Paloma San Basilio:‘No tengo planes de retirarme’

En una cálida entrevista con Viva, la talentosa cantante española desmintió los rumores de su retiro y afirmó que su amor por Costa Rica fue a primera vista

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Mientras tenga ilusión encima de los escenarios, Paloma San Basilio no piensa en abandonarlos y, según dice, su deseo de seguir cantando se mantiene fuerte.

De esta forma, la cantante española desmintió los rumores que apuntaban a que planeaba su retiro para los próximos años.

Y la mejor prueba de su fortaleza es que se alista para volver a nuestro país con un espectáculo llamado PSB, en honor de sus iniciales, pero también a los instrumentos que la acompañan: piano, saxofón y bajo. Ella cantará aquí el próximo mes.

Con la elocuencia que la caracteriza, la intérprete de temas como ¿Por qué me abandonaste? y Cariño mío habló con Viva, la semana pasada, vía telefónica desde España.

¿Es cierto que planea su retiro de los escenarios?

No, eso salió de una entrevista en que una periodista española me preguntó cuánto tiempo pensaba seguir y le dije que no sabía, que no tenía idea, tal vez tres o cuatro años pero no lo tenía claro. De ahí salió ese rumor de que me retiraba en tres años, pero la verdad es que de momento no tengo intención de retirarme. Ya ha pasado un año y, de momento, no planeo irme dentro de dos años, o sea, no tengo fecha de caducidad todavía (ríe).

Entonces, ¿hay Paloma San Basilio para rato?

Yo creo que sí. No me gusta hipotecar mi futuro porque yo creo que uno tiene que estar en activo cuando tienes algo que ofrecer, cuando tienes ilusión por hacerlo, cuando realmente notas que tienes ilusión por hacerlo y notas que es ahí donde quieres estar, pero el ser humano tiene muchas opciones y hay muchas cosas que yo también quiero atender y que en estos años no he podido. Así que no quiero agarrarme a nada, porque todo es muy efímero y creo que hay que dejar el espacio abierto.

Por lo que me dice, ¿usted aún mantiene esa ilusión?

Sí, yo no podría vivir sin ella, no podría cantar sin ella. Pero no es solamente un tema artístico, es una forma de entender la vida. Para mí, la vida tiene que constar de esa parte llena de ilusión y que sea un poco nueva todos los días, con esa sensación de que no has vivido ya ese viaje, sino que es un día distinto y nuevo y creo que ahí hay muchas cosas que te lo pueden hacer ver, no siempre son las grandes cosas las que te estimulan, sino que son las cosas pequeñas a las que uno le da un peso importante. La ilusión, la emoción y la curiosidad para mí son motores importantísimos de mi vida.

¿Qué nos puede adelantar de lo que la gente verá en este espectáculo llamado PSB?

Es un concepto que iniciamos el año pasado en enero y que cerraremos, un poco, en Costa Rica. Es una idea que tenía desde hace mucho tiempo. Me gusta sentir que el escenario es un espacio libre, donde cada día tienes un ejercicio de regeneración y, por qué no, de riesgo musical y vocal.

“Hubo una experiencia que tuve hace unos tres años en un concierto solo con esos tres instrumentos y me gustó tanto y me sentí tan cómoda que decidí retomarlo, para hacer una gira con ellos.

“Entonces, PSB es, lógicamente, unas siglas que acompañan mi nombre, pero que también hablan de tres grandes protagonistas que son el piano, el saxo y el bajo. Son instrumentos solistas que están constantemente dialogando con la voz. La gente va a ver un recorrido por muchas músicas: mi infancia, mi generación, mi discografía, de todo el teatro musical que he protagonizado, pero todo tiene un leitmotiv, que es la ejecución de esos temas con un concepto donde los instrumentos juegan con la voz e intercambian emociones y hay una sensación de que está ahí vivo aquello y no es igual que el día anterior. Lo que se busca es la desnudez, la esencia de la música; esa sensación de que menos es más en un mundo en que hay exceso de todo”.

¿Cuáles canciones no se pueden quedar por fuera en un concierto de Paloma San Basilio?

La verdad, hay veces que me cuesta mucho quitar canciones. A veces cuando termina el concierto y la gente me pide más y sigo cantando a capella, porque son treinta y tantos discos y cuatro musicales. La verdad es que es muy complicado. Por supuesto, nunca podía quedarse fuera una canción como No llores por mí, Argentina, eso sería una traición, me matarían (ríe). O Luna de miel, son tantas canciones que nos han acompañado y, sobre todo, que las quiero porque tienen una belleza muy especial. Cuando las canto me permiten transportarme a un mundo y flotar en ese espacio de música y para mí, el escenario es eso: magia y liberación.

¿Cómo evalúa su conexión con el público costarricense?

Es como pasa en las parejas, de pronto, a primera vista, ya hay ese flechazo. Yo creo que desde la primera vez que fui a Costa Rica apareció eso, fue una sensación de que el público me entendía y yo les entendía a ellos y, sinceramente, es de los sitios en los que más a gusto canto y donde el perfil del público no es igual al de otros países. Es un perfil muy abierto, donde hay gente más joven y van muy abiertos a lo que les ofrezco y siempre reciben las propuestas muy bien, hay una sensación de complicidad, que se estableció desde el principio.

Aquí en Costa Rica ha cantado en el escenario más importante que es el Teatro Nacional, ha cantado para varios presidentes, pero también ha cantado en estadios, para las madres, ¿a qué atribuye su éxito con tantos públicos?

Yo creo que es porque al final todos manejamos la emoción que es un lenguaje directo. Los seres humanos tenemos muchas cosas en común, estamos solos, a veces necesitados de afecto, estamos felices, a veces menos, tenemos las mismas búsquedas, nos gustaría tener un mundo mejor, nos gustaría que la gente fuera más feliz, todos buscamos las mismas cosas, simplemente lo tenemos que decir y contar y la voz es un buen vehículo para ello y si tu lenguaje es directo no tiene porque ser de un espacio pequeño o grande, si no que puede llegar a cualquier rincón del alma de alguien que está compartiendo contigo ese escenario.

¿Cómo describe esa sensación de estar en el escenario y recibir el aplauso del público?

Es una mezcla de muchas cosas. Hay una emoción muy fuerte, hay una vibración enorme, una sensación de que estás levitando y hay momentos, en los que, sinceramente, en los que te sientes pequeña porque es tanto lo que te están dando que es desproporcionado con tu tamaño (ríe), sientes que te sobrepasa. Me hace sentir más humilde por tener la capacidad de sentir tanto, siendo, aparentemente para mí, tan poco lo que yo puedo dar.

¿Cuál ha sido la importancia de Latinoamérica en su carrera?

Ha sido fundamental. Curiosamente hace un rato estaba tomando café con unos amigos y sabía que iba a tener esta entrevista con vosotros y, lo decía muy claramente: que bien hice la primera vez que alguien me dijo si quería ir y que por qué no íbamos a América, porque sin América seguramente yo no estaría todavía cantando. Ese mundo inmenso, rico y generoso que es América ha sido una parte importantísima de estos 35 años.

¿Se considera afortunada?

Creo que sí. Todos podemos echar de menos cosas, todos hemos cometido errores y tenemos carencias. Yo, por ejemplo, he perdido a gran parte de mi familia muy pronto y hay momentos en los que te sientes un poco huérfano, pero contenta cuando ves la vida a tu alrededor y te das cuenta de que eres un ser privilegiado y has tenido la posibilidad de hacer algo tan hermoso como lo que yo sigo haciendo, de tener gente a mi alrededor que me quiere y quiero, de tener una hija maravillosa y unos niños (nietos) que con solo pensar en sus caras se me nubla la vista.

“Soy una persona con mucha suerte no me quedé esperando, tuve que romper muchas barreras al principio y arriesgar y meterme en un mundo que no conocía y salir del cascarón, pero yo creo que el viaje y el riesgo merecen la pena”.

¿Hay algún sueño que todavía le quede pendiente por cumplir?

Si me pones a soñar, yo en general sueño mucho (ríe). La verdad es que tengo bastante tendencia a que los sueños se materialicen, pero hay sueños que están un poco lejos de mi alcance y son los sueños que conciernen al mundo en que vivimos, a la gente, a nuestro planeta, esos sueños son los que todavía están por realizarse y creo que necesitaríamos muchos más sueños para juntarlos y conseguir el resultado que nos gustaría.

Si tuviera que destacar algún momento de gloria, ¿cuál es el primero que se le viene a la cabeza?

Todo está hecho de pequeños momentos. Una carrera de treinta y tantos años no se hace solamente de los momentos álgidos, hay momentos maravillosos donde recibes un Grammy, o donde cantas con un ser maravilloso que se llama Plácido Domingo o con José Carrera, o cuando oyes tu voz grabada en un estudio y dices: ¡esta soy yo! Está todo lleno de pequeños momentos, me cuesta mucho sacar uno, yo creo que es todo el recorrido de muchas emociones, sorpresas y cosas que van haciendo eslabones para que la cadena siga.

¿Qué mensaje le envía al público costarricense que espera verla el próximo mes acá?

Decirles que tengo muchas ganas de estar ahí, que no quería dejar el PSB sin estar en Costa Rica, que creo que en este concierto el encuentro va a ser mucho más cercano y que es una propuesta de riesgo, que yo sé que ellos van a entender y compartir. Gracias por estar ahí esperándome y llenar siempre el teatro y por decirme que me echáis de menos.