Un disco une a tres continentes

Solo la música podía acortar las distancias entre Benín, Bután y Costa Rica. En el disco Asia África América, la hermandad no conoce fronteras

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Solo por la fuerza del destino pueden hacerse uno Benín, Bután y Costa Rica. Porque si fuera por la fuerza de la lógica, aquella hermandad no tendría sentido: uno de África occidental; el otro del sur de Asia; mientras que el tercero está clavadito en pleno Centroamérica. No hay hilo tan largo capaz de coser tres países tan kilométricamente lejanos.

Pero en el arte, que todo lo puede y opera por encima de la razón y la lógica, en un mismo lugar se hermanaron Benín, Bután y Costa Rica. Ese espacio se puede sujetar con una sola mano porque es un disco. Asia África América es el más reciente lanzamiento del sello nacional Papaya Music, donde las aparentes disparidades entre personas que habitan en una importante distancia geográfica se vuelven un plus y no un pero.

El proceso para llegar a este disco ha sido largo: desde el 2008 hasta el 2010. Editar el disco tomó un año más. El álbum es el registro material del concierto que el lunes 21 y el martes 22 de junio del 2010, en el teatro y cine Variedades, dieron músicos de esos tres países.

Fueron más de 30 músicos en el escenario, pero llegar a aquellos conciertos tomó dos años.

No, este es un disco hecho respondiendo a un capricho. Es un disco que es la prueba de un esfuerzo por romper fronteras en pos de una hermandad transcontinental.

Perseverar. Los conciertos que dieron origen al disco Asia África América fueron una buena “cabezonada” de Manuel Monestel, musicólogo, compositor y motor de Cantoamérica.

Fue una idea que se colgó de una posibilidad latente, nadie la había visto, a través del Programa de Cooperación Sur-Sur en Desarrollo Sostenible entre Benín, Bután y Costa Rica. Es un programa del Gobierno de Holanda.

Manuel Monestel estaba vinculado al programa más a manera de una figura que lograra traducir la idiosincrasia africana para algunos de los participantes, pero un viaje suyo a África lo llevó a conocer a Felix Nassi, que en Benín dirige coros y grupos vocales.

Una conversación que iba, y otra que venía, llevó a pensar en que era necesario, y podría ser posible, un encuentro entre músicos de los tres países que cobijaba el proyecto.

Hoy, aquella idea madurada desde el 2008 da un resultado real.

El disco Asia África América entró a tiendas el pasado 12 de setiembre, y los masters del mismo fueron enviados por Papaya Music a Bután y Benín para que el disco sea editado en esos países con las respectivas traducciones de los artes.

África, la semilla. Como cualquier buena historia con final feliz, la que estaba escrita para lo que terminó siendo el disco Asia África América, también tuvo sus mágicas coincidencias.

Era el año 2008, y Manuel Monestel iba a África por primera vez. Estaba en Bután, y para aquella ocasión se había armado un encuentro con músicos del lugar.

“Yo, solamente, estaba ahí escuchando lo que tocaban y, de repente, empezaron a tocar una base de seis por ocho, que es la base de Afrolimón y de muchos temas de la música guanacasteca, porque la música guanacasteca tiene herencia africana. Entonces, pedí una guitarra y les dije: ‘Sigan tocando esa base’ y canté esta canción (Afrolimón)”. Manuel Monestel recuerda como si fuera ayer aquella experiencia.

¿Cómo no recordarla? Si fue ahí donde hubo un clic. Ahí estaba la señal, pequeña pero mágica, tan necesaria para decir en una historia: esto va, porque va.

Y aquellos músicos de Benín tocaban su base de sonido autóctono y esta iba calzando como anillo al dedo con el acki palalé yam cocoa, del coro del Afrolimón, que es del puño y letra de Monestel.

“Esas palabras (las de su canción) son las que se usan en Limón y fue una sorpresa para los africanos. Me preguntaron si esa canción era de África y yo les dije: ‘No, es mía. Yo la escribí’”, recordó Monestel.

Todo lo demás coincidía. Merry Woman, que Monestel y Cantoamérica han tocado y difundido por años, también empató naturalmente con la idea de unir a Bután y a Benín en un proyecto musical.

Merry Woman habla del maltrato que sufre una mujer a manos de un esposo abusivo, y como ella después se libera huyendo con su hijo. Esa historia tiene mucha empatía con la parte cultural que se vive en Benín o en Bután”, comentó Manuel Monestel.

La mujer de su canción se libera y se va con Yemayá que es la diosa orisha del mar.

“Esa cosmovisión de las religiones vienen de Benín, que es la cuna de esa concepción espiritual”, explicó Manuel Monestel.

Así, esos dos temas que ha difundido Cantoamérica, sumados a Nowhere Like Limón y Lobster Band, que fueron abordados por Cantoamérica y varios calipsonians en aquellos conciertos del Variedades, fueron el aporte perfecto de parte de Costa Rica al recién lanzado Asia África América.

Dos países con “B”. Tras un proceso de selección, en el que quedaron para ser prensados los temas que mejor fueron capturados por la grabación y que se pensó correspondían al concepto de integración en la fusión que buscaban los músicos, fueron incluidos los aportes de Benín y de Bután en el disco.

Por Bután aparecieron en el concierto del año pasado en el Variedades TGMI- RAPA, de la Royal Academy of Performing Arts.

De Benín, que en el concierto estuvo representado por el Coro de Félix Nassi y Marcel Padey, quedaron en el Asia África América el tema Eté ha mi dé, que hace la apertura del disco, que menciona a Costa Rica.

Es porque los músicos, mientras hacían lo suyo en el escenario el año pasado en el Variedades, iban incluyendo a la tierra anfitriona en sus particulares cantos.

De Benín también quedó en el disco Lékoba, Laruha y Oriré.

Las colaboraciones entre Benín y Costa Rica fueron amplias. Manuel Monestel hizo los arreglos musicales para Laruha y Oriré.

“Ellos mandaron sus temas, en Costa Rica hice los arreglos y los montamos con Cantoamérica. Luego fuimos a África y los ensayamos allá”, contó Monestel.

Pero, además, durante el concierto, y así lo registra el disco, los músicos de Benín y Cantoamérica se mezclaron en Laruba, Afrolimón, Oriré y Merry Woman.

“Estas fusiones fueron muy importantes. Respetamos siempre las bases de los temas, pero en medio fuimos metiendo son y salsa caribeña, sin romper las canciones de Benín. Siento que, en general, en este proyecto logramos encontrar una fusión respetuosa de todas las sonoridades de los tres lugares sin que perdieran su identidad. Eso es lo algo de lo valioso, para mí, de este disco”, dijo Manuel Monestel.

Este disco será un vehículo para ampliar conocimientos. Bután y Benín conocían poco, o nada, de la música de Costa Rica y de Cantoamérica a partir de Asia África América tienen un documento sonoro en sus manos.

“Más allá de la etiqueta de música del mundo (world music), este es un disco interesante porque la música de tres continentes, realmente, se une”, concluyó Monestel.