Rosario Flores ‘Me dejo llevar por las canciones’

Si algo hace Rosario Flores es pedir que el universo la favorezca. Le ha dado como resultado de su ruego un álbum que la muestra tan gitana y funky como hace años atrás y le cumplió el sueño de grabar con Juan Luis Guerra

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¿Qué no ha hecho Rosario Flores? Pop, soul, rumba, funky, bossanova, balada, rock... todos juntos han caminado en fusión con ella a lo largo de 27 años de estar haciendo discos. Pero faltaba un tipo de rumba catalana, su arrullo de niña; el Raskatriski.

Con el mismo nombre de la rumba catalana que su padre, el famoso Pescailla, le cantaba de chiquita, la también hija pequeña de Lola Flores publicó en febrero pasado su nuevo disco de estudio.

Volvió Rosario entonces, esta vez con todo. Las 11 canciones que componen el Raskatriski son de su autoría, a diferencia de sus dos últimos discos Parte de mí (2008) y Cuéntame (2009).

Con ese álbum y con el repaso habitual de temas ya emblemáticos de su carrera, Rosario Flores volverá a cantar en Costa Rica. La cita es el 30 de octubre en el Melico Salazar, pero antes habló con Viva.

Esta es la pregunta de rigor: hay gente que espera con cariño un nuevo concierto de Rosario Flores en Costa Rica. ¿Cómo se lo toma?

Estoy muy ilusionada porque sé que en Costa Rica hay muchísima gente que sigue mi música. Me lo han demostrado cada vez que he ido allí. Y la verdad, es que mi vida es cantar y bailar y voy a donde me quieran y en Costa Rica me quieren, entonces voy allí.

Entremos al Raskatriski, su nuevo álbum. ¿La canción tiene que ver con un recuerdo de infancia?

El Raskatriski es una rumba, una rumba catalana que mi padre, Antonio González (el Pescailla) fue el que la hizo. Tengo ese ritmo dentro y el Raskatriski era la rumba catalana que me cantaba mi padre desde pequeña y es el primer sonido que yo tengo en mi memoria.

Entonces sí hay un ligue emocional entre el Raskatriski y usted.

Hay un ligue emocional. Yo soy una consecuencia de mis padres, absolutamente. Muchas cosas de todo lo que puedo hacer tienen que ver con ellos. Fueron mis padres los que me dieron el arte y eran dos pedazos de artistas maravillosos (Lola Flores y el Pescailla).

Eso ha estado claro en sus discos, aparecen con frecuencia los personajes de casa. Y en este disco, en Gypsy Funky también están ellos de nuevo. Eso me hizo gracia.

Sí, verdad. (Ríe) Todas las canciones del disco son parte mía, porque las escribí toditas yo. Todas tienen que ver con algo que he vivido, que he sentido o que me ha pasado, porque las canciones van saliendo, poquito a poco y sin saber por qué.

”Todas las canciones que están ahí las quiero; son parte de mi corazón y todas tienen que ver algo con mis sentimientos”.

Y regresando a las vivencias personales retomo el Gypsy Funky que va: “¿Quién dice que las Flores no sabemos cantar funky?” Es como decir: “¿Quién ha estado hablando mal de mi linaje y mi trabajo?”

(Ríe). Es un poco así y en plan de gracia. ¿Quien dice que las Flores no sabemos cantar funky? Si yo siempre me he sentido muy gypsy y muy funky. Una gitana muy negra también. La rumba catalana siempre la quise mezclar con un bajo funky o guitarra funky.

“Y esa canción me salió en una noche con mi sobrina Alba, hija de mi hermano Antonio, y nos reíamos mucho y nos la pasamos muy bien, la verdad”.

Escuchando todo el álbum Raskatriski encuentro un mood muy coincidente con el disco De ley (1992), sobre todo con temas como La camiseta. ¿Hubo algún grado de conciencia en eso?

Puede ser, sí puede ser que haya alguna coincidencia, pero los discos yo no los pienso, me dejo llevar por las canciones que me van viniendo y por lo que voy sintiendo.

“Han pasado unos añitos, pero sigo siendo la misma. Y el funky me sigue gustando, el pop me encanta y me encantan todo los palos (variedades del cante flamenco) que sean un poco calentitos y que pueda mezclarlo un poco con mi raíz”.

En este nuevo disco, de 11 canciones solo Raskatriski y Gypsy Funky son bailables. Hay un gran protagonismo de baladas y temas emotivos como Yo quiero vivir, Estoy cambiando o Aguita del río.

Es cierto. Yo quiero vivir es una canción muy bonita y sentida que está tocada un poco más pop, pero sigue teniendo el decir flamenco.

“Este ha sido un disco que grabamos en Los Ángeles y poco a poco nos fue saliendo este sonido del disco. Y fue una experiencia muy bonita ver cómo Simon Phillips (baterísta de Toto) iba sacando mis canciones o como se acoplaba también el percusionista Luis Conte”.

En Aguita del río debo decir que me hizo recordar que en casi todos sus discos hay alguna referencia a la naturaleza. ¿Qué tanta relación tiene entonces Rosario Flores con la Madre Naturaleza?

Creo que todo eso soy yo. Yo soy totalmente de la naturaleza y me duele mucho la vida en cemento y de la ciudad y de este mundo que hemos creado, en el que sufrimos mucho los humanos.

“Y es que un poco mi mensaje va por ahí. Hablar de la luz que todos llevamos dentro y de las cosas que no se ven en cada uno de nosotros. Y yo soy muy sentía (sensible) y me hace vibrar la naturaleza”.

¿Y que hay del Aguita del río?

Aguita del río es porque escuchar el río te quita un poco las penas que se llevan dentro.

Usted hace discos desde 1984. ¿Cómo logra una artista reinventarse a lo largo de 27 años?

Hago un ramillete de las cosas que me gustan y con las que yo creo que me llevo bien. Y la verdad, creo que me queda mucha vida por delante y espero tener otros 20 años más, por lo menos.

“Creo que estoy a mitad de camino en la música y que me falta aún muchas cosas por hacer”.

Esa respuesta me hizo recordar la frase de: “Yo quiero vivir todo, todo. No quiero perderme nada, nada” (Yo quiero vivir).

Sí, hay que vivirlo todo, todo. Yo amo esta vida, la vida es maravillosa y hay que vivirla al tope, porque solo se vive una vez.

Mi son me lleva a preguntar: ¿Acaso el centro de acción de Rosario Flores es el corazón?

Claro, es ahí donde llevo todo mi son. ¿Sabeís que he hecho una versión con Juan Luis Guerra de esa canción? La pondremos en otras ediciones del disco.

¿Fue su deseo hacer esa colaboración con Juan Luis Guerra?

Juan Luis (Guerra) para mí es el maestro y que cantara una canción escrita por mí ha sido el regalo más grande del cielo. Es el rey.

Como que el universo conspira a su favor...

Sí. Yo se lo pido todos los días.