Orquesta se abre camino en San Carlos

Soñadores 14 estudiantes de Ciudad Quesada demuestran con su ejemplo, que no hay límites cuando se lucha por un sueño

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En Ciudad Quesada, Alajuela, hay 14 jóvenes a quienes las barreras o los límites no los detienen: ellos simplemente creen en sueños y sudan la gota gorda para alcanzarlos. Estos muchachos son los integrantes de la Camerata San Carlos.

Esta pequeña orquesta de cuerdas se fundó en el 2005, gracias a Andrey Pérez, quizá el más soñador de todos. Se trata de un estudiante de violín de 24 años que no solo se empeñó en sacar adelante este ensamble y dirigirlo, sino que también impulsa un festival.

Durante varios años, el grupo se limitó a ser espacio de ensayos grupales para estudiantes de violín y a tener pequeñas intervenciones en el Festival de Violín de Ciudad Quesada, creado por Pérez.

Al ver el avance, el director decidió correr un riesgo mayor; por ello, este año se aventuraron a ofrecer su primera temporada de concierto, que un recital de música sacra en Semana Santa. A lo largo del año se presentaron de forma gratuita en iglesias de Ciudad Quesada, Venecia, San Vicente y La Fortuna.

En su repertorio incluyen obras muy diversas de compositores como Johann Sebastian Bach, Antonio Vivaldi, Frideric Handel y Johannes Brahms.

Tocan arreglos de música de películas. Actualmente, trabajan en una obertura de la banda sonora de la película El señor de los anillos.

Asimismo, ejecutan música costarricense, por ejemplo creaciones del compositor sancarleño William Porras.

No satisfechos con el trabajo de este año, actualmente trabajan en un repertorio afín a la temporada navideña, que compartirán en el próximo festival de violines de su cantón.

Cuesta arriba. A pesar del entusiasmo que muestra la camerata al ensayar, su director reconoce que hay diversas dificultades contra las cuales luchar, una de ellas tiene que ver con la zona donde viven.

Muchos de los integrantes residen en zonas alejadas de Ciudad Quesada, como Upala; Los Chiles, de Aguas Zarcas, y Venecia, y para asistir a los ensayos, los sábados, deben recorrer muchos kilómetros y el transporte se complica porque las prácticas terminan tarde.

Otro factor adverso es que deben coinciliar su trabajo en la camerata con sus responsabilidades como estudiantes y, como es obvio, los jóvenes deben darles prioridad a sus obligaciones en la escuela, el colegio o la universidad para no descuidar sus estudios.

Finalmente, está el obstáculo musical. Cuando un grupo de jóvenes, algunos con dos o tres años de estudio del instrumento, se enfrenta a composiciones difíciles y avanzan lento, a pesar de que se esfuerzan mucho.

Pese a los muchos desafíos, en el grupo tienen gran sentido de pertenencia y trabajan bien en equipo. El entusiasmo por lo que hacen es el mejor combustible para seguir adelante.

¿Cuáles son sus metas en el mediano plazo? Su director aseguró que la principal es interpretar música correctamente. Otra es que el proyecto Camerata San Carlos se proyecte como una pequeña comunidad de apasionados por la música y lleve su trabajo a otras comunidades y, por qué no, presentarse en algún momento en la capital.