Orquesta Sinfónica Nacional estrenó su órgano entre sonoros aplausos del público

Concierto fue dirigido por John Nelson y recibió al solista Edward Tipton, ambos estadounidenses

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El público de este viernes fue pequeño pero agradecido. Fuera de sus compromisos de temporada oficial, la Orquesta Sinfónica Nacional organizó un concierto dedicado al órgano, la primera presentación pública de un instrumento eléctrico que el Centro Nacional de la Música adquirió este año.

El concierto fue realizado en el Teatro Popular Melico Salazar, el cual reemplazó al acostumbrado Teatro Nacional. El Melico Salazar tiene una embocadura más amplia que el escenario usual y generalmente, esa disposición del diseño dispersa el sonido y hace difícil escuchar desde algunos de los asientos del teatro.

En esta ocasión, la embocadura fue una de las ventajas que mejoró la experiencia de escuchar, por primera vez, un órgano como instrumento solista de la Sinfónica Nacional. El órgano fue ubicado en la esquina izquierda del escenario.

El director John Nelson eligió como la apertura de un programa de compositores franceses a la obertura El corsario de Héctor Berlioz ( 1803-1869), una pieza corta y romántica. El ingreso del solista ocurrió en la segunda pieza, Concierto para órgano, de Francis Poulenc (1899-1963).

Al comienzo de la pieza de Poulenc, el público escuchó el órgano más melodramático de toda la noche: sonidos sostenidos, largos, graves y góticos. Sin embargo, el solista Edward Tipton sacó los mejores brillos del instrumento hacia el final, cuando debía atenuar las notas y acompasarlas con las cuerdas de la Orquesta Sinfónica.

El final del concierto fue aún más satisfactorio para el público, quien irrumpió en aplausos apenas Tipton hubo tocado la última nota del instrumento para cerrar la interpretación de la Sinfonía No. 3 con órgano de Camille Saint-Saëns.

Esa última pieza del repertorio seleccionado por Nelson utilizó al órgano como una pincelada muy delicada, incluso durante dúos con un piano a dos intérpretes. Fue el único estreno nacional de toda la noche pero fue, por mucho, la pieza más brillante del concierto.

La despedida de la Orquesta Sinfónica Nacional ocurrió entre vítores del pequeño público que aplaudió y gritó,entusiasmado, mientras Nelson y Edward agradecían con reverencias y se felicitaban entre sí con amistosos abrazos.

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