querían que fuera médico. Crecí metida en un teatro en Cuba y allí decidí ser bailarina y eso me llevó a darme cuenta de que mi vocación era ser actriz. Ellos me apoyan, al igual que lo hago con cada uno de mis hijos.

Para usted, conocerse como mujer ha sido fundamental. ¿Quién es hoy Aylín Mujica?

Para mí, es más interesante conocerme como mujer, crecer espiritualmente y saber quién soy. Ver más allá del espejo y no confundirme con lo que él refleja. Muchas veces sé cuando me equivoco y fallo, pero le enseño a mis hijos que lo importante es el ser. Soy una mujer soñadora, apasionada y que lo único que le importa es ser feliz y que sus hijos también lo sean. Hoy tengo menos miedo que antes y ahora no temo decir nada de lo que siento.