“Somos unos esposos sabinómanos”

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Desde hace 12 años, Gerson Montoya y Vanessa Brenes son marido y mujer, y siempre han compartido su fanatismo por la música de Joaquín Sabina. Ayer, ambos fueron los primeros en la fila de la zona preferencial de pie y esperaban con ansias el ingreso al Palacio de los Deportes, en Heredia.

La pareja llegó al mediodía del lunes, pasaron la madrugada en vela y, como si fuera la primera vez que escuchaban al español, soñaron despiertos con el momento de ver, frente a frente, a su ídolo.

“Esto ha sido toda una experiencia. Cuando llegamos no había nadie. Pero, poco a poco, fue llegando la gente y ahora son nuestros amigos. Admiramos a Sabina, somos unos esposos sabinómanos”, dijo Montoya.

Desde el inicio de su relación, las letras y poesías de Sabina marcaron una diferencia en esta pareja. De hecho, fue Montoya quien le presentó a Sabina a su esposa Vanessa y, desde entonces, ambos han caminado por la vida escuchando y admirando al cantautor.

“Desde que nos conocimos, empecé a escuchar Sabina y, desde entonces, no he dejado de escucharlo. Él me lo presentó. Tenemos una colección de discos en la casa, ambos compartimos esta afición. Por eso, no dudamos en estar tan temprano acá”, aseguró Brenes.

“Estamos de primeros en la fila, pero cuando abran las puertas hay que ir a pelearnos por estar, frente a frente, con Sabina. Vamos a luchar con todo por conseguir nuestro objetivo”, agregó Brenes.

Calentando. Este representativo matrimonio de cariño que se le tiene a Sabina en Costa Rica no estuvo solo. La noche del lunes, otros fiebres se sumaron a la fila en el Palacio de los Deportes, entre ellos Daniel Muñoz, joven de 15 años que puso la nota musical.

Muñoz llevó una guitarra, sacó su cancionero de Sabina y, junto a la pareja y otros fanáticos, armaron un ‘minisabinazo’.

“Eso fue como a las 2 a. m. Trajimos vinos, cosas de picar y de tomar. Fue muy lindo porque no nos conocíamos, pero ahora somos supercercanos”, dijo Muñoz, quien llegó con sus hermanos.

Cuando entraron al lugar, la requisa de la seguridad acabó con la magia y cada quien corrió en busca del mejor lugar frente al español.