Un topógrafo muy salsero espera enloquecer a los ticos en el Puerto

En concierto Viva habló con El diablo de la salsa, ese que fue mecánico y taxista. El mismo que dejó de lado la topografía por la música

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Una noche fresca de verano, funcionó a la perfección para conversar cara a cara con uno de los máximos exponentes de la música salsa.

Sonriente y con una amabilidad sorprendente, el venezolano Óscar D’ León atendió anoche a Viva en el lobby del hotel San José Palacio.

La charla sirvió para repasar parte de su carrera, su historia, su vida, así como lo que pueden esperar los costarricenses del concierto de hoy, en el Paseo de los Turistas.

¿Con 39 años de carrera, ostenta aún Óscar D’ León el título como uno de los líderes de la salsa?

Sí claro, me gusta lo que hago y por eso lo cuidamos; hacemos todo lo posible por siempre estar bien. Eso me ha permitido ser feliz.

Un gran éxito fue Llorarás. ¿Siente que lleva esta canción pegada para siempre en su carrera?

Es el público el que manda, pide y disfruta la canción. Otros grupos la tocan también, y todo eso nos ha permitido tener un porcentaje de ganancia en la tarima.

¿Cuánto le debe a esa canción?

Mucho, porque no para de sonar desde 1975, año en que nació, y se ha convertido en un clásico. Cada artista necesita tener su Llorarás.

Hay muchos nuevos exponentes de la salsa. ¿Tiene hoy la misma fuerza y calidad que hace años?

Probablemente que no, aunque también hoy con el Internet la salsa tiene más difusión, pero no la fuerza que tenía aquella época.

¿Qué ha fallado en la salsa?

Han faltado movimientos, entre ellos el de La Fania y un Rafi Mercado que eran los que tenían este género en pie.

Es inolvidable la imagen suya cantando y tocando el contrabajo blanco ¿Llevó ese instrumento a una posición diferente en el escenario de la música popular?

Eso fue totalmente diferente, porque siempre el bajista estuvo relegado al lado del pianista y sin movimiento. Yo puse de moda el baile con el baile, así como cantar y dirigir. Fueron cuatro situaciones fusionadas en una sola.

¿Será Óscar D’ León un mentor para los nuevos salseros?

Podría decirse que sí. Me he mantenido durante 39 años y la verdad es que lo disfruto. Estoy dejando un legado para todos esos muchachos, pero no soy el único que lo hace.

Del concierto en Puntarenas, ¿qué nos puede contar?

Será un repertorio muy variado y extenso. Yo puedo estar en el escenario por mucho tiempo sin repetir. Tendremos como 30 canciones.

¿Qué recuerda del público tico?

Es un público generoso, entusiasta y muy respetuoso.

A sus 67 años, ¿ha pensado en la posibilidad del retiro?

No, la música es mi vida, es todo. Realmente es mi oxígeno.

¿De verdad, antes de meterse en esto de la música, usted fue taxista y mecánico?

Fui mecánico empírico de muchacho. Luego trabajé para la empresa General Motors e hice mi pasantía por la profesión de taxi.

¿Por qué se inclinó por la música, cuando en realidad usted estudió topografía?

Estudié topografía pero nunca tuve ese don de aprender. Cuando me dieron el título fue porque simplemente había una gran cantidad de personas esperando en mi casa al graduado. Realmente siento que nunca me gradué de eso.

¿Qué les dice a los muchachos músicos que por temor a fallar, se dedican a otra cosa?

Que no tengan temor, que salgan adelante, que luchen y perseveren. Todo siempre cuesta un poquito.

¿Cómo analiza la situación política actual de su país?

Si te contesto una cosa u otra sería entrar en política y no lo voy a hacer. El artista debe, en todo momento, mantenerse ajeno a eso.

En Costa Rica aumentó en los últimos años la colonia venezolana... ¿Qué mensaje les manda?

Cuando uno tiene la posibilidad de buscar nuevos horizontes, debe aprovecharlo con estudio y trabajo, siempre pensando en su país.

¿Cómo prefiere que lo llamen... El diablo de la salsa, El faraón de la salsa o El sonero del mundo?

Como quieran, porque eso viene del gusto del público.