Pedro Guerra dio un concierto que encantó al Melico Salazar

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Era la primera vez que Pedro Guerra tocaba en el Teatro Popular Melico Salazar. Y, como toda primera vez, quizá s no la olvide jamás porque con sus propios ojos, y anteojos, vio como el teatro, casi lleno, se levantó para aplaudirle de pie anoche.

La lluvia de aplausos fue recompensada por el cantautor español con tres encores (regresos a escenario).Cosa poco habitual, pero bien planeada por el autor de Golosinas quien, al final de cuentas, se despidió a las 10:30 p. m. cantando a capella Sombras , de Carlos Brito sobre un poema de la mexicana Rosario Sansores Pren y que viene incluida en el disco Alma mía. Versiones Vol. I que dio nombre al tour que lo trajo a Costa Rica.

El cierre con Sombras , que fue su tercer y último encore , produjo una marejada de aplausos, silbidos y gritos de “¡gracias, Pedro!”.

Tal como lo había prometido el mismo Guerra, este nuevo encuentro con el público costarricense fue un tejido a dos hebras: canciones salidas de sus primeros dos lanzamientos de covers , Alma mía. Versiones Vol I y Contigo en la distancia Versiones Vol.. II , y clásicos de su repertorio original.

Fue así como Guerra interpretó temas como Alma mía , Te lo juro yo , Chiquilín de Bachín , Nostalgias , Contigo en la distancia –de sus discos recientes– y El marido de la peluquera , Debajo del puente , Pasa y Cuando Pedro llegó –dedicada a su hijo de cuatro años–, entre otras.

Fueron en total 25 canciones las que desató esta Guerra que fue abierta con el espectáculo del costarricense Miguel Cabrera.