Un enorme reto para el coro y los solistas

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Este viernes y sábado, 200 personas, entre músicos y cantantes, transmitirán el poder de la popular cantata Carmina Burana , de Carl Orff.

Serán dos conciertos a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Sinfónico Nacional , acompañados por la soprano María Marta López, el barítono William Hernández y el tenor Ono Mora. Por quinta ocasión, el director invitado será el maestro Ramiro Ramírez.

Una de las razones que motiva a traer nuevamente esta obra al escenario, dijo Ramírez, es la magia que producen sus textos, pues tratan temas cercanos al espectador como el amor y la fortuna.

Es música fácil de escuchar, lo cual la hace cercana a un público muy amplio.

“La masa coral es un elemento visualmente atrayente y acústicamente impactante; entonces, cuando el compositor hizo uso de esto, apoyado en en el sonido de la orquesta, logró crear una obra que, cada vez que se interprete bien, se va a echar la gente al bolsillo. Con esta composición, Carl Orff la sacó del estadio”, comentó Ramírez.

Carmina Burana representa un enorme reto, especialmente para los cantantes del coro y los solistas.

“Para los músicos de la orquesta, esta obra no será más exigente que otras cosas que han hecho antes, pero, para la parte coral, el reto es mayor porque es de agudos muy extremos; hay que trabajar mucho el desarrollo del registro hacia arriba tanto en las sopranos como en tenores. Sucede igual en las voces más graves como las de las mezzosopranos y la de los barítonos”, aseguró el artista.

Añadió: “Los cantantes deben desarrollar cierta resistencia para poder producir todo el volumen que se necesita y no morir en el intento”.