Sean Paul agitó Liberia con pasión

El Festival Espinar ofreció una jornada musical de más de doce horas en la que el jamaiquino fue el invitado estelar, pero el talento tico brilló con luz propia

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Liberia, Guanacaste. Sean Paul había prometido fuego antes de venir al país y un gran calor al ritmo del dancehall fue lo que vivieron miles el sábado en el Festival Espinar, en esta ciudad guanacasteca.

Al ser las 1 a. m. de la madrugada de ayer, el jamaiquino apareció por fin en el escenario para hacer su descarga de dancehall con la cual puso a bailar a los presentes.

Sean Paul apareció con un cambio de look: el cabello lo lleva ahora al estilo mohicano, rapado a los lados y con una franja de cabello erizado desde su frente hasta la nuca.

Vestido con una jacket gris, camisa de cuadros negros y blancos, corbata negra y jeans oscuros, el artista provocó gritos entre las mujeres en especial cuando realizaba sensuales movimientos acompañado por cuatro energéticas bailarinas, quienes parecían apunto de desarmarse por sus marcados pasos de baile.

Con Get Busy , la estrella caribeña saludó al público. “¡Costa Rica!, ¿están listos?”, fueron sus primeras palabras en inglés y con fuertes gritos la gente le hizo saber su sed por música.

De inmediato, empezó a sonar su tema Give it Up to Me, del 2006, que desató aún más baile entre los miles de asistentes, quienes se apuntaron a cantar el coro.

“Costa Rica, los quiero escuchar más alto”, le dijo Sean Paul al público y la gente empezó a levantar sus manos al aire y a moverlas al ritmo de la canción.

Mientras el músico seguía con el recorrido por su contagioso sonido, alguien del público le tiró un enorme sostén color piel, el cual sostuvo en su mano por varios minutos.

Otro de los temas más coreados fue Like Glue que además puso a la gente a saltar y a sacar sus cámaras y teléfonos para guardar algún recuerdo del concierto.

“¿Chicas sexys, están listas para mí? He visto muchas caras bonitas entre la multitud”, gritó el intérprete mientras con su mirada recorría a quienes estaban en las primeras filas de la tarima principal.

Fue con un extracto de un tema prestado, el hitI Gotta Feeling, original de los Black Eyed Peas, que Sean Paul causó delirio en la gente por varios minutos.

Algunos empezaron a agitar sus latas de cerveza en círculos ocasionando pequeños remolinos de esa bebida que mojaban a quienes estaban a su alrededor.

Sean Paul invitó a una de sus bailarinas para que volviera al centro del escenario y lo acompañara para demostrar sus habilidades.

La mujer no dudo en agitar su cuerpo a velocidades inimitables y hasta terminó acostada en el suelo con sus piernas en el aire sin dejar de moverse un instante. El público la premió con gritos y aplausos.

Sean Paul luego recordó la primera visita que hizo al país en 1999, cuando apenas empezaba a hacerse un nombre en la escena musical internacional y agradeció por el apoyo que el público tico le brindó desde el primer día.

Luego empezó a cantar I’m Still in Love with You mientras seguía contoneando su cuerpo y cosechando más gritos de la gente. “Déjenme saludar a mis damas”, gritó haciendo referencia al público.

En medio de los éxitos más conocidos del jamaiquino, también hubo espacio para presentar algunos de los temas que componen su más reciente producción discográfica llamada Imperial Blaze (2009).

Tal fue el caso de Hold my Hand y que marcó el inicio de lo que sería una costumbre a lo largo de la hora y 15 minutos que estuvo en escena.

Sean Paul empezó a tirar pequeños paños blancos a la gente, la cual se peleaba por atraparlos y guardarlos como recuerdo de esa cálida cita con el dancehall.

Otras de las canciones más recientes que también hicieron su aparición el Festival Espinar fueron Press it Up y So Fine.

Además de entregar su energía en el escenario, el artista sacó unos discos compactos y empezó a regalarlos entre quienes estaban en las primeras filas. Incluso “regañó” a un hombre que se dejó el disco que le quería dar a una joven.

Cuando ya llevaba más de una hora en el escenario, algunos pocos empezaron a abandonar el lugar, pero los que quedaron no dejaron de bailar, en especial cuando llegó el turno de Temperature, uno de sus temas más conocidos.

El último tema de la noche fue el remix de We Be Burnin’ (Legalize it), momento en el que el olor a marihuana se hizo más intenso que en el resto de la jornada en el lugar.

Algunas banderas y camisetas de Jamaica también llamaron la atención entre la multitud.

Sean Paul concluyó su participación y todo indicaba que volvería para despedirse con otro tema, pese a que la gente permaneció en el lugar, el cantante no volvió a aparecer en la tarima. Eran las 2:15 a. m.

Sin embargo, eso no significó el final de la fiesta, ya que muchos se quedaron en el lugar a la espera de los primeros rayos del sol.

Principal. Aparte de Sean Paul, en la tarima principal también participaron varios Dj como Varo, de Los 40 Principales; Vega y la propuesta Back to Basics. Ellos se encargaron de entretener a la gente que esperaba al jamaiquino.

También Banton y Toledo lograron encender al público con una presentación de unos 50 minutos en la que no bajó la intensidad con temas como Oficial de tránsito, Enemy (Qué le pasa a ese mae), Dónde está mi plata y Choricero.

Ellos dedicaron el tema No saben a nada a quienes los critican sin conocerlos y pidieron un aplauso para la música nacional, ante lo cual tuvieron una buena respuesta de los presentes.

Desde temprano. El Festival Espinar logró reunir a unas 6.500 personas en la Finca Las Delicias, en Liberia, según informó Juan Manuel Espinar, uno de los organizadores de la actividad.

A las 4 p. m. se abrieron las puertas para recibir a los más apuntados con música de varios Dj.

Unas tres horas después, el lugar se veía bastante vacío, pero la gente no dejaba de llegar. Ya para las 10 p. m. el lugar estaba lleno.

Con dos tarimas, el festival ofreció música de unos doce artistas nacional y el invitado internacional Sean Paul.

La lluvia hizo breves apariciones a lo largo de la velada, sin llegar a caer con fuerza. Sin embargo, eso no molestó a la gente ya que ambas tarimas estaban techadas. No obstante, sí se hicieron algunos pequeños cúmulos de barro en algunos puntos del lugar que solo quienes estaban alertas pudieron sortear.

En general, se observó bastante orden y puntualidad en la actividad. Eso sí, nunca falta algún fiestero que terminara tirado en un rincón abatido por horas de juerga.

Tras el final de la participación de Sean Paul, algunos se lanzaron a los puestos de comida para reponer algo de la energía consumida, otros siguieron refrescando sus gargantas y, quienes decidieron irse de inmediato, lograron salir sin problemas del lugar en busca de descanso, mientras miles permanecieron en la finca para sacarle jugo a la caliente noche liberiana.