Ojo abierto: En busca de la verdad

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Crítico de televisión

Denuncia. ¿Realidad simulada o testimonios? Ese es el dilema. El gustado programa de Telemundo Caso cerrado usa actores para mostrar historias de personas en conflicto que van ante “la juez” Ana María Polo en busca de justicia. A cada actor le pagan trescientos dólares por su participación en el programa, un pago por su actuación de gritos y llantos, que disfrutamos como una situación “real” y de la cual aprendemos alguna moraleja. Sin embargo, debajo de la naturalidad y lo espontáneo, se teje la trama con guion preparado y personajes caracterizados hasta el más mínimo detalle. Ana María Polo ha convertido su personaje de abogada de la televisión de habla hispana en Estados Unidos en una celebridad y el programa se emite en más de 10 países de Latinoamérica con un notorio nivel de éxito. Las notas de referencia a ella dicen que estudió Ciencias Políticas en la Universidad Internacional de la Florida, Derecho en la Universidad de Miami y, finalmente, se especializó en Derecho de Familia. Saltó a la pantalla chica en 2001 en el programa Sala de parejas y en el 2005 lanzó Caso cerrado . Hasta ahora, no sabemos si los hechos narrados son reales, si son historias inspiradas en hechos reales o si salen de la mente de un guionista muy imaginativo. También puede ser que haya una mezcla entre casos reales y casos simulados, puesto que el ritmo de tantos casos por día implicaría un nivel de producción demasiado complejo. Lo cierto es que la polémica está encendida y el caso abierto. Durante el programa, no se advierte al público que las historias y los asuntos son reales, ni advierte que lo presentado son recreaciones o algo así; simplemente, los personajes llegan a plantear su demanda y todo lo demás es asumido por la audiencia. La revelación corrió a cargo de una actriz mexicana que actualmente concursa en el programa Academia Azteca . La producción confrontó a la participante con la historia presentada por ella en el programa de Polo. Entonces, la concursante explicó los detalles sobre el proceso de contratación. Habló claramente del asunto como un trabajo de actuación y que es un ingreso muy popular entre los actores mexicanos, al punto de considerarse una forma de ganarse el sustento. En ese sentido, defendió el proceso como legítimo, sin entrar en consideraciones éticas respecto del público. Otros programas de entrevistas de casos de la vida real han sido acusados de mentir en muchas oportunidades. Desde casos falsos de Laura, en Perú, hasta Cristina , en Miami. Incluso figuras ticas han figurado en esos programas con historias divertidas que la gente ha cuestionado sin hacer mucho escándalo por el bien de la fiesta. Yo nunca he oído que eso ocurra en nuestro país, aun cuando sí se sabe que algunos programas se sentían tentados a simular llamadas telefónicas para ponerle picante al tema del día. En todo caso, en nuestro país, hay temas mucho más importantes como presentar como noticia lo que es publicidad y cuestiones de esas. No sé si el programa Caso cerrado me gusta más ahora o me produce indignación. La verdad, ahora que estamos sabidos del truco, podemos disfrutarlo como lo hacemos con las novelas, y gozar de lo lindo con la sala de resolución de conflictos más popular de la tele.