Miles de fiebres de la música electrónica se deleitaron esta madrugada con la mágica actuación del Dj alemán Paul van Dyk en Torre Geko, en el Real Cariari.
A partir de la medianoche, el afamado Dj se colocó en una tarima ubicada en el centro del quinto piso de ese lugar y empezó a hechizar con su beat a todos los presentes que no dudaron en gritar y saltar al ritmo de su música.
Con los infaltables audífonos en su cabeza, el europeo dirigió a la multitud en una noche cargada de ritmo.
Como un ejército de bailarines, los presentes levantaban sus manos al ritmo de la música que Van Dyk hacía sonar desde su consola.
En complicidad total, el Dj sonreía de vez en cuando como aprobando el movimiento de la gente y cuando levantaba sus manos como un maestro de orquesta, la locura se apoderaba del lugar.
Van Dyk dio una muestra de sus mezclas características a ritmo de trance y tecno, mientras algunos de sus temas más conocidos como We Are Alive y una remezcla de Children pusieron a moverse a todos los presentes.
Pantallas de led y monitores colocados alrededor de la cabina central donde tocaba Van Dyk contribuyeron co la atmósfera festiva. Confeti y juegos pirotécnicos también formaron parte del hechizo.
Algunos se quejaron de la poca novedad de este show con respecto a presentaciones pasadas de Van Dyk y aseguraron que aportó poco con respecto a pasadas visitas.
Lo cierto es que el conjuro del alemán fue efectivo y logró poner a bailar a la gran mayoría de los asistentes.
La fiesta electrónica comenzó desde la 8 p. m. con la participación de los nacionales Andrés Blanco, Andrés Solano y August Vila, quienes tocaron en el mismo escenario que el europeo, mientras se esforzaban por calentar a un público que no dejaba de crecer en asistencia.
Aunque el lugar lucía a medio llenar al principio, ya para las 11 p. m. el piso principal se veía a reventar y la multitud ya reclamaba la presencia de Van Dyk en el centro del escenario.
El Dj #5 del mundo se encargó de complacerlos hasta altas horas de la madrugada, donde solo los más fiesteros se quedaron hasta el final.