Sand cerró, pero el 'metal' sigue rugiendo en estos cinco bares

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"¡Mae, cerraron Sand!". Sí, parecía que ese día nunca iba a llegar, pero el bar de heavy metal ubicado en Los Yoses cerró por fin sus puertas en diciembre anterior, irónicamente días después del segundo concierto de Metallica en el país.

Desde entonces, se dice que en la capital ya no se escucha el rock pesado, que es imposible encontrar un local que vibre con las notas de Motörhead, Pantera, Dio, Mastodon y familiares. Donde se pueda conversar en la barra de los "chivos" de antaño y emocionarse por los que están por venir.

Sin embargo, el metal sigue sonando en Costa Rica y en Viva hicimos un recorrido por los rincones de la Gran Área Metropolitana donde aún ruge con fuerza.

Bar Ursos

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Nuestra primera parada en el recorrido se encuentra en bulevar del barrio chino. Es el bar Ursos, que es dirigido por Rafa Campos; quien destapa las botellas, cobra y sirve la pizza, ah y claro, también es el que pone la música.

Corto de estatura y de barba prominente con peinado para atrás, Campos hace alarde del póster con la firma estampada Ronnie James, mejor conocido como Dio, uno de los tesoros del local. Además, a unos cuantos metros hay un largo afiche de la banda de thrash metal, Megadeth con el autógrafo de Dave Mustaine (líder del cuarteto) estampado.

"Nadie se va con una cara larga del Ursos (oso en portugués) precisamente esa es la filosofía. Nos gusta que la gente se relaje, pueda escuchar el rock que quiera sin complejos", comentó el administrador del local que abre a partir de las 12 m. y cierra hasta las 2 a. m.

Bar Old School

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Este local se encuentra a unos 20 metros del parque de las Garantías Sociales, prácticamente en la misma calle de la legendaria tienda de discos acetatos Legacy.

Old School es administrado por Milagro Astúa, quien asumió la dirección del local en 2016, tras la muerte de su hermano mayor, José.

Milagro decidió darle un cambio radical a la imagen del bar josefino. Primero le cambió el nombre de Star a Old School y, posteriormente, quitó de las paredes los pósters del Deportivo Saprissa y del Manchester United y en su lugar colgó imágenes de Led Zeppelin, Black Sabbath y, por supuesto, los consentidos de la casa, The Beatles.

Milagro explica que de los nueve hermanos Astúa (cinco hombres y cuatro mujeres) los varones se han caracterizado por administrar bares, mientras que las mujeres se quedaban con salones de belleza. Por lo que ella fue la excepción a la regla.

"Mucha gente piensa los bares de rock están descuidados o que son feos y que la gente es problemática, tienen la imagen del desaparecido bar Sand, pero en Old School no es así, de hecho hemos querido cambiar ese estigma que tiene la gente sobre los bares de heavy metal",explicó Milagro.

En Old School se pueden conseguir distintos tipos de cervezas y platillos para acompañar la noche. El lugar abre a mediodía y se mantiene abierto hasta las 2 a. m.

Bar Fénix

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Este local tiene dos caras. La frontal es más sobria con un par de mesas de billar, futbolines y decenas de pantallas colgadas en las paredes. Fénix tiene la "pinta" de bar deportivo para ver los partidos del Real Madrid e incluso la noche que lo visitamos había poca concurrencia para ser un viernes.

Pero al otro lado de la puerta que separa el salón principal del área de conciertos la historia es otra. Ese día tocaba la banda de death metal nacional Zyanide que convocó a al menos 50 seguidores que se amontonaban frente al escenario para saltar al ritmo que dictaba el cuarteto.

En medio de ese frenesí, JJ — el dueño — explicaba a gritos la historia de este local que lo considera una revancha, una resurreción. El nombre no es en vano.

"Nosotros cuando montamos Fénix nos inspiramos en el Sand viejo, antes Sand era la casa de los chivos, cuando nosotros nos encontramos este local tenía un bar de música trova para gente 'pipi' entonces ya la estructura estaba prácticamente lista, entonces le metimos cuadros, pantallas y un sonido convincente para hacer conciertos de verdad", explicó el administrador del local, Ricardo Rodríguez (mejor conocido como JJ).

Este antro es una revancha para Rodríguez, quien había dirigido los bares Coopers y Bikers, ambos ubicados en Tibás, pero que no pudieron colocarse entre el gusto del público.

Fénix abre de martes a domingo y según Rodríguez los viernes y los sábados hay música en vivo "pase lo que pase"

"Nosotros además tenemos una productora de conciertos, por lo que este bar me queda de lujo primero porque tengo el local y la experiencia para traer a un grupo internacional", concluyó Rodríguez

Bar La Bohemia, Alajuela

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Este bar existe desde 1950 y sus paredes de piedra guardan miles de anécdotas que se cuentan de martes a domingo al frente de la iglesia de la Agonía en Alajuela.

Hace seis meses, el local fue comprado por el italiano Walter Guisio, quien al llegar de su natal Génova tuvo toda la intención de "rejuvenecer el estilo" del Bar la Bohemia por algo más pop; al final no se atrevió. Para el europeo cambiar el aura que envuelve a la Bohemia era como "derribar un monumento".

El Bar la Bohemia es puro rock. Ahí los jóvenes se reúnen desde las 6 p. m. y se quedan hasta la medianoche y como Guiso no cuenta con cocina,aún, los asistentes se las ingenian y comparten una pizza del restaurante de al lado.

En el bar alajuelense tocan desde lo más pesado, como Kreator y Cannibal Corpse, hasta canciones más clásicas de bandas como Led Zeppelin y los mismos Beatles.

Bar La Última Copa, Cartago

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En Cartago también celebran la música pesada y sacan el tiempo para recordar al cantante de Motörhead todos los viernes, cuando el bajo de Lemmy Kilmister hace vibrar las paredes de la Última Copa en Taras.

LEA: Obituario: Lemmy Kilmister, el mito que vivió por el rock

Este local recibe a la clientela con dos motocicletas colocadas como adornos. Marlon Vega se encarga de atender a sus clientes, servirles los tragos y enumerar los éxitos. En La Última Copa también hay música en vivo los fines de semana. Abre a partir de las 6 p. m. y se mantiene hasta la media noche.

"Actualmente contamos con un local apto para recibir a todos nuestros amigos para que pasen un rato agradable en compañía de los suyos en un ambiente seguro, cómodo de y de mucha camaradería, sin dejar de lado la excelente atención, precios bajos y buena comida", comentó Vega.

Vega asumió la administración del local cartaginés a inicios de 2016 y desde entonces se ha encargado de cambiar la vibra por una más movida.

El recuerdo de Sand

Sand fue, desde que abrió sus puertas en 1986, el refugio predilecto para los amantes del heavy metal y sus pasillos —que ahora le pertenecen al Tribunal Supremo de Elecciones— guardan cientos de anécdotas y tertulias.

El local josefino fue el punto de encuentro para los amantes del metal después de los conciertos de Iron Maiden, Megadeth, Hellowen y el resto de bandas del género que visitaron alguna vez el país.

"Porque cuando todo moría en la ciudad, Sand se encargaba de dar ese último empujón; el revulsivo de una noche que se podía prolongar hasta el amanecer", recuerda Ernesto Ramírez, extecladista de la banda de rockThe Surrogate Band.

Sand ya no existe pero eso no significa que el metal dejara de sonar en Costa Rica. Con esta lista ya tiene cinco recomendaciones para emular a la banda española Barón Rojo y brindar por Bon Scott, Janis Joplin, Gregg Allman, Jimmi Hendrix y Keith Moon.