Paul Banks, cantante de Interpol, se sincera antes de su concierto en Costa Rica: ‘Mi salud mental es una preocupación diaria’

La banda neoyorquina llegará por primera vez al país, en un concierto en que revisitará los discos que los catapultaron a la fama. En ese marco, la voz de éxitos como ‘Evil’ y ‘Obstacle 1′ reflexiona sobre cómo es ser líder de una banda de rock a los 45 años

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Paul Banks no es el frontman típico de una banda de rock. En conversación exclusiva con La Nación, el líder de la banda neoyorquina Interpol se revela como un hombre sin poses, al igual que sucede con música.

Con más de veinte años en la carretera del rock, Banks confiesa que hoy día su principal preocupación es la salud mental. A pesar de sentir la misma emoción que al principio de su carrera con Interpol, reconoce que el ambiente a veces puede ser nocivo.

“Por supuesto que es fantástico vivir de la música, es algo fabuloso, pero si uno se deja seducir solo por la fantasía que eso implica, puede descuidarse y acabar destruido. A mucha gente le ha pasado”, cuenta, como parte de las reflexiones que hace previo a la gira que lo traerá a Costa Rica el próximo 24 de mayo, en Parque Viva.

Banks, de 45 años, se pone meditativo porque este mismo tour de conciertos lo exige. Interpol, banda que nunca antes había tocado en Centroamérica, llega con una gira que rinde homenaje a dos álbumes que marcaron el inicio de su carrera a principios del siglo: el impecable Turn On the Bright Lights de 2002 y Antics, de 2004. Estos álbumes icónicos dieron vida a grandes canciones como Obstacle 1, The New (la preferida de Banks para interpretar en vivo), C’mere y, por supuesto, su inolvidable éxito Evil.

“Así que esta gira definitivamente nos pone a pensar en qué somos, qué hemos hecho. Si hemos influido en que alguien haga su música o simplemente disfrute un concierto, eso es algo maravilloso. Nos gusta esta gira porque nos pone a pensar qué ha hecho Interpol durante todo este tiempo”, comenta.

Paul Banks abre su corazón

El cantante y bajista se sumerge en la nostalgia al rememorar los comienzos de la banda en 1997, en el circuito alternativo de Nueva York, explotando internacionalmente en la década siguiente. Hablar de los discos que subrayarán en el setlist de esta gira es, en sus propias palabras, revivir el inicio de un sueño cumplido.

Según cuenta Banks, Interpol nació con la ambición de conquistar mercados como el británico, donde sus gélidas pero electrizantes guitarras, así como sus letras de melancolía, distancia y alienación, parecían tener una resonancia especial.

En sus propias palabras, nunca se les pasó por la mente, en un principio, que su música impactaría en muchos países, y mucho menos que una parte significativa de su base de fanáticos global se encontraría en Latinoamérica.

Banks expresa un profundo amor por el público latino, destacando la comprensión que tiene esta audiencia sobre cómo debe vivirse la música con intensidad. “Ustedes saben que la música debe gozarse con pasión”, dice el cantante, quien desde la década pasada ha experimentado conciertos en sitios como México, Colombia y Argentina.

Siguiendo en esa línea, Banks ahonda en la idea de que la música en vivo, desde su perspectiva, debe ser planificada desde un sentido de depuración. “Un concierto es un momento importante en la vida del fan y uno como músico debe respetar la dedicación que han tenido con uno para escucharlo”, afirma.

Aquellos que han presenciado a Interpol en concierto o quienes tendrán la oportunidad de hacerlo en mayo próximo, notarán que la banda no sigue el patrón convencional de actuación en vivo. Son “pasivos” en el mejor sentido de la palabra. Cada miembro está posicionado casi estáticamente en el escenario, concentrado en tocar de manera impecable, asegurándose de alcanzar cada nota.

“Si parezco que estoy en el escenario demasiado concentrado en cantar bien o tocar bien, ¡es porque lo estoy haciendo!”, dice entre risas. “Yo no soy de estar dando vueltas o gritando. Me enfoco en que la música se escucha con la calidad apropiada que amerita un show”, explica.

En cada concierto, su esfuerzo se centra menos en saltar o adoptar actitudes propias de una estrella de rock, y más en ofrecer una presentación formal de alta calidad. “Y por supuesto en hacer feliz al público. Hay músicos que no les gusta cantar sus hits porque están muy ‘quemados’, pero por Dios, ¡son solo tres minutos de su vida y harán feliz a cientos de personas! Lo importante es hacer feliz al público”, asegura.

Por supuesto, esa búsqueda constante de la impecabilidad y la percepción de ser una banda a la que se le exige, debido a su amplia base de fanáticos, puede tener sus costos. En este sentido, Banks aborda la importancia de preservar la salud mental, además de procurar la camaradería dentro del grupo. Aunque las giras son enriquecedoras y “una bendición”, también pueden ser desgastantes.

Para contrarrestar esto, Banks cuida su bienestar practicando boxeo con sus compañeros de banda y realizando ejercicios funcionales para mantenerse en forma. Sin embargo, el músico enfatiza que no solo se trata de mantener su cuerpo activo para verse musculoso, sino tener la mente clara. Para él, “la música y los buenos conciertos demandan una inversión completa de espíritu y voluntad. La salud mental es una preocupación diaria. Hay que cuidar bien allí (la cabeza) y a veces se nos pasa por alto”, agrega.

El neoyorquino confiesa que, al igual que muchos de su generación, sentirse en la década de los 40 lo motiva a cuidarse más de lo que lo hacía cuando era más joven. No obstante, se siente más pleno que nunca.

“Me siento en un momento muy feliz de mi vida”, dice, al contar que se siente muy orgulloso de la manera en que canta ahora y, además, lleva una vida personal feliz dedicada a criar a su hijo y hacer lo que ama. Reconoce que ha alcanzado un punto en su vida donde se siente pleno, sabiendo que ha logrado realizar un sueño. “Uno piensa que todo en la vida son los veintes, pero hay mucho más allá que esa edad”, asegura.

Esta perspectiva equilibrada refleja no solo la evolución de Banks como artista, sino también su aprecio por la vida en su totalidad. “Espero que esa buena energía que trato de crear en mí la puedan sentir todos en el concierto. Al final toda esta gente que nos va a ver se ha embarcado, de alguna manera, en este mismo viaje que ha significado mi vida”, finaliza.

El concierto de Interpol en Costa Rica será el 24 de mayo del 2024, en el Anfiteatro Coca-Cola de Parque Viva, y los boletos se pueden comprar en el sitio www.eticket.cr.

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