¿Rock, jazz y ritmos latinos? La banda tica Nádaqui los combina en su disco debut

Esta agrupación costarricense presentará su primer trabajo discográfico la próxima semana, en un concierto que contará con teatro y danza. A finales del 2017, comenzaron una actividad musical donde integran diversidad de géneros.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Muchas veces, la mejor manera de contar una historia es desde su nombre. El ensamble Nádaqui se confía de esta premisa para dar a entender su visión de música y de mundo.

Tras varias frustrantes semanas de buscar un nombre para la agrupación, encontraron una palabra para sumar todos sus ideales. Nada-aquí quiere decir el título de la banda.

“La nada es ese lugar donde se puede albergar cualquier cosa, cualquier género. Como ensamble, no queremos cerrar las posibilidades de integrar la variedad de sonidos que sean posibles y creamos convenientes. Eso es lo que nos enriquece”, cuenta Christopher Montenegro, guitarrista de la banda.

Tras poco menos de dos años de actividad, la agrupación costarricense lanzará su primer álbum de estudio llamado Crónicas de la nada. Previo a su estreno, la banda conversó con Viva sobre sus ilusiones de formar una agrupación de cámara de música progresiva.

Todo o nada

Desde hace un mes, uno de los temas del álbum debut de Nádaqui ha estado gravitando por internet. El son del farolito es una obra que funciona muy bien para dar un primer vistazo del ensamble, pues muestra la apertura de la banda a combinar géneros.

En la canción se mezclan boleros, música folclórica y atisbos de jazz. Esta unión sinfónica es ejecutada por los cuatro integrantes del grupo: el contrabajista Luis Segura, el guitarrista eléctrico Christopher Montenegro, el chelista Leslie Evans y el percusionista Aarón Ramírez.

En octubre del 2017 se dio la formación de la agrupación bajo el lema de contemplar “música progresiva”, con amplitud creativa.

“Esto nos da mucha libertad para componer. En una pieza metemos rock, metal y música clásica, y en otra jazz, ritmos latinos y otras opciones que nos sirvan. Es muy jugoso”, relata Evans, quien es uno de los compositores principales de Nádaqui.

Evans suele hacer dupla con Montenegro, el arreglista de las piezas, para dar los primeros bocetos de las obras. A partir de allí, Ramírez y Segura entran en la ecuación para la depuración de los temas.

“Lo que más nos interesa es dar una visión de música honesta. No nos vemos como una banda con ánimos de lucrar; queremos posicionarnos en la escena y ofrecer algo que nos resulta diferente y que nos entusiasma”, explica Ramírez.

Tras haber completado un robusto repertorio original, la banda decidió realizar su primer álbum. Grabado en los estudios Music Center y El Escondite, bajo la supervisión del percusionista Ramírez (quien también es ingeniero en sonido), Nádaqui mostrará su primer disco con un concierto inaugural.

El recital será en el Teatro Eugene O’Neill, el martes 16 de julio, a las 7:30 p. m. Los boletos se pueden conseguir contactando a Nádaqui en Facebook e Instagram. La entrada cuesta ¢5.000, el disco ¢6.000 y el disco con la entrada vale ¢8.000.

“Quienes vayan al concierto podrán ver una puesta en escena multidisciplinaria con danza y teatro. Desde que lleguen al teatro sentirán que es un espectáculo inmersivo, con una narrativa muy abierta para la interpretación que habla mucho sobre lo que creemos nosotros como grupo”, finaliza el contrabajista Sequeira.

Los integrantes de Nádaqui