Romance y nostalgia, la fórmula para enfrentar el frío antes del concierto de Ricardo Arjona

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

No es tarea fácil calentar a un público que espera dos noches seguidas de su cantautor amado. No obstante, Víctor Kapusta y Humberto Primogerio subieron a la tarima del Estadio Ricardo Saprissa para probar sus propias canciones ante el emocionado público de Ricardo Arjona.

Las puertas del recinto se abrieron desde las 4:15 p. m. En los alrededores del estadio, se apreciaba la densidad del tránsito de vehículos usual cuando ocurre cualquier concierto en Tibás, pero ningún embotellamiento extraordinario.

Varios grupos de fanáticos del cantautor guatemalteco se acomodaron en la gramilla y las graderías con orden. Desde temprano, los representantes del club de fans oficial del músico en Costa Rica, denominado 5to Piso, posaban con sus pancartas, mantas y gorras grabadas con el nombre de Arjona, fotografiándose frente a la tarima que pronto ocuparía su ídolo. Entre el público, vinchas y gorras con el nombre del artista identificaban a los más fiebres.

Aunque algunos esperaban a ingresar desde al menos las 3 p. m., aún les faltaba largo rato para escuchar las primeras notas de Arjona.

Este fue la primera de dos citas que el cantautor tendrá con sus seguidores ticos. Esta noche se celebrará la segunda.

Queridos. Ante el creciente frío tibaseño, Víctor Kapusta opuso la probada calidez de los éxitos de Abracadabra. Con Un lugar, un café y el humo de un cigarrillo disparó una seguidilla de éxitos del grupo argentino que conquistó corazones ticos en los años 70 (y que nunca se fue, realmente, de la memoria pop).

Solo con su guitarra y una pista musical, Kapusta intentó animar a los espectadores que ingresaban poco a poco al estadio. Alentando a los presentes, Kapusta continúo su repaso por la música con Ayúdame a olvidar y Una mujer , aparte de Luna de Xelajú . Aquí y allá, docenas de fans de Arjona también se apuntaron a corear los clásicos que trajo Kapusta a la noche.

Poco después, con Chau, cariño, chau, se despidió, entre aplausos. Aún faltaban por llenar miles de asientos de un recital que, según la producción, se vendió por completo.

El siguiente en el escenario fue Humberto Primogerio, cantautor argentino que grabó su disco más reciente en Costa Rica. Lo acompañó la banda Rréquete en una selección de canciones como Son historias, Todo puede ser y Llovizna en París .

Las intervenciones de los teloneros fueron breves y espaciadas entre sí, justo lo adecuado para ir calentando a una audiencia dispuesta a escuchar sus rimas más queridas.

Para algunos, sería una noche inolvidable. Nathalie Guevara, por ejemplo, llevaba esperando este encuentro durante 13 años. La fan cartaginesa contó que desde que tenía 12 años es fan de Arjona. ¿Cuál canción no debería faltar en el concierto? “Creo que Historia de taxi ); esa me fascina”, respondió.

En varios puntos contiguo a las puertas de ingreso se ubicaron puestos de venta de recuerdos de la gira Viaje . Entre las curiosidades que los más fiebres de Arjona podían llevarse, se encontraban gorras, collares, termos, tazas, camisetas y fotografías. Los precios iban de ¢4.000 a ¢12.000.

Justo tras comprar un par de souvenirs , Yerelin Aguilar, de 22 años, y Érika Jiménez, de 19, contaron que recién llegaban desde Pérez Zeledón. Salieron del sur a la 1 p. m., pero a las 7:30 p. m. apenas ingresaban al estadio.

“Quisiera todas las canciones, pero esta noche me encantaría escuchar Ayúdame, Freud ”, dijo Aguilar. “Fue larguísima la esperaba. Lo estamos esperando... creo que desde que se fue, hace tres años”, comentó. ¿Qué les gusta tanto de Arjona? “Todo”, resumió Jiménez. ¿Qué más?

Cada vez que aparecían los logos de la gira Viaje en las pantallas, los miles de espectadores gritaban. A las 8 p. m., llegó su hora.