‘Rumours’ y la leyenda de Fleetwood Mac

En 1977, cinco conflictivos músicos lograron encerrar en 11 canciones el sonido de la ruptura sentimental y el renacer espiritual, a costa de exponer su intimidad al mundo. Cuatro décadas y 40 millones de copias vendidas después, el álbum más icónico de Fleetwood Mac tiene hoy más vigencia que nunca

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Christine McVie no puede evitar sonreír cada vez que interpreta You Make Loving Fun. Es una sonrisa cómplice, de alguien que sabe se salió con la suya.

A pocos metros de distancia, su exesposo Jon lanza unas líneas de bajo increíbles, aún a sabiendas de que aquella canción escrita por Chris está inspirada en otro hombre, uno con el que le fue infiel cuando aún estaban casados. Así de complicada es la vida dentro de Fleetwood Mac.

Si Los Melaza –la inmortal tira cómica sobre una pareja en eterno estado de confrontación– tuviese una banda de rock predilecta, sin duda sería Fleetwood Mac.

Desde mediados de la década de los 70 el quinteto se las arreglado para sobrevivir a pesar de sí mismo, especialmente si tomamos en cuenta que dos de sus integrantes fueron un matrimonio y otros dos vivieron como pareja por varios años.

La ruptura de esas relaciones fue ácida y dulce: exponer el dolor, la rabia y el resentimiento hizo al Mac, irónicamente, una de las agrupaciones más exitosas de todos los tiempos.

Rumours, el disco nacido a partir del descalabro simultáneo de la vida sentimental de los cinco músicos, cumplió 40 años hace poco. Lanzado el 4 de febrero de 1977, el álbum colocaría a Fleetwood Mac en el pabellón de los gigantes: a la fecha el disco ha vendido más de 40 millones de copias, colocándose en un exclusivo club del que solo forman parte bestias legendarias con títulos como Thriller, Back in Black, The Dark Side of the Moon y Saturday Night Fever.

Pero, más allá de las ventas millonarias, los premios, y los récords, Rumours es un testimonio descarnado de cinco adultos jóvenes diciéndose sus verdades. Nunca antes una conjunción de corazones lastimados había sonado tan hermoso.

De Londres a L.A. Aún antes de que las rupturas amorosas que dieron vida al Rumours empezaran a cobrar sangre, Fleetwood Mac ya era un nombre establecido en la escena roquera, tanto británica como estadounidense. Fundada en 1967 en Inglaterra por el virtuoso guitarrista Peter Green, la agrupación fue bautizada por él tras combinar los nombres de la base rítmica del proyecto: el espigado baterista Mick Fleetwood y el taciturno bajista John McVie.

La banda –originalmente dedicada al blues– se afianzó a ambos lados del Atlántico, aún a pesar de los constantes cambios en su formación, en la que solo Fleetwood y McVie fueron inamovibles.

El grupo se mudó a Los Ángeles a inicios de los 70, y ya incluía a la pianista y cantautora Christine Perfect, quien luego tomaría el apellido McVie, tras casarse con John.

En 1974, tras otra desbandada en sus filas, Fleetwood salió a cazar nuevos integrantes y dio con unos jóvenes novios californianos, Stevie Nicks y Lindsey Buckingham, cuya carrera como dúo no lograba despegar.

En adelante aquella sería considerada la alineación clásica de la banda: Mick en la batería; John en el bajo; Christine en el teclado y voces; Lindsey en la guitarra y voces, y Stevie en las voces.

El hecho de que los tres cantantes también escribían sus canciones, y que dos mujeres tuvieran un rol tan preponderante como sus compañeros varones le dio a Fleetwood Mac una frescura difícil de encontrar en medio del sonido oscuro predominante en los 70.

El primer disco que hicieron los cinco juntos –Fleetwood Mac, 1975–, fue un éxito rotundo, al alcanzar el primer lugar de ventas en Norteamérica y colocar más de cinco millones de copias, gracias en gran parte a los temas Rhiannon y Landslide. Su disquera, Warner Bros., estaba encantada y urgió al grupo para volver pronto al estudio, sin límites de gastos para la producción venidera.

Sin embargo, a lo interno de la banda las cosas andaban mal. Muy mal.

Rumores. Aún hoy, entender cómo Rumours vio la luz es difícil. Justo antes de empezar a grabar y tras ocho años de matrimonio, los McVie se divorciaron y dejaron de hablarse; Fleetwood vivía su propio infierno en casa tras enterarse que su esposa Jenny le había sido infiel con un exintegrante de la banda, y la relación de pareja de Nicks y Buckingham se hacía pedazos en medio de gritos y dolorosos reclamos.

Extrañamente, ninguno pensó en dejar el grupo y, por el contrario, fue solo dentro del estudio de grabación donde pudieron soportarse. Los tres autores aportaron canciones que abordaban su descalabro sentimental, sin guardarse nada.

Todos podían darse por aludidos, sabían que el público le pondría nombre y apellidos a aquellos relatos de despecho y desencanto e igual siguieron adelante.

La grabación fue intensa, impulsada por altas cantidades de alcohol y cocaína, y poco convencional en las técnicas empleadas por los productores.

La mezcla no fue menos dramática, pues parte de las cintas originales se dañaron y hubo que hacer milagros para rescatar sesiones que no podían repetirse.

Al final, el público recibió un producto de 39:43 minutos de duración y 11 canciones. Ninguna fue relleno: todas las piezas tenían el potencial de convertirse en la canción favorita de alguien... para siempre.

El Rumours es el disco de rock pop perfecto, con pasajes de tremenda intensidad alternados con canciones místicas y suaves. Es un álbum que cualquiera podía oír, que logró la extraña hazaña de quedarle bien a todos los gustos.

La crítica lo amó, y el público también: se convirtió en el disco más vendido de la historia para Warner Bros. y al año siguiente obtuvo el Grammy al Mejor Álbum, pasándole por encima a pesos pesados como Hotel California , de The Eagles, y la icónica banda sonora creada por John Williams para la primera Star Wars .

Rumours estableció un legado por su cuenta, que incluso compite con el propio de Fleetwood Mac. Su testimonio de ruptura emocional sigue tan vigente hoy como en 1977, pues siempre habrá un amor ingrato que sirva de excusa para oír Go Your Own Way una vez más, y levantarse de las cenizas.

Un disco sin rellenos

Second Hand News: Escrita y cantada por Buckingham. Inspirada en la ruptura con Nicks, tiene un tono eufórico y de recuperación emocional.

Dreams: Escrita y cantada por Nicks. Stevie asegura haberla escrito en cuestión de 10 minutos. Su sonido etéreo y letra ambigua la hicieron favorita del público, que la llevó a #1 del Top 100 de Billboard.

Never Going Back Again: Escrita y cantada por Buckingham. También inspirada en su separación con Nicks, atañe a la necesidad de no caer en los mismos errores del pasado en nuevas relaciones.

Don’t Stop: Escrita por McVie y cantada por Buckingham y McVie. Christine aludió a su exesposo John McVie en esta letra, que pide dejar el pasado atrás.

Go Your Own Way: Escrita y cantada por Buckingham. Es quizá la pieza más furiosa del disco, con Lindsey mostrándole la puerta de salida a Nicks. Algunas partes de la letra molestaron a Stevie, quien asegura haber sufrido las primeras veces que tuvo que cantarla en vivo.

Songbird: Escrita y cantada por McVie. Una canción íntima de solo voz y piano. A diferencia de las demás piezas, esta no fue grabada en el estudio, sino en un teatro vacío.

The Chain: Escrita por los cinco integrantes y cantada por Buckingham, Nicks y McVie. Se trata en realidad de la unión de partes de varias canciones aún sin terminar.

You Make Loving Fun: Escrita y cantada por McVie. Inspirada en su relación con el técnico de iluminación del grupo, Christine, para evitar un pleito, le dijo originalmente a John que la canción hablada de su perro.

I Don’t Want to Know: Escrita por Nicks y cantada por Nicks y Buckingham. Si bien su letra de una relación que se termina está acorde al espíritu del álbum, la canción fue escrita años antes, cuando Stevie y Lindsey eran una pareja estable y no habían ingresado al grupo.

Oh Daddy: Escrita y cantada por McVie. Christine asegura que está inspirada en Mick Fleetwood, que en aquel entonces era el único padre de familia en el grupo y además el “papá” que mantenía la coherencia en medio del caos de la banda.

Gold Dust Woman: Escrita y cantada por Nicks. Su letra cargada de metáforas alude al consumo de drogas en medio de un quebranto emocional.

Silver Springs: Escrita y cantada por Nicks. Aunque se grabó en las sesiones de Rumours, Fleetwood decidió dejarla fuera del disco y sustituirla por I Don’t Want to Know. La exclusión del tema generó una larga disputa entre Stevie y el baterista que incluso llevó a Nicks a dejar la banda por un tiempo en los 80. Eventualmente fue incorporada al álbum en sus reediciones.

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