Rosana fue torbellino de música y sonrisas en el Melico Salazar

Emocionante lunes La cantante ofreció un electrizante concierto a teatro lleno. El chileno Alberto Plaza se apareció en la cita y hasta cantó

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El concierto que Rosana ofreció el lunes, en el Teatro Melico Salazar , no se cocinó a fuego lento , sino que fue un arrebato de energía pura. Durante dos horas, la española hizo arder rápidamente al teatro con sus canciones cargadas de letras positivas y ritmo contagiante.

No se puede mentir. Al entrar al teatro y ver en escena únicamente un sillón, una mesita y tres velas, se instaló la idea de que aquel iba a ser un encuentro pausado, sin mayor sorpresa. Pero no fue así.

A Rosana no le hizo falta ni su banda ni grandes efectos para ser capaz de poner a su gente a bailar, aplaudir y cantar desde la primera canción, El talismán.

Como si fuera una fiesta entre amigos, la artista invitó al público a sumarse a una “maldad”: hacerle una broma a las personas que entraran tarde a la sala.

El trato era sencillo: la cantante sabía que el teatro estaba lleno, así que sospechaba que los dueños de esos lugares llegarían en cualquier momento. Entonces, le propuso al público que cuando ellos entraran y se ubicaran en sus asientos, ella se despediría y el público le aplaudiría de la misma forma que cuando termina un concierto.

Así sucedió. Las víctimas resultaron ser las periodistas María Fernanda Cruz ( Perfil ) y Hulda Miranda ( La Nación ).

Entre preocupadas y confundidas, estas amigas entendieron cuando la cantante regresó a escena y les dijo de qué se trataba todo aquel plan que hizo reír a las casi 1.000 personas en el lugar.

Al público le gustó eso de “pegarle el color” a los que llegaron de últimos y conforme iban entrando más personas, más de uno intentó volver a asustarlos; sin embargo, la cantante, con una sonrisa, les advirtió que si seguían así el concierto nunca comenzaría.

“Les gusta más la fiesta que comer, ¿cierto?”, comentó pícara.

Cercana. Luego de la broma, Rosana regresó a su sofá y, desde ahí, complació a los espectadores con temas como Mi trozo de cielo , Como un guante y Si tú no estas aquí, que fundió al teatro en un solo suspiro.

Los despechados y los enamorados tuvieron sus momentos cúspide con la interpretación de Aquel corazón , Si tú estas aquí , Bebes de mí y Magia . Los optimistas también tuvieron lo suyo con la contagiosa Sin miedo.

Entre tanto amor y algarabía, la cantante hizo un paréntesis para reflexionar sobre la situación económica de su país y el difícil momento que se vive en diferentes partes del mundo. Desde el corazón y con gran energía, brotó Llegaremos a tiempo.

A las 9: 30 p. m., Rosana comenzó a decir adiós con Tu cruz por la cara ; no obstante, como era de esperar, el público le pidió más y ella los complació de buena gana.

Lo hizo cantando A fuego lento , pero no desde el escenario, sino desde diferentes partes del teatro como la galería, el tercer piso y la luneta, donde aprovechó para tomarse fotos y abrazar a más de un asistente.

Las sorpresas no se acababan esa noche. Cuando volvió a escena, Rosana descubrió un espectador que había pasado inadvertido: el cantautor Alberto Plaza, a quien invitó a cantarle al público.

Ni lento ni perezoso, el chileno tomó su guitarra y cantó una de sus canciones más conocidas: Aventurera . La gente se derritió con él.

Rosana añadió más temas a la noche como Tormenta de arena y Lunas rotas.

Ya iban a ser las 10 p. m. y el adiós era indiscutible; sin embargo, la cantante le hizo una promesa a su público nostálgico: regresará, esta vez con los “chicos de su banda”, aseguró.

Rosana se marchó con Pa’ ti no estoy, que puso el público a aplaudir y a gozar de lo lindo.