Therion tocó las fibras de Costa Rica

Arrolladora Una marejada de aplausos y coros de “¡Therion, Therion!”, dejaron claro que la banda sueca encantó a Tiquicia

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Seis años de sed es mucho tiempo. Y como toda espera es larga, cuando llega el momento se goza a mares. Eso fue lo que pasó el martes pasado con la sueca Therion.

Un Pepper’s Club lleno –poco faltó para que no hubiese espacio ni para un alfiler– fue testigo del regreso de la banda de metal sinfónico, tras seis años de su debut aquí.

La marea de fans soportó, seguramente por tanto afecto, las condiciones sofocantes del lugar. Se sudaba como en un sauna, pero eso no evitó los brazos en alto, la voz gigante de “¡oé, oé, oe, oeeeé Therion, Therion!” ni los coros en la mayoría de los 23 temas que abordaron su Christofer Johnsson y compañía.

Denso amor. Therion, con un cuerpo de cuatro cantantes líricos, empezó su cita temprano y si algo hizo fue que no la llevó de forma apresurada.

Muy por el contrario, la banda fue entregándose intensamente en el concierto: un tema tras otro –las pausas fueron mínimas, solo las necesarias– y lo mismo tocaron temas de su más reciente álbum –el Sitra Ahra, que de hecho abrió el show– hasta llegar a publicaciones vitales en su historia –como el Theli, publicado en 1996–.

Secret of the Runes, Typhon, The Perennial Sophia –interpretada de forma muy dramática–, lo mismo que Hellequin, conformaron el primer lote de temas que Therion ubicó en su setlist para Costa Rica.

Palabras de afecto de parte de Therion, como “amo a Costa Rica” o varios “gracias”, tanto en español como inglés, iban sacando gritos y aplausos de entre el gentío.

La buena respuesta del público fue quizá el hecho que alentó a que, al finalizar el concierto, luego de haber desatado temas como Wine of Aluqah, Siren of the Woods, Ginnungagap o Lemuria –que fue vitoreada– Therion regresara no una, sino dos veces al escenario, tras casi dos horas de actuación.

Entre los temas extras entregaron Dies Irae W.A. Mozart y Quetzalcóatl, que fue presentada y dedicada al público tico en español, por el argentino que desde agosto pasado forma parte de la banda, Christian Vidal. ¡Cómo gritó de fuerte la gente en el lugar en cada coro de “Oh, señor del sol”!

“Es un gran honor, es una gran alegría estar rodeados de hermanos latinos. Son una audiencia del carajo”, dijo Vidal, quien, de por sí, ya había sacado un grito gigante al saludar con un “¡pura vida!