Pablo Milanés hierve en proyectos

Luego de seis años de su último concierto por aquí, el cubano volverá a estar en vivo en Costa Rica. Del 2006 a la fecha ha ganado dos premios Grammy Latino –cosa que no lo desvela para nada–

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Querido Pablo solo hay uno, y es el Milanés. Y ese único Pablo Milanés, que a lo largo de 48 discos publicados, en más de 50 años de carrera ha formado parte de la banda sonora de mucha gente, con canciones como Yolanda, Yo no te pido, El breve espacio y tantas más, está a pocos días de volver a suelo costarricense.

Tras seis años de su último concierto en Costa Rica, fue el 22 de febrero del 2006, el cantautor cubano volverá a dejarse ver en vivo este 23 febrero y en el Teatro Nacional.

En seis años, mucho ha pasado en la vida artística de Pablo Milanés: un álbum con Chucho Valdés; dos Grammy Latinos –hecho que no lo desvela–; una medalla prendida en su pecho por el escritor Gabriel García Márquez y más.

Ayer, desde La Habana, ciudad donde habita, Pablo Milanés conversó con Viva.

Por los seis años que han pasado de su última visita a Costa Rica, el público de aquí tiene sed de usted. ¿Y usted tiene sed del público tico?

Siempre mis actuaciones en Costa Rica han sido muy lindas. La receptividad del pueblo costarricense ha sido maravillosa; inclusive, se han hecho estudios allí sobre mi obra que yo he valorado mucho. Les he tenido, históricamente, mucho respeto; es decir, que mi estancia ahí estoy seguro que será muy agradable igual que siempre.

El Teatro Nacional es el lugar que lo vuelve a recibir.

Sí, casi siempre he actuado en el Teatro Nacional y es un recinto precioso, con una historia cultural tremenda y es un lugar que respeto y me alegra estar ahí

¿Que escucharíamos? Usted ya está con nuevo tour encima, el Proposiciones, pero no me queda claro si nosotros vamos a tener parte de ese repertorio.

En estos años, por supuesto que he hecho nuevos disco s, y hay dos discos fundamentales que me gustaría que ustedes escucharán: Regalo, que es el último, y el penúltimo que es Como un campo de maíz. Ninguno los ha escuchado ahí, y también pondré las canciones que el público siempre espera.

Ya que menciona Como un campo de maíz, este disco le dio un Grammy Latino en el 2006 (mejor cantautor). En ese sentido, ¿qué lugar ocupa este álbum en su imaginario a partir de ese antecedente?

Lo del premio Grammy para mí fue una cosa absolutamente casual. Yo no envío los discos a los premios, los envían las compañías de discos, y ese es un mundo que, realmente, no me interesa mucho. Lo respeto (al Grammy Latino) porque tiene un jurado respetable, pero no trabajo ni vivo para premios.

”De hecho, si mal no recuerdo, el premio lo fue a recibir mi hija en alguna ocasión, ni siquiera en los tiempos de la premiación, sino que lo reclamó como un año después. Es que, sin ofender, ese tipo de cosas no me desvelan”.

Cuando ganó esos dos Grammy Latino (el otro fue a mejor disco tropical tradicional por AM PM. Líneas paralelas, junto a Andy Montañez), imaginé que esos premios no eran algo que lo desvelaban.

No, realmente no. Por eso te digo: el costarricense es muy conocedor de mi obra y de mi carácter... de cómo yo reacciono.

Independientemente de lo que pasa con los Grammy Latino, me sigue interesando saber qué lugar ocupan en su corazón y en su imaginario los discos Como un campo de maíz y AM PM. Líneas paralelas.

Son discos para mí muy bonitos y muy espontáneos. Siguen la línea de trabajo que venía mostrando. Y en esa línea va también el nuevo disco que estoy trabajando, la línea de hacer yo las canciones, de hacer los arreglos y dirigir la grabación.

¿Por qué ahora sí puede darse esos gustos?

Porque ahora tengo más tiempo para dedicarme a eso.

¿Tiene nombre ya el disco?

No, el álbum nuevo no tiene nombre todavía.

¿Cuáles imágenes le han venido ahora para trabajar este futuro nuevo disco?

Hasta ahora son cosas muy románticas, muy amorosas, pero estoy seguro que hablaré un poco de todo en las canciones que irán surgiendo en el camino. Suelo cantar sobre lo cotidiano, y en lo cotidiano entre absolutamente todo.

La prensa ha hecho referencia de que el nuevo tour, el Proposiciones, usted hace un paseo entre sus inicios y las incursiones en el jazz, pasando por música cubana. ¿Es así su actual tour?

Sí, pero no hay tanto de jazz ni de nueva canción, y hay mucho de jazz, porque ese género fue mi origen.

”Este tour se llama Proposiciones, porque Proposiciones es también una canción, y fue el nombre que le di a un programa que tuve aquí en La Habana, hace muchos años, y que era un programa que trataba de rescatar parte de la cultura cubana, que es desconocida u olvidada. En homenaje a aquel programa, y en homenaje a todo lo que significaba aquel programa, hice este tour.

Hay canciones que están en la gente como parte de sus bandas sonoras personales. Canciones como El breve espacio, Yo no te pido o Yolanda. Imagino lo que esas canciones significan para la gente, pero no imagino lo que esas canciones significan para usted.

Tengo una relación muy linda con esas canciones. Son canciones que me han dado mucho: muchos reconocimientos, mucho amor del público, y muchas anécdotas maravillosas que han surgido y para mí resultan imprescindibles hacerlas y cantarlas.

Imprescindibles. Para un cantautor que quiere decir algo, que quiere alzar la voz, ¿qué es entonces lo imprescindible?

A estas alturas hay muchas cosas imprescindibles. En un principio era la espontaneidad y el talento, que iba brotando, y hoy es eso, más el oficio y la sabiduría que te dan ya tantos años de trabajo.

Entre los hechos que han acontecido en estos seis años que no lo vemos por aquí, está la Medalla Haydée Santamaría que recibió de manos del escritor colombiano Gabriel García Márquez. ¿Qué significó esto para usted?

Por un lado, Haydée (Santamaría) fue una de las personas que más he admirado en mi vida y, por otro lado, fue un honor que coincidiera la entrega de la medalla con la visita de García Márquez, y que él decidiera ponerla aquí en mi pecho. Ese fue un día glorioso.

También tuvo la oportunidad de hacer, finalmente, un disco con Chucho Valdés (Más allá de todo, 2008) ¡Pero cómo les costó!

¡Ah, sí! Nos costó años de convencernos a nosotros mismos que teníamos que hacerlo. Siempre que nos veíamos por ahí nos decíamos: ‘Hay que hacerlo, hay que hacerlo’, y nunca lo hacíamos. Un día nos pusimos de acuerdo de forma inaudita. Viviendo los dos aquí en La Habana, él me mandaba música de cualquier país, y yo le enviaba letras desde cualquier otro país. Así lo fuimos haciendo de país en país, porque con nuestro trabajo internacional apenas teníamos tiempo de vernos.

Imagino que fue un disco muy satisfactorio para usted.

¡Uy, bellísimo! Para Chucho (Valdés) también lo es. Ha dicho que es uno de los trabajos más hermosos que ha hecho en su vida, y para mí también.

¿Qué pasa entre ustedes que se produce esta emoción?

Sabíamos que se iba a generar esa magia; lo sabíamos desde el comienzo y el tiempo no nos lo quería permitir. Entre su piano, mi canto y mis letras, sabíamos que podíamos hacer algo hermoso. Es una de los mejores discos que he hecho de los 48 que ya tengo grabados.