Cuando se habla de Roberto Camargo en su natal Colombia, se menciona a un artista polifacético. Lo mismo transita por los senderos de la llamada canción de autor o música trova, que por propuestas escénicas humorísticas.
El autor de La virgen de mis Remedios cuenta con cinco discos en el mercado. Su trabajo le permitió compartir escenarios con figuras como Joaquín Sabina , Luis Eduardo Aute y Fernando Delgadillo , entre otros.
Por su labor cómica se ganó su espacio en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá en tres ocasiones; además, de la participación en diversos encuentros de narración oral y cuentería.
Entre sus participaciones teatrales están espectáculos como Humor amor y No hay billete ; además, fue parte del programa Los comediantes de la noche , de la cadena de televisión RCN.
Entre sus principales méritos se cuenta el reconocimiento a la mejor canción inédita (2004) y mejor interpretación (2006) del Instituto Distrital de las Artes.
Camargo emprendió, este año, una gira latinoamericana y el 17 de setiembre será el turno para que Costa Rica lo escuche, en el Jazz Café de Escazú.
Viva conversó con él previo a su viaje, para hablar del por qué pasó tanto tiempo antes de venir, de cuánto conoce de Tiquicia y de su propuesta de humor musical. A continuación, un extracto de la entrevista con el cantor
¿Por qué es hasta ahora que Costa Rica figura en su agenda?
Estuve en el 2007, en esa única vez fui como músico para un evento de la Unesco. Fue mi primer contacto con artistas como Bernardo Quesada y Francisco Murillo.
“Hemos mantenido un contacto desde lo personal, pero no sé por qué hemos tardado tanto; creo que no habíamos encontrado el camino adecuado”.
¿Cree encontrar tierra fértil para su música original?
Hay una empatía por ser ticos y colombianos, nos entendemos muy tuanis. Además, respeto mucho el trabajo de los músicos de Centroamérica, que sigue siendo desconocida y que deberíamos tener más presente; por eso me maravilla compartir con el público allá”.
Más allá de lo tuanis que puedan ser ticos y colombianos, ¿por qué sus canciones pueden hacer eco?
Compartimos la misma lengua, desde México hasta Argentina. Cantamos en el mismo idioma, en bares, auditorios pequeños y grandes y, aún así, podemos decir que tenemos una misma patria llamada América Latina.
¿Este viaje a Tiquicia es un esfuerzo aislado?
No es un esfuerzo aislado, está más allá del viajar y conocer. Me gustaría que fuera la primera de muchas citas románticas. Costa Rica es un punto de viaje a establecer, no es algo aislado, está pensado. Si no fuimos antes es porque no tuvimos las condiciones adecuadas.
Al leer de su carrera existen más referencias de su veta cómica que música. ¿Le roba protagonismo el humor a su lado de cantautor?
Hay un disco Humor amor (2008), que sacamos con Universal Music Colombia, en el que se plantea abordar con humor canciones de amor y eso generó algo como artista. Porque hasta ese disco yo solo tocaba en bares pequeños, pero pasaron cosas interesantes.
“Por ejemplo, pasé de tocar solo en Bogotá, a todo el país. En especial con No hay billete , un tema que abordó con humor la situación de los colombianos y su economía.
“A partir de ahí aparece una forma de reconocimiento, que en un primer momento hizo que personas que seguían mi carrera se fueran; me dijeron ‘humorista’ y por el contrario, otros me decían que tenía buen sentido del humor”.
Entonces, ¿sí explota el humor como parte de su trabajo?
Hay una propuesta escénica, hay una cercanía con el teatro y eso ha alimentado la construcción de mis relatos, concebir las canciones como si fuera teatro.
¿Pondrá especial atención a la música del disco Humor amor en su concierto?
Quisiera cantar temas de toda mi carrera. Vamos a hacer algunos temas del disco que viene, en el que está La virgen de mis Remedios , que está dedicado a la memoria de mi madre Remedios, que falleció en el 2012. La idea es que estos temas nuevos sean parte de la gira.