Orquesta Sinfónica Nacional tocará gratis en Santo Domingo de Heredia el viernes y el domingo

Músicos, coristas y dos cantantes líricas interpretarán juntos la Segunda sinfonía de Gustav Mahler, una composición de temas religiosos conocida también como La Resurrección

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Este viernes, la Orquesta Sinfónica Nacional estrenará un nuevo escenario: la Basílica de Santo Domingo de Heredia. El templo acogerá, en total, a 180 artistas: los músicos de la Orquesta, un apoyo de más de 20 músicos del Instituto Nacional de la Música, cantantes del Coro Sinfónico Nacional y dos solistas estadounidenses –la soprano Mary Wilson y la mezzosoprano Margaret Lattimore–.

El sexto concierto de la Temporada Oficial de la Sinfónica presentará a la monumental Segunda sinfonía, del compositor austríaco Gustav Mahler. La pieza, conocida como Resurreción, se tocará en dos fechas: el viernes 30 de junio, a las 8 p. m., y el domingo 2 de julio, a la 1 p. m. Ambas presentaciones serán gratuitas.

"Los músicos de la Orquesta recomendaron tocar en la Basílica de Santo Domingo. Dijeron que si íbamos a tocar una obra como la sinfonía Resurrección querían explorar la posibilidad de tocar ahí", aseguró el director artístico de la Orquesta Sinfónica, Carl St. Clair, quien conducirá la interpretación.

Sinfonía religiosa

La sinfonía de Mahler cuenta con cinco movimientos. En el estreno mundial de la obra, en marzo de 1895 , Mahler dirigió a la Filarmónica de Berlín en los primeros tres, los cuales no tienen acompañamiento coral.

"En el quinto movimiento, cuando el coro canta, solo una porción del texto fue escrita por el poeta alemán Friedrich Gottlieb Klopstock. El resto fue escrito por Mahler mismo: sentía que tenía más por decir, sentía que podía expresarse en música y palabras", explicó St. Clair. "Él siempre estuvo en su música. Siempre está intrigado por lo que no se puede ver y la fe que se requiere para creer en lo que no se puede ver: la vida después de la muerte, el proceso de la muerte".

En Resurrección, Mahler presenta su propia visión de la vida después de la muerte: una visión permeada por su propio trasfondo religioso, tanto en el judaísmo al que nació como su conversión a la religión católica (posterior a la composición de la obra).

Durante las presentaciones de la Orquesta Sinfónica Nacional, St. Clair y la historiadora Aurora Sáenz explicarán, a los asistentes, la representación simbólica de algunos de los sonidos que conforman la obra.

"Mahler crea diferentes espacios. El cielo, fuera del escenario, con las trompetas del ángel Gabriel. Sobre el escenario existen dos pájaros: una flauta y el piccolo, los cuales representan distintos reinos, uno celestial y uno terrenal. Dentro del repertorio sinfónico, es una de las primeras ocasiones en las que se hace eso", afirmó St. Clair.

Para el cuarto y quinto movimiento, el Coro Sinfónico Nacional y las dos cantantes líricas balancearán su interpretación musical y su emocional de los textos.

En el 2016, la soprano Mary Wilson y la mezzosoprano Margaret Lattimore cantaron con la Orquesta Sinfónica Nacional la Novena sinfonía de Beethoven.

"Tienen las voces perfectas para estos dos roles", afirma St. Clair. "Su sonido sale de las voces del coro. Las instrucciones de Mahler son que aparezcan. Primero se oyen todos los soprano y, luego, una sola voz soprano que es la de la solista".

Para St. Clair, quien es católico, es también importante el espacio de la Basílica de Santo Domingo.

"Me emociona tocar ahí. Para empezar, la acústica de la Basílica es hermosa y permitirá escuchar toda la gloria de la música. Creo que los músicos están esperando hacer una gran interpretación en ese espacio. Hablé con el coro, la otra noche, y repasamos todos los sentimientos del texto y su significado", explicó.

"En un punto cantan (en alemán) Dejen de temblar, prepárense a vivir. Podría ser un regaño o podría ser reconfortante. Esas pequeñas cosas van a significar mucho en la interpretación. Dentro del templo, esas palabras van a tener un significado diferente que un concierto normal", detalló el director.