A quienes les rompieron el corazón una vez, pero también a quienes bailaron al ritmo de sus contagiosos temas en los años 80 y 90; todos están convocados para cantar hoy, junto a la cantante Yuri, todos sus éxitos.
La artista mexicana llegó ayer a nuestro país con motivo del concierto que ofrecerá hoy, a las 8 p. m., en el Gimnasio Nacional, primero en tierra tica en más de cinco años.
“Es un reto, una satisfacción y una alegría. Es un público muy amoroso, tenía muchas de venir a Costa Rica a presentar mis shows”, afirmó la intérprete durante una entrevista con Viva.
Según comentó la rubia intérprete, en este concierto, repasará todos sus mayores éxitos, por lo que no podrán faltar temas como Hombres al borde de un ataque de celos o Qué te pasa, así como sus grandes baladas como Maldita primavera.
“Traigo nueve cambios de vestuario, canciones de mis nuevos discos, temas de antaño. Vamos a estar echando mano de la tecnología con videos, sé que se la van a pasar bien en el concierto y va a haber momentos íntimos, de alegría, de chistes y de recordar las canciones de las que el público se enamoró y con las que crecieron”, adelantó la intérprete de Detrás de mi ventana.
“No es un concierto de música cristiana”, aclaró Yuri, ante la pregunta de que algunos creen que solo va a cantar sus temas religiosos.
Y agregó: “Sigo siendo cristiana y me gusta muchísimo, pero este es un concierto de música popular y, dentro de ese concierto, comparto algo, que es una canción que se llama ¿Y tú como estás?, de lo que Dios ha hecho en mi vida. Pero no es un concierto en el que todas las canciones son alabanzas, que me gusta muchísimo y lo sigo haciendo, pero, en esta ocasión, vengo como artista”.
Yuri también se mostró satisfecha de poder conectarse con las nuevas generaciones a través de su música. “¡Qué rico que las nuevas generaciones canten mis canciones y me conozcan a través de las cosas que estoy haciendo ahora! Claro que estoy consciente que en los 80 fui una artista que aporté mucho a la música latina, estoy muy consciente y muy agradecida con Dios. Tener treinta y tantos años de carrera y seguir vigente se dice fácil, pero no lo es porque vienen nuevos artistas y mantenerse no es fácil. Aunque me retiré cinco años de la música por mi encuentro con Dios, y que gracias a eso soy una artista más plena, me siento más llena, con más energía y más vida y estoy feliz de ser una mujer que a pesar del tiempo seguimos trabajando y en el gusto del público”, explicó la rubia.
Yuri afirmó estar consciente del estrecho lazo que guarda con su público y cómo muchas de sus canciones han servido para acompañarlos en los momento de amor, pero también en los de desolación y dolor.
“A mí me gustaría que todo fuera amor, pero estoy consciente que en este mundo hay mucho desamor, rupturas, dolor y trato de cantar al amor, pero el desamor no es algo que podamos quitar y aquí estamos para darle al público, sobre todo, un momento para que se entretengan y se distraigan de los problemas que todos podemos tener porque esa es la misión que Dios me ha dado de llevar alegría al público”, dijo la artista de 47 años.
Por otra parte, la cantante les restó importancia a las críticas de quienes aseguran que le sirve a dos señores. “No me preocupa lo que digan las personas, me preocupo por mi intimidad con Dios. Los seres humanos siempre criticamos lo que vemos y no lo que hay dentro del corazón de la personas, pero sé la intimidad que tengo que Dios. No soy perfecta, porque nadie lo es; por lo tanto, ni me preocupa ni me enoja lo que digan”, agregó.
Decídase. Aún hay entradas disponibles para el concierto de hoy. Tienen un valor de ¢25.000 en gradería; ¢30.000 en gradería central; ¢40.000 en platea y ¢50.000 en vip. Estos precios ya incluyen cargo de servicio. La llamada zona diamante está agotada.
Se pueden adquirir en el sitio www.publitickets.com y en las tiendas Play. Además, a partir del mediodía, se habilitará una boletería en el propio Gimnasio Nacional.
Yuri vino en compañía de su esposo, Rodrigo Espinoza, y su hija, Camila. Aseguró que les gustaría adoptar a un niño más, pero, por ahora, lo ve poco factible.