Esta Rosario no cambia y anoche, con su energía en el escenario, no fue la excepción.
A las 7 p. m. apareció su banda y sonaron las notas de Gypsy Funky, minutos después salió ella y fue recibida entre gritos.
Mientras que el coro cantaba “quién dice que las flores no sabemos bailar funky“, ella movía sus caderas y el público celebraba el dulce reencuentro.
Luego siguió un repaso por uno de sus primeros éxitos, De ley, que fue celebrado por sus más fervientes seguidores.
Desde la oscuridad, una de sus fans le gritó “guapa”, lo cual fue apoyado por otros con aplausos.
Ella vino a promocionar su nuevo álbum llamado Raskatriski y por eso continuó con uno de sus temas nuevos Aguita de río.
“Eso es lo que quiero ser para ustedes para que laven sus penas aunque sea un poquito”, dijo.
Fiel a sus raíces, hizo un homenaje a sus padres con Al son del tambor, lo que provocó que más de uno se pusiera a bailar en sus asientos.
Con su galantería habitual, le dedicó un tema a la gente al decir: “Costa Rica, yo quiero Algo contigo”, que fue una de las más cantadas anoche en un teatro Melico Salazar lleno.
Ella se movía de un lado al otro de la tarima. Bailaba, y con sus manos, invitaba a la gente a sumarse a su enérgico viaje.
Lea mañana en Viva la crónica completa con las principales incidencias del concierto que Rosario Flores ofreció en nuestro país.